Lejos

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Will odiaba la idea de alejarse de Nico, recordar que en poco tiempo tendría que alejarse de la persona más importante en su vida le producía un agujero en el corazón, uno tan grande que sonreír le era una tarea titánica a pesar de tener la certeza que Nico no dejaría que su novio permaneciera tanto tiempo sin su presencia, el miedo lo carcomía debido a la gran cantidad de buitres que revoloteaban sobre su chico sombra, desde que comenzaron a salir los y las campistas empezaron a reconocer la belleza del rey de los fantasmas además de aquella personalidad cortante hacía a Nico tan codiciado entre los hombres y mujeres del campamento griego y romano, algo que provocaba uno que otro disgusto en el rubio aunque la confianza que le tenía a su pareja era inamovible no significaba que podía confiar a que los demás desaprovecharan una oportunidad de oro. Él sin duda no lo haría con tal de acercarse al pelinegro no le importaría que se encontrara en una relación. No atañía todas aquellas promesas que sus hermanos le habían hecho con tal de cumplir su sueño de convertirse en un doctor certificado debido a que ellos no eran hijos de Atenea y todos aquellos planes que realizaron para mantenerlo lejos de su calaverita habían fracasado estrepitosamente por lo que el temor se había instalado en su pecho desde el momento en el que sabía tenía que iniciar una carrera universitaria.

Todos en la cabaña de Apolo sentían la tristeza que envolvía a su consejero, aunque todos sentían esa tristeza palpable en el aire debido a que Will Solace se iría al campamento Júpiter uno de los consejeros más queridos en la cabaña, Will siempre apoyaba a sus hermanos, cuidaba de ellos más que se cuidaba a sí mismo y de la misma manera cuidaba al campamento no solamente en la enfermería intentaba a toda costa que las cosas fluyeran de una manera ligera entre todos por lo que cuando llegó el momento de Solace de dejar el campamento muchos sintieron la tristeza de este pero batiendo todos los pronósticos el único campista al que no parecía afectarle que el rubio hijo de Apolo se fuera era su novio, Nico Di Angelo, algo que levantaba diversas sospechas en los campistas ya que era muy bien sabido por todos que el hijo del dios del inframundo buscaba pretextos desde aquellos más razonables hasta algunos que rozaban lo absurdo para mantenerse cerca de Will por lo que verlo tan relajado y en dicho modo feliz provocaba que las dudas sobre el amor que decía tener a su pareja se levantarán en varios semidioses, algunos de ellos alegres de aquella magnífica posibilidad que los sentimientos entre ellos se desvanecieran y la distancia ayudaría a que se dispersaran para siempre.

El día se acercaba, era la última noche que permanecería en el campamento y Will se rehusaba en salir de la enfermería sin importarle las súplicas de sus hermanos y amigos además dentro de aquel lugar tenía suficientes provisiones para sobrevivir durante una semana por lo que no se preocupaba en salir y la única persona que podía hacerlo cambiar de opinión se encontraba en el inframundo desde hace dos días intentando que su padre no hiciera que los muertos salieran de su morada por el turbación que le provocaba la madre de su esposa, la diosa Demeter.

— ¡Will sal ahí! —Era la décima persona que intentaba sin algún éxito que Solace saliera de su escondite en lo que iba de la hora

—Contraseña equivocada —Canturreo el hijo de Apolo mientras mataba el tiempo limpiando la enfermería ¡Vaya que tenían cosas interesantes! Desde que Nico le informo que iría a lo de su padre se rehusó en dejar la enfermería, ni siquiera los hijos de Ares habían logrado sacarlo de ahí en su lugar se llevaron una maldición y una sordera temporal por lo que la fuerza había sido descartada

— ¿A mi si me dirás la contraseña? —Una voz proveniente de la sombra que producía el estante donde se colocaban todos aquellos materiales de curación provocó que sus manos soltaran una caja empolvada sobre sus pies —Pensé que te habías acostumbrado a mis apariciones repentinas —Hincado, recogiendo todas aquellas cosas que Solace había dejado caer se encontraba Nico Di Angelo con una pequeña sonrisa en sus labios — ¡Vamos Will no digas que te pongo nervioso! —El menor había terminado de recoger todo pero su acompañante aún se encontraba en un estado de estupor ¡Nico estaba ahí en la enfermería, con él!

—Will Solace ¡Si no sales le diremos a Nico que no te bese en meses! —Kayla le gritó a su hermano desde las afueras de la enfermería, jugando de esa manera su última carta, no hubo respuesta. —Se habrá quedado dormido, es demasiado tarde para nosotros —Lo pasos resonaron fuera del lugar dejando a la pareja sin alguna posible compañía.

—Pensé que estabas en el inframundo —Le susurró Will

—Estaba soportando a mi padre, cuando escuché a un muerto decir que había problemas en el campamento así que decidí venir y escuché el escándalo fuera de la enfermería —contestó Nico mientras se acercaba a su pareja para así poder juntar sus labios a los de él, dejando de sentir la añoranza que sentía desde que su padre lo solicitó de manera urgente —Ahora ¿Me dirás la razón por la que te rehúsas a salir? —Preguntó Nico al separarse de su apuesto novio

—No quiero despedirme de los campistas —le contestó escondido en el cuello del menor ¡Se sentía en casa! —No quiero alejarme de ti —Esto último lo dijo en un susurro casi inaudible pero gracias a la cercanía que compartía con la única persona del lugar lo escuchó sin alguna dificultad, lo que sorprendió y provocó que soltara a Di Angelo fue el hecho que este comenzara a reírse como si le contara el mejor chiste del mundo —No es algo que cause gracia

—Sí que lo es, ¿De verdad pensaste que te dejaría ir solo? —La actitud de Nico de los últimos días ahora tenía sentido para el hijo de Apolo —Ya hable con Reyna y Frank ambos están de acuerdo, no olvides que sigo siendo el embajador de Plutón.

Aquella noticia sin duda había hecho que todos aquellos sentimientos de tristeza que albergaba se dispersaran como si de hojas secas en plena tormenta se tratasen, aún añoraría aquel sitio que había sido su hogar durante muchos años, a sus hermanos, a Quirón aunque podría visitar el campamento de vez en cuando no importaba porque tendría con él lo mejor de su hogar a Nico Di Angelo

—Te amo —Le dijo Will antes de abalanzarse a su pareja para iniciar una sesión de besos que ambos deseaban

—Yo también, aunque arruinaste mi sorpresa. 

SolangeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora