CAPÍTULO .- 4

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CAPÍTULO.- 4

*Elena*

- No puedes hacer eso, Luis - dijo un chico pálido, de cabello rizado con flequillo. Salía de las duchas, envuelto sólo en una toalla, dejando a la vista su trabajado y perfecto torso.

Tengo ojos nenas, y los tengo para ver y apreciar.

Y las manos para tocar.
Tentador.
Pero inapropiado.

- Ainara, te he dicho que me llames Lucho - suspiró con resignación - ¿y por qué no puedo hacer eso?

Ainara.
Bonito nombre.

- Porque sólo eres el entrenador, y no puedes incluir a alguien que yo no apruebo. Luis. ¿Lo entiendes verdad? - explicó el muchacho.

¿Que él no aprueba?
Entonces... Ya veo.

Es el capitán.

- Me dijiste que si alguien tenía potencial lo incluyera al club, siempre y cuando esa persona quisiera - se puso en pie el bigotudo.

Se alejó de la mesa de apuestas que se encontraba en la pared de atrás del cuadrilátero. Y se acercó hacia la multitud de chicos para poder ver mejor al capitán. Este último se acercó desde el fondo a paso rápido, pasando dos cuadriláteros y llegando al tercero frente a Lucho.

- Si, pero yo te dije si encuentras a un CHICO, no una chica. Ellas no deben venir aquí. Y TODOS lo saben - alzó la voz en la última frase - y tú también novato - clavo su mirada en mi hermano, pasando por mí después, para clavarla en la de Lucho - ¿entendido?- Lucho asintió.

Pero este ¿de qué iba?

Solo porque soy chica cree que no tengo derecho a entrar al club de boxeo.

- Igual tendría que declinar tu oferta, Lucho. Ya he entrado en otro club - le Comuniqué al bigotudo entrenador. Él asintió.

- Bien - aplaudió el capitán - todos vuelvan a su entrenamiento.

Me voltee a mi hermano, deshaciendo nuestro abrazo.

- Tu capitán es algo... ¿machista? - solté una pequeña risa.

- Cree que son una distracción para el entrenamiento - se encogió de hombros - ya ves lo que pasó con Luard.

- Luard es el chulo con el que peleé, que está sentado por allá, ¿verdad?- señalé a espaldas de Dwayne.

Volteó. Y sonrió.

- Buen round - dijo sarcástico y sonrió.

Claro. Buen round.
Nótese mi sarcasmo.

- Bueno, dime. ¿Por qué estás aquí? Porque a saludar no has venido.

- ¿Por qué no?, ¿acaso no puedo venir a saludar a mi hermanito?

- Lena, estamos peleados, ¿recuerdas?- dijo mirándome la cara.

- ¿Todavía sigues molesto conmigo? - creí que ya no lo estaba.

- No - sostuvo la funda de regalo frente a mi cara - no después de que mi hermanita me ha traído un regalo - sonrió.

¿Cómo sabe que es para él?
Ni siquiera le dije de quien era.

- ¿Cómo es - cara de confusión era lo que tenía yo en ese instante- que tu...

- Vamos Lena, tú no te atreverías a traer un reglo de alguien más porque te invadiría de preguntas, me conoces - explicó moviendo la bolsa en su dedo índice - y ya me dijiste que no era tuyo. Así que, si no era tuyo, y por mis deducciones tampoco era de una de tus amigas, o tu amigo "rojo" - dijo con desprecio lo de Red, a lo que yo rodé los ojos - , entonces, ¿de quién más va a ser? .... Mío.

Reí

- de acuerdo, sí. El regalo es para ti. Vamos ábrelo.

Agarró la bolsa y la comenzó a agitar en su oído. Luego procedió abriéndola. Y cuando hubo descubierto lo que había dentro, achinó los ojos y los giró en mi dirección.

- ¿estas bromeando verdad? - negué con la cabeza - ¿seguro que el regalo era para mí? - asentí sonriente - sabes que no los utilizo.

- Si no los utilizas puede que una...

- No Lena, - me cortó - sabes a lo que me refiero.

- Lo sé, lo sé. Los puedes regalar si quieres - le di menor importancia - en realidad vine por otra cosa.

Me dirigí al final del salón. Una vez llegamos, me aseguré que nadie nos escuchara. El dejó el regalo en una silla y me encaró.

- ¿Que sucede? - cuestionó.

- Bueno... me llamaron esta mañana de las oficinas de policía de la ciudad - susurré

- Ya, ¿Y.... Por qué no me han llamado a mí?

- porque aparte de darte tu regalo, vine para decirte que...

- ¡No! - me cortó - ¿no me digas que no me han aceptado?, porque no me han llamado. ¿Mi formulario está mal?, ¿el jefe se olvidó?

- Dwayne

- yo te dije que era olvidadizo - comenzó a hablar - ¿y ahora qué hago?, ¿me tengo que regresar para ...

Lo agarré de sus hombros agitándolo para que se relaje.

- Dwayne, no hay problema - lo miré fijo para que se establezca- No te han llamado porque yo les dije que te avisaría. Así que tu formulario está bien y el jefe si se acordó.

Me senté en una silla vacía.
Él se sentó a mi lado.

-Entonces.... ¿Cuándo ingresamos?

-Primero tenemos que firmar contrato.

- y.... ¿cuándo lo firmamos?

Continuamos susurrando.

- Se supone que dentro de... - mire mi reloj de mano - 2 hora y aproximadamente 33 minutos.

- ¿Que se supone que hay que ir dentro de 2 horas y aproximadamente 33 minutos? Interrumpió Luard.

Mi gemelo y yo nos miramos.

- Una cita - dije sin más.

No mentía, pero la palabra "cita" se podría interpretar de varias formas.

- El chico debe ser más guapo que yo - dijo Luard - para que no hallas querido salir con migo.

- No lo conoce - esta vez habló Dwayne.

- No pensé que fueras de las muñecas, que le gustan las citas a ciegas-

Y vuelve la burra al trigo.
Voltee a ver a Dwayne con mi paciencia ya al límite.

- Si la sigues llamando nena, te llevará al ring y te dará una paliza en menor tiempo que el de la pelea de hace rato, Luard. - se rió Dwayne.

- ok, ok... - levantó sus manos en forma de rendición - mejor me voy. Adiós muñeca - quiñó un ojo.

Los ojos detrás de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora