Los platos terminaron de lavarse.
Molly Weasley movió la varita una última vez haciendo que se colocaran ordenadamente en el armario que les correspondía.
Aparte de ella, todos las personas que ocupaban la Madriguera en ese mismo instante dormían plácidamente después de la maravillosa comida que todos habían disfrutado.La matriarca de los Weasley salió de la cocina y pasó al salón. Su tercer hijo, Percy Weasley, estaba tirado en el sofá en una postura que no podía ser muy cómoda.
La señora Weasley sonrió para sus adentros. La guerra se había llevado muchas cosas, incluido uno de sus hijos, pero había recuperado a otro y eso era algo que la hacía muy felíz.
Se acercó a un armario situado en una de las esquinas de la sala y sacó una de las muchas mantas que había guardadas.
Le quitó la fina capa de polvo que la cubría y tapó a su hijo con ella con tanto cuidado que éste no se inmutó. Le quitó las gafas y las dejó apoyadas en la mesita más cercana.Empezó a subir las escaleras intentando hacer el menor ruido posible. Se paró en el primer rellano, donde se encontraban la habitación de su única hija y la suya propia.
Abrió la puerta de la habitación que compartía con Arthur y comprobó que su marido se encontraba sumido en un profundo sueño en el lado derecho de la cama matrimonial.
Cerró la puerta y se dirijió a hacer lo mismo con la habitación que su hija compartía con Hermione.Tal y como sospechaba, Hermione y Harry habían cambiado de habitación esperando que ella no se diera cuenta. Harry se encontraba dormido bocarriba en la cama de su mejor amiga y con su brazo alargado para poder agarrar la mano de Ginny, que se encontraba dormida de lado en su propia cama.
Ya que no estaban incumpliendo ninguna norma, ¡Ni siquiera estaban en la misma cama! decidió dejarlos en paz y salió del cuarto cerrando la puerta suavemente.
Siguió subiendo las escaleras y paró en el rellano en el que se encontraban la habitación de Percy, ahora ocupada por Charlie, y la de Fred y George.
"Solo George" se recordó a si misma tristemente.
Charlie roncaba profundamente. No hacía falta abrir la puerta para poder escucharlo.Abrió la puerta de George y se preparó antes de entrar.
Su hijo se encontraba tumbado en la cama de su difunto gemelo, la almohada tenía manchas de lágrimas y el joven abrazaba algo de color azul claro. Era un jersey, de esos que la misma Molly hacía en Navidades para toda su familia. Una F amarilla se encontraba bordada en el jersey que abrazaba George.
La señora Weasley no pudo evitar que una solitaria lágrima se deslizara por su mejilla ante aquella visión.
Su hijo nunca se recuperaría de esto. Ella tampoco. En realidad, nadie podría. Hacía solo dos meses desde que se había ido, todos lo echaban en falta.Había escuchado a Percy culparse por la noche, mientras Charlie le gritaba que no era su culpa.
Había escuchado a Ginny ser consolada por Harry. A Harry ser convencido por Ginny de que él no era el culpable de esto.
Había escuchado a Ron llorar y gritar de angustia mientras era consolado por una Hermione igual de angustiada que despues sería consolada por Ron.
Y lo peor de todo. Había escuchado a George sollozar cada noche, gritando el nombre de su hermano gemelo en sueños.
George había llegado a romper tres de los espejos de la casa solo porque su mismo reflejo le recordaba a Fred. Estas eran unas de las muchas razones por las que la señora Weasley se pasaba las noches llorando y sin poder dormir, acompañada por su marido quien sufría casi tanto como ella.Tapó a George con el edredón y salió de la habitación con el corazón a mil por hora.
A veces, el nivel de tristeza que sentía era tan alto que pensaba que su corazón saldría despedido de su pecho.Subió el ultimo tramo de escaleras hasta llegar a la puerta de Ron. Molly supuso que Hermione se encontraría en la habitación de su hijo menor, ya que Harry se encontraba en la de Ginny.
Cuando abrió la puerta, se dió cuenta de que la cama de Harry estaba vacía. Se giró hacia la de Ron y se encontró con Ron y Hermione dormidos. Ron abrazaba a su novia por la espalda, de forma en la que el pelo rizado de Hermione le rozaba la barbilla. Sus cuerpos parecían encajados entre ellos, como si hubieran sido pegados.No, no, no. Esto no estaba permitido en su casa. Podía permitir la situación de Harry y Ginny, ya que se encontraban cada uno en una cama. Pero esto era demasiado.
