Capitulo I: Bienvenida al consultorio del Dr. Ro

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En la víspera de su cumpleaños lo que menos se esperaba Annie Waterhouse era que la internarán en un hospital mental de una forma tan sofisticada digno de un psicópata. Todo empezó con un "Annie ¿quieres viajar?" luego fue "Annie sube a el avión y alguien te recogerá en el aeropuerto" y termino en "bienvenida al hospital de Dr. Ro".

Annie entro mirando, examinando de piso a techo, de esquina a esquina, callada y rígida, la secretaria después de notar su presencia pregunto fríamente - ¿Annie Waterhouse?- ajam- contesto Annie haciendo notar por el tono de voz que estaba molesta por si su rostro no lo dejaba claro –siga por el pasillo, al fondo-concluyo la mujer cruzando sus piernas y mirando nuevamente a la pantalla de su escritorio, sin decir nada con dos maletas desgastadas por el uso, Annie cruzo la sala de espera, luego por el pasillo mirando cada una de las puertas blancas hasta llegar a la última, esta puerta era diferente: era gris, tenía huellas de dedos en pintura blanca y tenía una placa que decía "Dr. Ro", Annie respiro profundo y entro. Había un hombre de ojos almendrados y oscuros rodeados con el marco de unos inmensos anteojos negros, aquellos ojos examinaron con detenimiento, una pisca de asombro y quizás con alegría que después expreso con una leve sonrisa, la miraba como si fuera...No sé... ¿Lady Gaga?¿Barack Obama? era intimidante y después de levantarse de la silla donde estaba casi desparramado ,abrazo a la chica exclamando con la voz energética y algo ronca:

-Bienvenida Annie, te hemos estado esperando

-Yo no debería estar aquí, no estoy loca- respondió ella seca mirándolo fijamente con desaprobación

La puerta gris se abrió y entro un muchacho de quizás unos 20 años que intentaba no reírse:

-Pero Annie, si todos estamos locos- dijo el doctor sonriendo burlonamente, Annie le pareció cinismo más que cualquier otra cosa por lo que contesto con más brusquedad:

-Doctor... ¡usted está demente!

-Gracias

- ¡Sáquenme de aquí¡ este lugar es muy raro

- ¿Qué es raro?

- ¿Qué? – contesto confundida

- defíneme raro, ¿Qué es raro para ti?

Annie se quedó pensando y no supo que decir. El doctor y William, el muchacho que había entrado al consultorio, chocaron sus manos en señal de victoria. Después de eso, William levanto las maletas y las llevo sin decir nada:

- ¡oiga ¡ ¿Qué hace con mis cosas?

- tranquila las llevan a tu nueva habitación – contesto el doctor

- ¿voy a quedarme aquí para siempre o qué?

– pregunto preocupada y alterada haciendo que William y el doctor intercambiaran miradas:

-siempre es una palabra que seres finitos como nosotros no deberíamos usar.- respondió sonriendo, esto irrito aún más a Annie y contesto:

- ay si ay si, hablo el gran sabio, eso no responde mi pregunta

El doctor se rio un poco y camino indicándole a Annie que lo siguiera, salieron al pasillo y fueron hasta una puerta que tenía un aviso: baño fuera de servicio:

-doctor... ¿seguro que se tomó sus pastillitas?- dijo ella sarcásticamente y espero alguna reacción negativa de ese hombre que a pesar de conocerlo hace pocos minutos ya lo despreciaba, continuando su tarea de estresarlo mencionó:

- además ¿Ro? ¿Ese apellido que o qué?, ni a mi perro le pondría así

- y si así fuera mi apellido ¿Qué pasa? ¿Me convierto en un perro?- contesto calmado

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