Eran las 5am y había perdido el sueño. Tenía un nombre dando vueltas en su cabeza y ya no lo soportará. Miro su alrededor, simplemente era su recámara. Dos guitarras a un lado de su escritorio, mientras que había un librero lleno de libros de musica al lado de éste, el ropero en frente de su cama y a su derecha dos posters de de Queen. Ya no soportó mas y se levanto de su cama y se dirigió a su escritorio, saco un lápiz de su cajón y una libreta y con letra grande lo escribió. Christine. Vaya nombre le dio vueltas en su cabeza a solo una semana de haber entrado a una nueva escuela. Subrayó el nombre y se mordió los labios. En un intento de calmarse tomó su guitarra y respiró profundamente.
Preparó el amplificador, conectó la guitarra y se dispuso a tocar con mucha pasión, ya no podía mas, la ansiedad le carcomía el sueño al ritmo de Black dog. Sabía la cantidad de ruido que estaba haciendo. Cosa que no le importó. Trato de incorporar ese nombre, pero no daba con él. Christine, Christine,Christine ¿Donde lo escucharía? No lograba concebir una respuesta, era extraño como si tuviera un presentimiento.
Cada nota del solo de guitarra era intensa, no podía parar, pero, aún así no lograba reincorporarse. La puerta abre sin aviso alguno, tres personas entran. No parece que se enterara. Sus hermano y sus hermanas despertaron con la música. La mayor estaba demasiado molesta para pensar simplemente tomó la guitarra del mástil y se la arrebató de las manos.
-¡Podrías Callarte de una vez!- gritó, entonces el pequeño reaccionó - Nunca te levantas temprano y cuando lo haces haces un escándalo.
-Perdón Mari...- dijo apenado.- ya no podía aguantar mas.
-¿Aguantar las ganas de tocar?-dijo en segundo hermano bostezando.
-si- Mintió y miró hacia donde estaba su escritorio. Vaya forma de echar a perder una cuartada.
Al darse cuenta de esto, la hermana mediana fue al escritorio y vio sobre la libreta el nombre en Grande. Mary continuaba regañándolo " Por Dios Aaron es la cuarta vez esta semana" repitieron al unísono dos de los hermanos.
-¿Quién es Christine, eh?-cuestionó en son de insinuación.
-Ah.. Yo- pausó brevemente. - no lo sé Fernanda.
-¡¿Como no lo vas a saber?!- exclamó. - Peque,eres tan extraño a veces.
Se encogió de hombros sin saber que responder. Mari se había tranquilizado un poco... Sólo un poco, porque siendo sinceros tenía razón a nadie le gusta ser despertado a esa hora. Su tercer hermano se llama Said y es el culpable de que a Aaron le den sus "ataques musicales" y ciertamente gran parte de sus vacaciones se la pasó tocando en el conjunto de música que creó antes de salir de vacaciones.
Centrándonos un poco en sus hermanos, cabe destacar que Mari, la mayor siempre estuvo al pendiente junto con Said de sus hermanos pequeños, puesto que ellos perdieron a sus padres desde que Aaron llegó al mundo. Su madre murió y su padre.. Bueno se podría decir que se esfumó después de nacer Aaron. Esto no fue un problema, puesto que Said y Mari contaban con el apoyo de la familia de su madre, además de que ambos ya trabajan y estudiaban una carrera. Una es litigante, mientras que el otro es docente.
Salvo por Said y Aaron, las otras dos hermanas son muy contrastantes en todos los aspectos. Una es alta y de ojos claros, con nariz redonda y cabello rizado y oscuro. Mientras que Fernanda tanto por su edad es más chica, sus ojos son color miel, su cabellos es ondulado y castaño y, su nariz es similar a como los griegos describirían a una ninfa. Said y Aaron obviamente son salidos de un molde, no son muy altos los dos, cabello oscuro y Crespo, ojeras naturales además de unos ojos color grisáceo por parte de su abuelo. Extraña combinación, tal vez, pero se veían bien.
