Todo era oscuridad, el ambiente se sentía pesado, trataba de mover su cuerpo pero algo se lo impedían "¿Qué demonios era esto? ¿Dónde carajos estaba?" No recordaba nada de lo sucedido y mucho menos el porqué se encontraba ahí. Levanto uno de sus brazos y escucho un ruido extraño "¿cadenas? ¿Por qué estaba encadenado? ¿Qué estaba sucediendo?" Trato de tocar su rostro pero sus manos pesaban, simplemente no podía moverse... La ansiedad lo invadió, nunca había sentido tanta vulnerabilidad, no desde que inicio su entrenamiento.
Escucho una puerta abrirse y unos paso de piedra dirigiéndose a el, la adrenalina inundo su cuerpo al tratar de moverse, pero nada... Su cuerpo era débil, muy débil. Se quedo estático al escuchar esos pesados pasos detenerse frente a el, trato de agudizar sus sentidos y quedándose en guarda por lo que fuera a ocurrir. Una mano se poso dulce en su mejilla acariciándola suavemente, pasando unos dedos por sus labios. El se encontraba estático, temeroso a lo desconocido.
Una voz hablo, le resulto extrañamente familiar "Como detestaba su pésima memoria". Quería hablar, quería preguntarle que estaba sucediendo, pero nada salía de sus labios más que solo quejidos.
Algo frio fue puesto en sus labios ¿Un vaso? "Bebe" escucho y sin pensarlo dos veces bebió aquel líquido "¿Qué era eso? ¿Vino?" era delicioso para su seca y lastimada garganta, el escozor del alcohol lo alivio de extraña manera.
-¿Dónde estoy?...- Suspiro la pregunta, sorprendiéndose al sentir que algo era retirado de sus ojos. Parpadeo varias veces para acostumbrarse a la luz "¿Cristal?" admiro esa jaula, estaba en una caja de cristal como si fuera algún muñeco. Dirigió su mirada a su captor y ahí estaba el, no podía recordar su nombre, pero no olvidaría a esa criatura espacial.
Su captor adivino aquella cara de confusión y suspiro molesto, dejo la copa de vino aun lado de él y se dirigió a Saitama susurrando su nombre "Boros"
-¿Por qué...? ¿Qué hago...?- tantas preguntas invadían su dolorida cabeza, todo esto era confuso para el "¿¡Qué mierdas era todo eso!?"
El otro le sonrió de manera extraña, era una sonrisa "¿Tierna?" y coloco su mano en la mejilla del calvo acariciando suavemente, paseando al cuello y pecho de manera lenta.
-¡Responde!- Saitama se sentía incomodo, su cabeza dolía y su cuerpo estaba débil. Quería respuestas...
-Tranquilo o si no podrías lastimarte, tienes una semana sin moverte y sin hablar, tienes que acostumbrarte-
"¿Una semana?" pensó, seguía sin recordar que carajos había ocurrido para que se encontrara en tan precaria situación. Saitama elevo la vista y vio directo a los ojos de su captor, esperando a que siguiera hablando.
Boros entendió esa mirada retadora y procedió a responder, solo por tenerlo tranquilo.
-Deje muy en claro que podía regenerarme ¿Crees que moriría tan fácil?- sonrío con burla- Te engañe, deje que pensaras que habías triunfado para traerte aquí a mi lado... no necesitas saber cómo, lo que importa es que estas aquí- Acerco su rostro al del calvo tratando de dejar un suave beso en sus labios. Saitama se negó apartando su rostro y Boros sonrío.- Está bien, te dejare tranquilo por ahora, tengo mucha paciencia y sé que lograras amarme... no tienes otra opción-
Una lagrima rodo por su mejilla "¿No tenia opción?" pensó Saitama "¿No podre escaparme?"
-Si piensas escapar, lamento decirte que será imposible. Tu cuerpo ahora es débil como el de cualquier ser humano y además... llevamos una semana de viaje-Le sonrío- Es imposible que puedas escapar, estamos demasiado lejos del que era tu hogar.- Boros se dirigió a la salida de aquella caja, antes de salir vio a Saitama, esa mirada de terror era hermosa. -Vendré luego a visitarte y espero que aceptes que tu vida entera la pasaras a mi lado...-
Lagrimas silenciosas escurrían por el rostro del calvo, escuchando como si fuera un eco esas últimas palabras "Toda su vida encerrado en esa caja de cristal"...
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