1)
Eran las 6:00 AM de la mañana. Estaba duchándome y terminando de preparar mis valijas, a punto de partir a un nuevo hogar.
Pensé en todo lo que cambiaría y en todas las cosas que pasarían en San Francisco, todos los amigos que haría y las situaciones que viviría.
Mi padre me gritó que ya baje para irnos porque se iba a hacer tarde, por lo que cogí mis maletas y fui a la entrada de la casa.
En Boston estaba lloviendo, como de costumbre, por lo que alcé mi oscuro paraguas y lo abrí para protegerme de la lluvia.
Seguramente que contando todo esto parezca alguien normal, que me gustaría ser, pero dadas algunas circunstancias, no soy normal, por lo menos me siento así.
A ver, tengo 15 años, me llamo Fred y vivo en una acogedora casa en Boston junto con mi familia, constituida por mi padre.
Todo eso es hasta ahora, claramente, ya que me voy a mudar.
Para muchos resulta temeroso esto pero para mí no. No sé por qué ni cómo pero no le tengo miedo al cambio. Me gusta pensar en todas las probabilidades de las cosas que podré hacer en mi destino y esto, es lo que prácticamente hice en todo el viaje, pensar.
Me encanta viajar con mi padre, además de ser alguien confiable, es alguien con quien comparto gustos, y de lo que más me gusta, la música.
Me gusta la música clásica, por lo que comenzamos escuchando un poco de música de orquesta de Tchaikovsky hasta terminar escuchando el preludio de la Suite No.1 de Bach de cello tocado por Yo Yo-Ma, mi cellista favorito.
Como se puede ver, tengo un favoritismo por un instrumento, el cello. Un instrumento que a pesar de que nunca tuve la oportunidad de tocar, me gusta escucharlo.
Siento que tengo algo con este instrumento, que me transporta a una dimensión en donde se genera una historia conforme a la canción que estoy escuchando.
Estando a la mitad del camino, me pongo a pensar la razón por la que me gusta tanto el cello, y tengo varias teorías, 1) Sólo me gusta cómo suena, 2) Siento que debo aprender a tocarlo, 3) Siento que tengo una conexión especial con este instrumento, con la cual no sé cómo responder.
Pero luego de pensar y escarbar dentro de mis pensamientos y teorías, llego a la conclusión de que solo debo escuchar la música y relajarme, que ya tendré tiempo para pensar.
2)
Ya hemos llegado a San Francisco y por lo que he visto de esta maravilla de ciudad, es bastante parecido a Boston, por lo que el clima no será muy distinto para adaptarme.
Bajo todas las valijas de nuestro coche, que digo nuestro porque he ayudado a mi padre a pagarlo con unos pocos ahorros míos de dinero regalado en cumpleaños, navidades, etc...
Luego corro rápidamente hacia la casa, de dos pisos por cierto, y abro la puerta de mi nuevo dormitorio, cuando al momento me quedo boquiabierto.
No sólo no es lo que imaginaba, obviamente en el buen sentido, sino que superó las expectativas que tenía en relación al dormitorio que tenia en mente.
Era una gran habitación con unas bibliotecas vacías y blancas, junto a la pared izquierda, que en su centro, poseía un gran ventanal con vistas al jardín de la casa.
3)
Es domingo por la noche, luego de tres días de haber llegado y a un día de asistir a mi primera clase de preparatoria del año.
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PERSEVERANCIA.
Teen FictionFred, un chico de familia, aunque solo de su padre. Una palabra fácil de pronunciar, difícil de aplicar.