Nadie volvió a dormir, si bien estaban acostumbrados a desayunar un poco tarde, la realidad era que Mari entraba a trabajar y Fernanda a la secundaria temprano. Y hablando de secundaria, Aaron iba a entrar a su primer día de clases en el turno Vespertino. Estaba nervioso y a la vez muy emocionado, era como un nuevo mundo. Sus amigos se fueron a otras escuelas, ellos lo sabían, se separarían sin ningún remedio, pero se prometieron que, si querían conservar su amistad, se verían de nuevo.
Todos bajaron a desayunar, reían y bromeaban al pobre Aaron por su entrada a la secundaria. Obviente Fernanda iba de salida así que no tendría porqué preocuparse si lo veía. Mientras estaban comiendo Said, no perdió la oportunidad de preguntar.
- Oye, y ¿como piensas irte si yo me voy temprano?- cuestiona mientras le da un gran trago a su jugo.
Aaron se escudo en su comida y no supo contestar.
-Que Christine lo lleve, al cabo lo trae loco- dijo irónica Fernanda.
-Que graciosita- contestó en tono irónico. - lo mismo diría de Gabriel hermanita.
Los colores se le subieron al rostro y Said no dejaba de reír como loco "alcabo mi cuñado es muy responsable" pensó, pero, parece que no pudo disimular ese pensamiento. Estaba claro que era un cambio de etapa para todos y Mari lo resentía. No había hablado durante todo el desayuno, le preocupaba que sus hermanos ya no fueran los mismos niños de antes, de quienes tenía que procurar como una madre de la cual no tuvieron mucho conocimiento. No pudo evitar el salir de una lágrima. Quizá sólo era por simple sentimentalismo, pero, no podía evitarlo. Aaron notó esto rápidamente y, se levantó para ir tratar de tranquilizarla. Entonces es cuando todo cayó en silencio. Con un ademán Mari le dijo a Aaron que estaba bien, este mismo se apartó aunque si estaba un poco consternado. Mari y Fernanda se fueron primero, dejando un silencio incomodo en el ambiente, además de que ni siquiera se despidió de sus otros dos hermanos.
**********
Era la hora de irse.Estaba un poco asustada, no sabía a quién se encontraría en su nueva escuela. Se sentía presionada, mareada y muy nerviosa, "¿Conocería a alguien especial?" no podía evitar sentirse como si fuera la primera vez con el médico.
No tuvo más remedio que calmarse mientras su padre la llevaba en su coche. Había soñado con un perro enorme tratando de comersela, si bien, esto era extraño, no le causaba ningún temor a los animales, pero si a las personas, pues nunca había podido incorporarse adecuadamente a cada escuela que iba. Seis transferencias y se le dio a la niña por caso perdido.
Llegaron a la escuela. Por enésima vez se acomodó el listón que debe de llevar en el cabello. Y por última vez sintió miedo sobre lo que pasaba. Después de despedirse pasó al auditorio como siempre hacen los de nuevo ingreso, ahí le asignaron un salón junto a cuarenta niños más. No puso mucha atención al nombre estos, así que fue un milagro saber dónde iría.
Una vez en el salón y dada la bienvenida del perfecto comenzó el tome de lista. Todos los apellidos pasaban según el orden alfabético dado, Bravo, Banda, Castillo, Cepeda, etc.. Entonces llegó su nombre "Christine Elizabeth Mendoza Pereida", respondió naturalmente como cualquiera, pero algo extraño pasó. Al estar bebiendo agua, un chico carraspeo al escuchar su nombre, era como si ya lo hubiera escuchado. Entonces ahí cruzaron miradas y, con saludo, desde la otra parte del salón, descubrió que por primera vez le iría bien en su primer año de Secundaria. S bien no fue la manera más adecuada, conoció, sin saberlo a alguien especial.
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Notas Del Corazón
Random¿Crees que existen las casualidades? Esa fue la pregunta de Aaron cuando vio por primera vez a esa niña. Una sorpresa indiscutible, pero, todo tiene un plan en esta vida.