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Rubén ya había terminado su sesión; pagó lo correspondido y ambos tomaron un taxi y se fueron hacía el apartamento de Rubén. Una vez en este: reinó el silencio, no tenían tema de conversación alguno, así que sólo miraban el fondo de pantalla de sus celulares casi sin parpadear.

Mangel le envía un mensaje de texto a Rubén.
"¿Deseas hablar?"
A lo que Rubén rápidamente respondió:
"No."

Sí, con un punto uh, se contestó a sí mismo.

Mangel asintió como dando a entender que le parecía bien.

"Beatríz dice que quiere verme, luego hablamos"

Visto, por gilipollas, pensó molesto.

Mangel se levanta del sofá, y se va como bien le había dicho, mientras que Rubén bufo molesto sin quitar la vista de su celular.
Le molestaba el hecho que desde que sale con Beatríz esta le manejase la vida, Rubén sabía lo mal que le hacia Beatríz a la vida de Mangel, pero él ni le había hablado lo suficiente como para llegar a ser amigos, así que nunca se lo reclamó a Mangel.
A estos puntos no sabia qué hacer, recibir la ayuda de su amigo o negarse a él. Si mandar a la mierda todo e irse lejos. Tantos eran los pensamientos que acababan de rondar por su mente, con distintas emociones en ellas; era capaz de hacerlas, pero tenían sus consecuencias que lo tiraban para atrás. Y, ¿qué podría hacer?

En estos momentos absolutamente nada.

Se puso a pensar aún más y, todo había cambiado: su actitud, vida..., y obviamente no podía volver atrás, volver en el tiempo, impedir que todo esto sucediera y "tener una vida normal, común y corriente". Lo cual es imposible.
A veces se imaginaba su vida sin YouTube, un chico normal -con pareja quizás- pero una vida aburrida.

¿Quién necesita una pareja en su vida? Puff, se quejó.

Se mira, analiza todo lo sucedido en el transcurso de su vida, y se da cuenta de que esto sólo es la mitad de todo lo que ocurrirá después. Seguirá creciendo junto a YouTube, haciendo feliz a la gente, alegrándolos su día a día con cada vídeo suyo, seguirá creciendo aunque este se vaya.

"Eh, ¿te acuerdas de ese tal rubius? Se dice que ya tiene un hijo y 30 años. ¡Aún recuerdo cuando me veía cada vídeo de él!"

O:

"¿Quién es ese rubius? Su nombre se me hace conocido, creo que antes lo conocía..."

Y ya casi 18 millones, 19 millones... ¡20 millones!
Le daba miedo seguir adelante, miedo a que todo esto se acabe, aunque la esté pasando mal. Tenía miedo de que cuando dejase YouTube todos sus amigos se alejasen de él. Miedo a lo que venía después de YouTube.

¿En serio pensaba que tendría una vida emocionante fuera de todo esto?
Realmente no la tendría.

Feliz, sí. Pero no como ahora.

Sentía cómo con cada palabra se corrompía él mismo, se daba cuenta de que no iba a dejar pasar todo esto así como así. No iba a poder hacerlo.

Rió, rió sarcásticamente limpiándose la primer y última lágrima que derramaría por hoy.

Siento que he escrito mal algo bast.

Psychologist.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora