Tus caricias por el pelo me llevan hasta el mismo cielo, tus susurros en el oído cierro mis ojos y me Brindas tu positivismo, me llenas de alegría, demasiadas veces melancolía, pura poesía, una brisa suave traspasa mi oído, y es que tu haces que se mueva la tierra que con latidos fuertes da vida a compases que van al son de la poesía, poesía que al mismo tiempo entra en un caos de relevamientos de las hojas de los arboles, suena algo ilógico ¿verdad? El corazón es la tierra, hojas de arboles que son los pelos de mis brazos que al escuchar una nota se levantan, y es que tú, apareces y entro en un caos de pensamientos oportunos, tanto alegrías como tristezas indecisas que me brindan una copa de agua un tanto salada, que va bajando por la mejilla y se escapa como muchas otras alegrías, y esto es así, por mucho que lo pidamos no siempre se puede volar, aveces las nubes por muy bonitas que sean se desvanecen, igual que después aparecen, y es que eres tan bonita musa de inspiración que... Es inevitable que cierre los ojos y empiezo a sentir tus caricias dentro de mí, no siempre pasa, pero cuando lo hace suelen despegar emociones con tantos sentimientos plegados entre si, y volviendo al principio de este precipicio de sentimientos que vuelan sin rumbo alguno, sin ningún destino, únicamente quieren libertad de una expresión un tanto curiosa que nace de un latido a mitad que produjo una nota de MÚSICA, si, justo esa palabra era la que estaba buscando.
