Le escuchaba jadear y notaba que sus mejillas estaban cubiertas de un suave carmín. Su cuerpo (más bien la parte que él alcanzaba a ver) estaba cubierto por perladas gotas de sudor y tenía los ojos cerrados. Sasuke nunca supo cómo pudo el rubio llegar a ese estado, acostado en aquella cama mientras él lo miraba atontado.
- Sasuke, ¿me estás escuchando? – preguntó una pelirrosa.
El Uchiha se sobresaltó. Sakura estaba sentada al otro lado de la cama del hospital, al parecer hablándole, pero él no estaba escuchando. Sólo tenía ojos y oídos para el enfermo Naruto.
- No escuchaba – dijo secamente.
- Diablos… siempre haces igual. Menos mal que por lo menos escuchas cuando tienes misión con el resto de los ANBU.
- Tsk.
Sasuke desvió la vista hacia la ventana mientras se acomodaba en la silla que estaba al lado de la cama del kitsune. Nevaba en Konoha aquel año.
- Mira que le avisé de que haría frío… que se abrigara… ¡pues no! Tenía que hacerlo a su manera y resfriarse, sino, no quedaba a gusto. Y además con fiebre alta. – dijo Sakura con el ceño medio fruncido – Pero he de admitir que está mono cuando duerme – dijo con una sonrisa en los labios.
Las últimas palabras pronunciadas por la pelirrosa hicieron que el Uchiha centrara su atención en ella. No supo por qué, pero la sangre de su cuerpo se alteró, casi como si le hirviera por el comentario.
- Sa-Sasuke… ¿por qué tienes el Sharingan activado? ¿Y por qué me miras así? – dijo medio temblando.
Y se dio cuenta. No era la primera vez que actuaba así. Ya le había pasado más veces. Retiró el Sharingan la vista de su ex compañera de equipo y cerró los ojos para volver a la pose de -Sólo me interesan yo y mis problemas-. Pero eso sólo de manera aparente. Su cabeza estaba en un estado de medio-shock debido a esa manera de actuar que tenía desde que Naruto le obligó a volver a Konoha.
Era diferente a cuando empezaron a trabajar como el equipo siete. Por entonces Naruto sólo era el típico hablador que se dedicaba a hablar sobre su sueño de ser Hokage algún día. Él no iba por ahí diciendo que iba a matar a su hermano por pura venganza. Pero, con el paso del tiempo, incluso le llegaba a caer bien ese muchacho de ojos azules y de personalidad fuerte que siempre sonreía.
Pero habían pasado los años, y tanto Naruto como el propio Sasuke habían crecido y madurado, y las cosas habían cambiado; eran diferentes.
Era cierto que le preocupaba el estado de salud de Naruto, pero ¿por qué creía que debía saltar así por un comentario como ese? ¿qué más le daba a él lo que pensara Sakura del rubio? Sacudió la cabeza, cosa que la pelirrosa no pasó por alto.
- Sasuke, ¿estás bien?
- Sí, sólo necesito tomar el aire.
Y salió de la habitación del hospital sin decir una palabra más.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
<i>No entendía la forma de la que había llegado a esa situación, enterrado bajo la nieve, apenas abrigado, pues llevaba su ropa de siempre, y con un buen resfriado que no estaba ayudando en nada.
Sabía que era la fiebre lo que le provocaba ese malestar general en el cuerpo. Notaba como le ardían las manos y los pies los tenía fríos y, a pesar del calor que generaba su cuerpo, tenía frío y no podía dejar de tiritar.
“Tenía que haber hecho caso a Sakura” pensó, enterrado en la nieve.
Sus extremidades estaban congeladas y el resto del cuerpo estaba quedándose muy frío, pero Naruto aún no se había rendido. Se resignaba a morir así y menos cuando había conseguido que Sasuke volviera a la villa. Notaba que la nieve se fundía a su alrededor por el calor de su cuerpo, pero aún era mucha la que tenía encima y le empezaba a sentirse fatigado, como si le costase respirar.
