Notas de una chica enamorada.

Nota 32.

14 de Febrero.
Feliz San Valentín, hoy recibí muchas cartas en mi casillero, sin embargo, ninguna de parte tuya. Creo que me haz enseñado algo nuevo. "Mientras más te ilusionas, más te decepcionas si el resultado no es el que esperabas..." No sé por qué, una parte de mí quería que me enviaras una carta... Tampoco te culpo, jamás te dije mi nombre...

-Rosie
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Rosie iba en camino a dejarle la nota a Daniel, pero él estaba ahí. Ella no podía pasar la nota por las rejillas de su casillero hasta que él se fuera. El chico la miró, le sonrió y se marchó al salón de clases. Rosie corrió al casillero de Daniel e introdujo la nota. Mientras lo hacía pensó "¿será esta la última nota que le envíe?" , Daniel salió del aula, y miró a Rosie. La vio con las manos en su casillero, introduciendo la nota. Se acercó a ella y le comentó

—Que rápido pasa el tiempo... Ya pasó un mes desde que empezaste a escribirme esas notas, -R... Por cierto, feliz San Valentín...— Rosie se sonrojó y no dijo palabra alguna. El chico volvió a la sala de clases y salió dos segundos después con una cartulina enorme, en ella había escrito:

14 de Febrero.
Siempre supe que eras tú, desde el primer día, cuando leí la R, lo supe... Nadie más en el salón tiene un nombre que empiece con R, nadie más en el salón tiene un nombre tan lindo como el tuyo, nadie más en el salón es tan linda y dulce como tú, no hay nadie más en el salón que quiera más que a ti, Rosie.

-D

Y justo debajo de esa hermosa nota, estaba cada nota que Rosie le había mandado, pegadas de una manera específica para que formaran un corazón, pero faltaba un pedazo...

—Solo me faltaba la nota de hoy...—El chico sonrió y se acercó a Rosie.

—No creo que necesitemos las notas, nunca más...— La chica dio un paso adelante, quedando a solo unos centímetros de distancia de Daniel.

—¿R?—Dijo el chico,

—¿Si, D?—Contestó la chica, riendo.

—Te quiero.—

—Yo también te quiero.— Unieron sus labios en un beso que hasta el día de hoy recordarán, un beso mágico, tierno, dulce e inolvidable. Porque ése beso, fue el primero de muchos.