Quiero que lo sepas, necesito que lo sepas...

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-...Pero, y si las panquecas de mora azul llegaran a agotarse a nivel mundial, no sé creo que primero me arrancaría la melena, entraría en pánico, luego en un estado de furia, y después iría a quemar neumáticos fuera de la empresa productora de panquecas. -se le veía animada, agitando sus brazos de forma algo violenta mientras sostenía el cuchillo y tenedor en ellas, como sea, era un peligro con esos objetos en la mano-

-Mary, es oficial, eres una adicta a las panquecas. Te enviaré panque-anónimos la próxima semana, y de interna. -dije mientras reía, concentrado en mi servilleta haciendo trazos simples con mi bolígrafo, simples pero aún así importantes que requerían mi concentración-

-Sheppy Charles, dejaría de actuar como loca si tan sólo me pusieras más atención que a esa servilleta que llenas de garabatos, ¿para qué la ensucias tanto con el boli si luego la vas a tirar? Es un desperdicio.

-Levanté un poco la cabeza para dirigirle una sonrisa de disculpas, luego me dirigí a mi celular sólo para comprobar la hora- ¡NO JODAS, ES TARDE! -me incorporé inmediatamente, tomando mi bolso, el boli y la servilleta, rodeé la mesa y antes de salir grité a Mary- ¡LO SIENTO, OLVIDÉ QUE TENÍA CLASE A PRIMERA HORA!

Soy Charlie Sheppard, ya van 2 meses desde que empecé la universidad y pues aún no me decido sobre lo que quiero estudiar, así que espero que mientras intento pasar las clases que se me ofrecen, encontraré eso a lo que llaman "mi camino".

Como siempre llego quince minutos tarde a clases, puedo sentir la intensa mirada de la profesora de biología clavada en mi. A paso rápido fui a la esquina más alejada y vacía del auditorio, donde nadie puede interrumpirme, cuestionarme o llamarme raro.
Ahora mi rutina: fingir que presto atención, asentir con la cabeza, contestar a dos que tres preguntas de la profesora, y sumergirme en lo importante. Saqué la libreta/libro, mi boli y la servilleta. Me quedé observandola durante unos minutos, observando el dibujo de primariano que había hecho pero que aún así era capaz de sacarme una sonrisa. Abrí la libreta y me dispuse a escribirle...

A como te dije anteriormente, hoy fui a desayunar con Mary. No sé como pasó, pero de un momento a otro la conversación dió un giro algo raro y terminé hablando de panquecas con mi mejor amiga. Increíble pensar que llevo casi dieciséis años de conocerla.
Yo estaba entre hablar o seguir concentrado en mi dibujo de la servilleta, no es algo tan genial, pero estoy seguro de que te sacará una sonrisa.
No recuerdo el número exacto de libretas que llevo hasta ahora, tampoco sé si te tomarás el tiempo para leerlas todas, pero quiero que sepas que en cada una trato de plasmar la emoción y alegría que siento al escribirte. Ya ha pasado mucho tiempo desde que empecé con esto, y creo que es el momento de que lo sepas. Quiero que lo sepas, necesito que lo sepas... Te amo, mi amada desconocida.
No importa si tu pelo es demasiado negro o no pueda decidirse entre si ser castaño o rubio, si son tus ojos de color azul o avellana, si tienes o no nalgas y tetas, (ok, olvida que escribí eso) no importa si tienes o no hoyuelos. Porque lo creas o no, seas como seas te ves adorable y hermosa. Te amo mi princesa, hoy, mañana y para siempre.

Te Amo Sin Conocerte...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora