Encerrado en los profundos abismos del infierno, castigado por los pecados de una vida entera, habita abnegado el corazón que una vez me perteneció, y ahora encadenado, es torturado por sus pensamientos, pero sin éxito fue llevado a ese putrido lugar, por que el nunca caerá, y en su locura siempre responderá: "arrepentirse, ¡que buena broma!, por que no importa cuantas atrocidades hayas cometido en tu inútil vida, el peor de todos aquellos pecados sería arrepentirse de ella misma, por que soy el corazón de un hombre, y no el de una fútil bestia, y por ello soy
Orgulloso en mi naturaleza."
Atormentado vive por una pequeña criatura, y en el limbo en que el ha decidido vivir, solo recuerda vertir en mi el fuego de su odio, mientras grito a toda la vida: " Me Hierve La Sangre", y ninguno de mis acompañantes lo comprende, es una locura desmedida.
Ni siquiera el trozo grisáceo que lo capitanea puede atisbar un horizonte de calma, en ese espacio de rencor, cuando aprenderá uno a no correr como niñato, y el otro a ver un día con lógica a la vida, preguntas sin respuesta.
