Una espantosa declaración de amor

2.3K 129 14
                                    


Sabía que mis hermanos aceptarían mi orientación sexual, de igual manera sabía que ellos odiarían mi interés amoroso ya que era sin duda el chico menos popular y amigable del campamento pero que podía hacer cuando cierto hijo de Hades se había robado algo más que mis pensamientos, él podía hacer que olvidara hasta como colocar una venda, algo que había estado haciendo durante varios años pero era un don que encantaba que tuviera a pesar de que estaba dispuesto a soportar las pláticas que me darían mis hermanos sobre encontrar a una mejor pareja me aterrorizaba los amigos de Nico ya que podía apostar todo lo que tenía de que no saldría vivo si algo malo le pasara a Di Angelo, su hermana podría dejarme en el laberinto por la eternidad, además de que no sólo tendría de enemigos a una hija de Plutón a ella se le uniría los restantes tres hijos de los dioses mayores; siendo una de ellos inmortal y cazadora, una hija de Atenea y no cualquier hija de la diosa de la sabiduría sino la más inteligente de ellos, un par de romanos y ambos eran hijos de dioses de la guerra, un hijo de Hefesto el cual podía convocar llamas sin alguna provisión y tenía un dragón mecánico de mascota, una hija de Afrodita la cual tenía un hechizo bocal tan poderoso que me causaba terror, unos sátiros y un perro del infierno.

Todo eso era suficiente para asustar a un chico para guardar sus sentimientos, pero no tanto para evitar mi cercanía con chico muerte así que ahí estaba yo buscando una excusa para acércame a Nico sin verme tan obvio, tal era mi distracción que no me di cuenta que Nico venia caminando directo a mí a lado de Percy hasta que tropecé con este último pero antes de caer el me tomo del brazo e hizo que irguiera a su lado.

-¡Will! Me alegro que estés aquí ahora no me sentiré mal por dejar a Nico - El hijo de Poseidón hablaba tan rápido que apenas podía seguir su ritmo – Annabeth va a matarme ¡Te lo encargo!- esto último lo gritó ya que estaba corriendo para una cita con su novia, sin duda hacían una buena pareja, a lo que me llevó a pensar si ellos son tan diferentes Annabeth inteligente, sensata, calculadora, observadora y Percy bueno él es Percy hacían una gran pareja ¿Podrían ellos tener una buena relación?

-¿Qué?- Había olvidado que estaba ha lado de Nico y que había pensado en voz alta ¿Qué no podía haber algo más vergonzoso que eso?

-Que ellos tienen una buena relación, ya sabes Percy y Annabeth- Nico sólo asintió dándome la razón

-Tengo la teoría de que Annabeth es demasiado apreciada en el olimpo ya que sin ella Percy podría haber hecho algo tan estúpido o peligroso para los dioses que la mayoría votarían para matarlo lo cual haría que Poseidón se molestara y comenzara una guerra entre dioses –El razonamiento de Nico me hizo reflexionar de que Annabeth sin duda era alguien de quien temer y era mejor no tenerla como enemiga porque si puede mantener en raya a Percy ¿Qué haría con nosotros? Una razón más para no declarar mi amor por el chico muerte

-No lo había pensado así- Mi voz había reflejado mi miedo por la hija de Atenea haciendo que Di Angelo comenzara a reír, hecho ya de por sí sorprendente no era nada comparado con su melodiosa risa, quería tocar al hijo de Hades para saber si su piel era tan cálida como su risa -Ammm y ¿Qué te gustaría hacer? Ya sabes ahora que Percy te ha dejado a mi cuidado y no me gustaría amanecer con mi caballa llena de agua salada –Su risa cesó pero yo quería hacer que riera sin parar para poder sentir esa paz que me envolvía, sin importar que el motivo de esa magnífica risa fuera para burlarse de su persona

-No lo sé ¿Qué te parece si vamos a ver a Peleo? Hace mucho tiempo que no lo he visitado –Yo sólo me limité a asentir, aunque sabía que Nico no era amante de los animales sin embargo me gustaba que siempre buscaba un momento para estar con la Señorita O'Leary y con Peleo, nos dirigíamos hacia el que alguna vez fue un pequeño Dragón pero un hijo de Afrodita el cual siempre estaba merodeando a mi chico muerte se le arrojó a sin algún temor de que Nico lo apartará

-¡Di Angelo! Me has tenido demasiado abandonado ¿Te gustaría un paseo por los campos de fresas? –Ese chico solo veía a Nico con unos ojos de cachorrito y Nico lo veía a él, olvidándose de mí algo se tan primitivo se removió en mi interior ¡Celos! Estaba terriblemente celoso de Blake así como toda persona madura me alejé sin alguna rabieta aunque ya estando adentrado en el bosque me permití hacer unas pataletas

-¡Maldito hijo de Afrodita! ¡Maldito Percy! ¡Maldito cobarde! –estaba furioso con todos, hasta conmigo por no ser valiente y decirle lo que sentía a Nico, por no decirle que quería ser yo quien lo hiciera reír, ser yo quien lo cuidará cuando se enfermara y no solamente por ser un hijo de Apolo, quería ser yo a quien le confiara todo, sus miedos, sus metas, sus visitas al inframundo -¡Maldito Di Angelo!

-Yo creía que te caía bien pero creo que me equivoqué –Escuchar su voz puso todos mis sentidos alertas y no por ser el hijo del dios del inframundo, fue que me escuchara maldecirlo

-Nico –mis ojos no se podían despegar de él, sus ojos estaban vidriosos y mi corazón se rompió un poco al darme cuenta que yo había sido la causa a contrario de las ganas que tenía de hacerlo reír verlo de esa manera me provocaba unas ganas de matar a quién lo hiciera llorar, así que sí quería matarme –Yo... yo... lo que.... –formula una oración maldito Solace

-No importa, sabes ya se sentía que era extraño que me encontraras lo suficientemente interesante para perder tu preciado tiempo conmigo –Nico se dio la vuelta para regresar talvez al campamento aunque conociéndolo se iría al inframundo por tiempo indefinido

-Si eres un maldito y un cobarde–Le grité haciendo que Nico se volteara en su mirada no había nada de aquella tristeza y decepción anterior sólo habitaba coraje y estaba dedicado a mí, pero ya había comenzado a hablar y no pararía hasta que todo estuviera dicho –Y ciego, no puedo olvidar lo ciego ¿Sabes que más eres Di Angelo? Eres el maldito que no se va de mi mente y a quién no le importa que no pueda dormir por pensar en ti ya que a ti sólo le importa el condenado hijo de Afrodita pero quien querría pensar en mí cuando lo tienes a él a lado, eres quién me hace olvidar como colocar correctamente una venda, quien me hace inventar miles de excusas para poder verte sin recibir un rayo o dormir con los peces o un paseo por el laberinto de Dédalo o alguna cosa loca que se le ocurra a tus amigos pero sabes ¡Me rindo! Me rindo ya no puedo buscarte y verte con Blake tonteando algo que jamás harías conmigo así que lárgate con tu perfecto hijo de Afrodita ¡Prometo que te olvidaré! -¡Bien hecho Solace! Le has confesado tu amor a Nico ahora es momento que desaparezca, intente correr a las profundidades del bosque pero una cálida mano me lo impidió provocando un cosquilleo en la boca del estómago, Nico me veía como si fuera un gato tierno al cual no le negaría algo, lo que hizo que recordara la mirada de Blake a mí no tan mío chico sombra soltándome de inmediato con la intención de irme de ahí pero esto se fue al retrete cuando sentí sus labios sobre los míos dando paso al mejor beso de mí vida, quizás fueron sólo unos segundos pero yo sentí como si pasara una eternidad una maravillosa eternidad en los labios de Nico

-Nadie te freirá con un rayo, te hará vagar por el laberinto o te harán dormir con los peces te lo prometo.


SolangeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora