En un pueblo lejos de la ciudad, había una casa, era de apariencia fúnebre, pero poseía una arquitectura admirable.
La casa estaba sola desde hacia muchos años. En ella solo habían habitado 2 familias, y la segunda familia la abandonó.
En una tarde de 1889 llegaron dos jóvenes universitarias, una de ellas era la hija de los dueños anteriores, pero ya que habían muerto trágicamente la heredera era ella.
Su nombre era Yessica.
Su amiga y ella querían salir de la ciudad y querían pasar sus vacaciones en un lugar tranquilo.
Yessica sugirió ir a ese lugar, la amiga [a la cual llamaremos Jennifer] accedió. Pero al ver la casa se asustó un poco, pero Yessica le dijo que no pasaba nada, que estuviera tranquila.