-¿Quieres mi poder, Naruto? Te ayudaría a salir de esta.
Ya era lo que le faltaba. Kyuubi aprovechando la situación de debilidad general.
“Sabes de sobra que no necesito tu ayuda” pensó, serio.
-¿Seguro?
“ Por supuesto” pensó, y en su cara se dibujo una media sonrisa.
No supo exactamente cuanto tiempo permaneció allí, semienterrado en la nieve, intentando mantener la consciencia mientras el resto del cuerpo se enfriaba poco a poco.
“Le prometí una pelea, ahora que había vuelto…pero…”
Y sus esperanzas dieron un vuelco cuando escuchó la voz de Sakura, Kiba y los ladridos de Akamaru mientras notaba que el peso de la nieve que tenía encima disminuía y vio a Akamaru, que ladraba lleno de alegría mientras Hinata colocaba una manta encima de él y dejaba que el cansancio se apoderase de la situación y le hiciera perder la consciencia.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
No le importaba lo que Sakura pudiera pensar de su manera de actuar. Lo que le preocupaba era su propia manera de reaccionar ante ciertas situaciones. Como cuando supo que Naruto había desaparecido durante la tormenta de nieve que se alteró todo y estuvo por abandonar la misión ANBU, pero se controló. O cuando se enteró de que le habían encontrado medio enterrado en la nieve y con una fiebre de casi cuarenta grados, vez en la que definitivamente abandonó la misión. Ya hablaría después con su jefe.
Definitivamente, no eran maneras de actuar comunes para un Uchiga, y menos para Sasuke. Y aún menos si esa persona no era de gran interés A SU PARECER. Porque no le interesaba ¿o sí?
Y Sasuke, el cual había caminado durante un buen rato por Konoha, sin rumbo fijo y con la vista pegada al suelo, se paró de repente y se sintió como si hubiera hecho el descubrimiento más absurdo de toda su vida. Naruto Uzumaki le interesaba.
“Es lógico” pensó y se encogió de hombros. “Es mi rival y me obligó a Konoha. Una amistad es lo que tenemos en común. PERO NADA MÁS”
Aunque después de visualizar esas palabras en su mente no quedó muy convencido. Siguió andando hasta salir fuera de Konoha, aunque la nieve tampoco le dejaba ver donde se encontraba exactamente.
El vapor que salía de sus labios al respirar apenas era visible con los copos que caían, y eso que hacía frío. El moreno se enrolló aún más en la capa y buscó un árbol con buenas hojas bajo el que sentarse a pensar. Y un rubio sonriente fue lo que le vino a la mente nada más apoyar el culo en el suelo y mirar hacia el blanco cielo.
“Ese dobe… mira que resfriarse” y sonrió. No tendría muchas oportunidades de ver al rubio en aquel estado de vulnerabilidad. Y Sakura tenía razón, si que era mono cuando dormía.
Espera, ¿había pensado eso? ¿le parecía mono Naruto cuando dormía?
Le pareció una idea tan descabellada le hizo bajar la cabeza de repente y sacudirla. No era normal. Era cierto que Naruto era atractivo, que tenía un pelo rubio que no se podía comparar, que podías perderte en el mar de sus ojos azules, que tenía un cuerpo de muerte de piel bronceada, que….
Vale, definitivamente no eran normales esos pensamientos. Esos pensamientos los podía tener Hinata, Sakura o incluso Ino, ¿pero él? No es que le gustase ni nada de eso ¿no?
Y fue, que al percatarse de eso, Sasuke Uchiha quedó plantado en el suelo en estado de shock.
ESTÁS LEYENDO
Los Tres Pasos ©
RomanceMuchos dicen que el enamoramiento consiste en tres pasos: CONOCIMIENTO, NEGACION Y ACEPTACION. Pero esos tres pasos se vuelven una pesadilla para Sasuke cuando se percata de que Naruto no es sólo una amistad a sus ojos... Los personajes no son míos...