Esta historia da comienzo con un pequeño pelirrojo que, sentado sobre su cama, sollozaba escondiendo su carita de niño pequeño entre sus piernas. Sus cortos bracitos trataban de cubrir su cabecita pelirroja para acallar los furiosos gritos que procedían de la planta baja. Como era costumbre, los progenitores del pequeño Grell mantenían una acalorada pelea como hacían desde hace bastantes años, incluso antes de que naciera el pequeño.
Por ese entonces él sólo tenía unos escasos seis años y su mente inocente aún no lograba entender por qué sus padres no eran como los de los niños de su escuela, cariñosos, cálidos y amables, trataban a sus hijos con profundo amor y paciencia, cosa que los suyos pocas veces expresaban hacia el niño. No tenía hermanos tampoco, al parecer su madre no pudo soportar tener uno... ¡ como para tener otro más !
Los sollozos del infante eran silenciosos, tenía pavor a hacer algún sonido por escaso que fuera, tenía miedo de que su madre subiera las escaleras y le encerrara en el sótano como había hecho más de una vez por cualquier acción mínima que la disgustara. Recordar el frío y húmedo ambiente solo hacía que la espalda de Grell se erizase y un escalofrío se extendiera por todo su cuerpo hasta los dedos de sus pies. Sus manitas habían dejado de proteger su cabeza y se enredaron en las sábanas, las apretó entre sus pequeños y rechonchos dedos y con fuerza mordió la almohada para ahogar un sollozo considerablemente alto.
No quería alertar a los vecinos de su presencia, si bien los demás ya sabían que estaban discutiendo sus padres en la cocina, no tenían por qué ser conscientes de que él estaba aún despierto, pese a ser altas horas en la madrugada. Sus ojos se cerraron, su ceño se frunció, tanto que aparecieron pequeñas arrugas en este, y su mente comenzó una oración silenciosa en la que pedía a cualquier dios que le escuchara que por favor pararan de vociferar. Una y otra vez se repitió esta oración hasta que de pronto un grito muy alto seguido de un llanto de dolor le arrancó de su rezo. Sus grandes ojos se abrieron por aquel aullido inesperado y suspiró atemorizado al ver que tras escuchar esto la luz de la ventana frente a la suya se prendía para que después una figura femenina se asomara.El pequeñín se metió bajo las cobijas y se mantuvo inmóvil durante un largo rato, el mismo que aprovechó para rescatar el pequeño diario que escondía y atesoraba bajo su almohada. Con un viejo y muy mordisqueado lápiz empezó a relatar con torpe caligrafía lo ocurrida aquella noche, esperando a ver si su joven corazón dejaba de latir tan aprisa.
Entonces el sonido de sirenas inundó la calle. Primero el ruido era vago, casi imperceptible, pero a medida que los segundos fueron pasando, se convirtieron en sonidos chirriantes y molestos para sus oídos. Grell bajó de su incómoda cama y con pequeños y veloces pasos se acercó al alfeizar de la ventana que había en su dormitorio. Abrió esta y automáticamente el frío del exterior le golpeó la cara de manera dura, casi empujandole hacia atrás. No obstante su curiosidad siempre ganaba a lo demás y esta vez no fue una excepción. Al ver que el coche patrulla estaba aparcado frente su porche y que dos policías bajaban del vehículo y caminaban a paso ligero hacia la puerta de su casa, esperó a que llamaran y con una mezcla de incertidumbre y temor cerró la ventana y salió de alcoba para pararse encima del primer escalón de las extensas y peligrosas escaleras. Agarrado a su fiel conejito peluche se agarró a la barandilla de la escalera y se quedó a observar la escena.
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Mad Love [ Editando ]
FanfictionTras una dura infancia, Grell sutcliff logra cumplir su sueño de llegar a graduarse en psicología y iniciar su trabajo en el famoso manicomio de Blackgate, donde entre presos y demás, logra encontrar al que cree ser el amor de su vida. ¿ Lo malo ? E...