Iris es... "la de hermosos colores".
Leyre es... estrella del mar.
Neferet es...la belleza, de la hermosura.
Calíope es... una voz hermosa.
Mei es... suave y dulce.
Me encontré con "el" sin saber que todo lo que pasamos cambiaría TODO en mi vida...
Al momento de levantarme me caí frente la tumba de mármol...
-. ¿Estas bien?.- escucho decir una voz masculina.
Genial lo que me faltaba encontrarme con un chico y luego que me vea hacer el ridículo al caerme... Me levanto inmediatamente.
-.Si, gracias.- digo rápidamente que creo que no se entendió. Me doy la vuelta para verlo... No era un chico...
Era un cuervo.
No quería más que me siguieran esas cosas las odiaba, me habían hecho daño, más del necesario y no era tan solo física si no mental...
Así comenzó la carrera.
Corrí lo más lejos de el, tratando de esquivar las ramas que iban arañando todo mi cuerpo, me tropecé con lo que creo que eran piedras unas piedras... cayéndome de rodillas en el asfalto de la carretera, en ese mismo momento paso un auto, pensé que me daría un gran golpe de gracia, pero no fue así, hizo una gran maniobra para eludirme.
Así que no, ese aun no era mi fin...
No aun no sé liberan de mi.
Del auto bajo una mujer de unos treinta tantos años, un cabello castaño lustroso, esponjoso y largo.
-.¡¿Niña que haces hay?!.- dijo en un tono fuertemente agudo que me aturdió un poco más. Mi respiración aun seguía alterada, la mujer se me acerco y se hinco de frente a mi.
Pude notar unos ojos tranquilos pero tristes con un gran color ceniza. -.¡Oye!.- me saco de mis pensamientos. -.¿Te encuentras bien?.-
-.Si... estoy bien...- me levante lentamente, me dolían y sangraban las rodillas.
-.¿Quieres que te lleve a tu casa?.- me dijo tranquilamente tendiéndome la mano para mantenerme de pie. Dude al instante ya que no la conocía y tenia un aire tétrico pero, en ese momento escuche una parvada de cuervos y no quise probar a caminar lastimada en la carretera a mi suerte.
-.Si, muchas gracias.- le dije tomando su mano. Por lo menos solo era ella y no todos esos pájaros malditos. Al subir la mirada note un gran auto, de dos puertas negro...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