¡Si son unos críos!
Se acercó a ellos, probablemente para despertarlos y regañarlos por la situación haciéndolos separarse en camas distintas.
Pero entonces se dió cuenta de que no podía.Las manos de los dos jóvenes estaban unidas. En el antebrazo de Hermione había una horrorosa cicatriz en la que claramente se podía leer las palabras "Sangre Sucia". La mano de Ron cubría la de Hermione como si nunca fuera a soltarla. La lisa piel de Hermione contrastaba con la piel de los brazos de Ron. Los brazos llenos de las cicatrices que obtuvo en la pelea del ministerio en su quinto año se entrelazaban con las millones de pecas diminutas.
Demasiadas cicatrices.
No eran niños. Los niños no deberían haber pasado por tanto. No deberían haber sufrido tanto. Ninguno de sus hijos era ningun niño.Bill era todo un hombre, vivía con su mujer en su propia casa y pronto comenzaría a formar su propia familia.
Charlie tampoco era ningun niño, se había pasado la mitad de su vida cuidando dragones y había participado junto a Bill en la Orden del fenix.
Percy había madurado mucho. En los dos meses que habían pasado desde la batalla, se había mostrado como un hombre arrepentido. Pidió perdon a toda la familia, individual y colectivamente, varias veces e incluso había interferido en el ministerio para aumentar el ímpetu de los aurores para encontrar a Rockwood.
George...
Había sufrido tanto que toda su niñez había desaparecido completamente. Estaba muy deprimido. Todos y cada uno de los miembros de la familia habían intentado sacarlo de su habitación. Todo había sido en vano. La señora Weasley no podría haber estado más contenta cuando, una semana despues de la batalla, Angelina Jonhson arrastró a George fuera de su habitación para que comiera con el resto de su familia.Ron se había convertido en un hombre. Molly se dió cuenta hace mucho tiempo, pero no quería admitirlo. Se dio cuenta en su quinto año. Despues de la noche en el ministerio, Harry, Ron, Hermione, Ginny y sus amigos pasaron unas cuantas noches en el ala sanitaria de la escuela. Molly se dió cuenta de que su hijo ya no era un niño, cuando le interrumpió en medio de una regañina. "¡No pensaba dejar solo a Harry! ¡No nos daba tiempo a avisaros porque estabamos ayudando a Harry!" El empeño de su hijo en apoyar a su mejor amigo hasta la muerte le hizo descubrir una madurez hasta ahora invisible en su hijo. Claro que ya había empezado a ver como Ron miraba a su mejor amiga. Poco a poco, se estaba enamorando perdidamente de ella.
Que decir de Ginny.
Desde casi los diez años estuvo detrás del famoso Harry Potter. El diario de Tom Riddle la destruyó por completo. Toda su autoestima cayó en picado. Tenía pesadillas todas las noches.
Arthur y ella estuvieron a punto de no enviarla a Hogwarts a cursar segundo curso, pero Ginny escuchó la conversación y se negó completamente. La pequeña de once años no volvió a llorar por la noche.
Había estado a la sombra de un montón de chicas al ser vista como la hermana pequeña del mejor amigo del chico de sus sueños. Nunca se había rendido.
No había llorado cuando Harry la dejó para protegerla y había luchado por su bando en Hogwarts con la mitad de sus amigos desaparecidos en una misión secreta.
Era una mujer fuerte.
Mujer, no niña.No eran niños.
Eran adultos. Todos.Molly bajó por las escaleras lo mas silenciosamente posible y entró a su habitación.
Se metió en la cama y cerró los ojos.
Pensó en Fred. No de forma triste, sino que lo recordó como sabía que su hijo quería que lo recordaran.
Recordó todas y cada una de las travesuras de los gemelos (por lo menos todas las que conocía). Sonrió aún con los ojos cerrados y pensó en todo lo que vendría ahora.
Los momentos felices llegarían pronto. Lo superarían.
Sería dificil.
Pero posible.
Molly estaba segura de que, en un corto plazo, la vida les empezaría a cobrar por todo lo malo que habían pasado y les devolvería cada acto de bondad que habían hecho.
La guerra los había roto, pero se empezaban a recomponer los pedazos.
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Recomponer Los Pedazos
FanfictionHola queridísimo lector! Al igual que mis anteriores historias, esto es un One-Shot y carece de continuación (Mi imaginación no sirve para mucho, lo sé). Me he vuelto a centrar en Harry Potter. De nuevo, la historia se sitúa despues de la batalla de...