Paso 2: Negación.

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Sakura veía por la ventana como anochecía en Konoha. Estaba algo preocupada por el comportamiento de Sasuke; a su parecer no era ni medio normal lo que le pasaba al chico. La mayor parte del tiempo que estaban juntos lo veía centrado en sus pensamientos. Era cierto que Sasuke nunca fue muy hablador, pero era diferente. Sasuke no solía hablar pero se quedaba observando la situación y nunca perdía detalle; últimamente se quedaba callado, mirando hacia un punto fijo en mitad de la nada, con la mirada perdida y, hasta que no llamabas su atención, no volvía a la realidad.

-         Este Sasuke… un día me mata del susto – dijo la pelirrosa, suspirando.

Escuchó como llamaban a la puerta y se levantó a abrir.

-         Puedes entrar, no sé ni para qué me levanto. Ya era hora de que volvier-,  - dijo y abrió la puerta -¿Kakashi-sensei? Pensé que eras Sasuke.

-         Siento decepcionarte, Sakura. Vengo a ver a Naruto. – dijo y entró en la habitación - ¿Cómo está?

-        Pues la fiebre le ha bajado pero aún no se ha despertado. – dijo y se volvió a sentar en la silla – Tsunade dijo que aunque se recuperara rápido, lo tendría aquí un par de días para asegurarse de que la hipotermia no ha hecho mayores estragos en su cuerpo.

-         Me parece bien – dijo y echó un ojo alrededor - ¿Y Sasuke?

Sakura se encogió de hombros.

-         Se marchó hace alrededor de tres horas y no ha vuelto.

-         ¿A quién le toca la guardia? – preguntó el peligrís.

-         Pues lo echamos a cara o cruz y le tocó a él – dijo con una sonrisa – Y si no vuelve lo voy a buscar, porque ya casi es la hora de la cena y yo hoy no he comido. Aunque no está mal, que últimamente estoy a dieta.

Sakura se sumergió en sus pensamientos sobre dietas de adelgazamiento. Mientras, Kakashi se sentó en la silla que había dejado libre el Uchiha, sacó uno de sus libros (N/A: como no, faltaría más que no leyera sus “cosas” XD) y se puso a leer. Pero su paso por las letras del libro no duró mucho, ya que notó como el rubio comenzaba a moverse en su cama. Kakashi se levantó de la silla y se acercó a Naruto.

-         ¿Naruto? – preguntó, de manera suave.

-         ¿Kakashi-sensei? – dijo con algo de esfuerzo.

La voz de kitsune sonó ronca y rota, como si estuviera afónico o le doliera la garganta. Sakura se sobresaltó y se acercó a Naruto.

-        ¿Cómo estás?- preguntó, preocupada.

El joven de ojos azules intentó levantarse. Le dolía el cuerpo de la postura mantenida y tenía que moverse, aunque sólo se sentara. Sakura le colocó la almohada de manera que quedara sentado en la cama y estuviera más cómodo.

-         Pues… creo que bien – dijo con la misma voz.

-         Yo no creo que estés tan bien. Sólo escúchate. Aunque seguramente sea de la gripe que te has pillado. – dijo su sensei.

-         ¡Bah! Tonterías. Mañana ya no tengo nada y me podré ir a casa. – dijo, pero el sonido de su voz aún seguía siendo áspero.

-        Naruto, escúchame – el muchacho volvió la vista hacia Sakura – Tsunade ha dado la orden de que te mantengamos aquí durante, al menos, dos días.

Naruto abrió los ojos como platos. ¿Que tenía que quedarse allí dos días más? ¿Allí encerrado?

-        Naruto, es por tu bien – dijo Kakashi.

Los Tres Pasos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora