Parte 1: Revelación

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Capítulo 1
 El regalo de cumpleaños más raro de la historia 

No confíes en ningún robot que no sea Bobby. Esas palabras me van a quedar grabadas para siempre. Estarán pensando: ¿Quién es Bobby?, ¿Por qué no confiar en máquinas, si nos salvaron?, ya les voy a responder.

Perdón, qué maleducado. Soy David Faser, me dicen Dito. Nací el 14 de Marzo de 3002, tengo dieciséis años, vivo en Nueva Torcuato, quiero destruir a los robots, etc.

Fui literalmente criado por robots. Mis papás se murieron cuando era chico y me educaron, cuidaron y vieron crecer robots. A pesar de eso, nunca me gustaron. No tienen emociones, sólo piensan en el bien común. Alguien tiene una enfermedad contagiosa incurable, matalo, pero nunca quise destruirlos, hasta hace seis meses.

Todo empezó en mi decimosexto cumpleaños. Un número desconocido me llamó a mi Samung Universe Holo3. Dijo que era un pariente lejano mío y que tenía un regalo para mí. Tenía que ir al edificio abandonado de Muno a la cinco de la tarde. Normalmente, cuando te llama un adulto extraño y te invita a un edificio abandonado, le decís que no. Bueno yo no soy normal. Soy demasiado curioso y me encantan los regalos.

A las cinco menos veinte, me subí a mi Fiat Hover 1, Fitito volador le digo yo, y encaré a Munro. El edificio se podía reconocer desde lejos, era el único sin luces. Tenía como unos doce metros de altura y ocupaba una manzana. Tenía un cartel que decía: "Colegio Cielo Santo, fundado en 1973".

Colegio, alguien una vez me dijo que hace siglos, la gente tenía que ir al colegio a aprender. Las personas que enseñaban se llamaban maestros y profesores. Había que pagar para ir a uno bueno, aunque había públicos, para los que no les alcanzaba la plata.

Aguantándome el olor a humedad, abrí la puerta y entré. Desde adentro se podía ver que era un edificio con forma de u, con un patio de cemento en el medio. Salí a ese patio para buscar al hombre mejor. Al lado de la puerta de la que salí había una escalera de la que salía una música extraña. Tenía ritmo rápido, casi violento, y alguien cantaba. Subí y me encontré con la persona más vieja que vi en mi vida.

Medía alrededor de un metro ochenta. Tenía una barba plateada que le llegaba al pecho y el pelo tan largo como la barba. Se apoyaba en un bastón de madera.

-Ves, Bobby, te dije que iba a venir. Pagá.- Dijo con una voz ronca a un robot que hasta ese momento yo pensaba que era una mini-heladera.

Bobby era cuadrado con una cabeza cuadrada, ojos amarillos brillantes y un parlante debajo de ellos. Me llegaba al pecho. Tenía dos orugas(como las de un tanque), y dos brazos metálicos a los costados. En uno de ellos tenía cien holo-pesos, que le dio al anciano.

-Uno, ¿Quién sos vos? ; dos, ¿Por qué le pusiste "Bobby" a tu robot"? ; tres, dijiste que tenías un regalo para mí.-Le dije buscando respuestas.

-Soy abuelo, Joaquín Faser. Dos, no se llama Bobby en realidad, se llama 80-8Y, pero es más fácil Bobby. Tres, tengo un regalo para vos, la verdad.

-Verás, esa historia de que los robots nos salvaron de una terrible enfermedad, es mentira. Yo estuve. Lo que pasó es que los robots, habiendo sido programados para cuidar el planeta sobre todas las cosas, vieron que nosotros, los humanos, estamos destinados a acabar con este planeta. Para prevenir eso, decidieron destruirnos, diciendo ser más evolucionados que nosotros. Hubo una terrible guerra. Eso fue alrededor del 2905. Yo me escondí en este edificio. Tenía 24. Al resto de los sobrevivientes les borraron la memoria, con un suero inventado por ellos, y les dijeron que habían sido salvados de una terrible enfermedad terminal, causando que los humanos los viéramos como seres superiores. Desde ahí me hice como que también me habían lavado el cerebro y empecé a vivir de la comida kiosco de la esquina. Cada tanto voy yo, pero la mayoría de las veces va Bobby, lo aceptan más a él.- Continuó.

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⏰ Última actualización: Dec 05, 2016 ⏰

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