habíamos partido la previa en la casa del papá del Yelo aquí en Algarrobo, una casa piolita donde cabíamos justo los seis pa' dormir, los cabros habían venido todos solteros de fin de semana; las minas deben estar haciéndose mierda en Santiago. Antes de partir al carrete en la casa del primo del Naiko nos tomamos unas buenas chelas, yo miraba al Bestia de reojo que sentado en un sillón enrolaba unos pitos pa' tener en la cajetilla pal' carrete. El weón pescaba super poco al grupo pero, lo habían hinchado tanto pa' que aceptara que al final aceptó.
Teníamos pensado que este carrete sería como esos de antaño donde partíamos todos juntos y terminábamos cada uno con una weona distinta. Excepto yo, que sin contarles terminaba con un weón Después nos encontrábamos en la mañana y nos devolvíamos a la casa a terminar el carrete.
No sabía cuanto me había quedado mirando al rapero pero, despegué la vista de golpe para ver a los cabros que aún tomaban cada uno la misma cerveza, me empiné la mía para tomarla al seco total siempre fui chelero y éstas estaban bastante buenas.
Nos levantamos a eso de las once para que el viejo del Yelo nos tirará en la camioneta, el carrete estaba cerca pero, siempre fuimos unos pajeros de mierda.
Llegamos cuando todo estaba más que prendido, la música fuerte nos invitaba a entrar en la casa y la calidad de minas que habían dejaron a los cabros locos. Saludamos al primo del Naiko y nos sentamos a tomar una de las chelas que nos habían entregado por venir, al terminar nos levantamos todos a bailar al centro de la pista, más que bailar hacíamos el ridículo con pasos tipo robocob. No fue mucho el rato que en realidad estuvimos juntos, en menos de una hora nos separamos todos y el Bestia se fue a sentar, me miraba con el ceño fruncido y una sonrisa mientras yo bailaba con una mina que el Yelo se quería sacar de encima, ¿quién me manda a ser tan buen amigo diosito santo?. Se levanto de golpe para salir al patio y supe que era mi momento pa' hablar a solas con él, igual no me había hablado en toda la noche y tenia un presentimiento de que estaba enojado quizás por obligarlo a venir. Caminé entre la gente que era más que la chuchen para ser sincero hasta encontrarlo.
— ¿Estay enojado conmigo? — Pregunté saliendo al patio encontrándome con el Bestia fumándose un pito.
— ¿Debería estarlo? — Me sonrió de lado, sonrisa de mierda que me volvía loco.
— No — Me senté como que no quiere la cosa a su lado — Pero últimamente ni me hablas.
— Es que nunca hablo — Frunció el ceño como si pensara lo que había dicho — Vo sabí que yo soy raro pa' mis weás.
— Pasai volaitions no más — Me ofreció el pito, pero lo negué de inmediato — No wom, yo no le hago.
— Sí querí no más — Me miró de reojo.
— Voy por una chela, ¿querí una? — Asintió dando otra calada al pito que tenía en la mano.
Me levanté cuando el carrete dentro de la casa estaba en su bum, todo el mundo saltaba de un lado a otro y yo pasé entre la gente viendo como el Jaime y el Nico se comían a unas minitians en los sillones, el Yelo bailaba con otra sobre la mesa y el Naiko se les unía, sutilmente esto era un descontrol total. Saqué dos cervezas de litro y me devolví al patio, todo el mundo estaba en su onda y para mi no había problema alguno, yo también estaba en la mía
— Toma — Le entregué una de las cervezas la cual abrió con el cinturón — Aprovecha — Le pasé le mía que abrió en segundos.
— Me carga que tengan la música tan fuerte — Bufo el Oscar poniéndose el gorro del polerón
— ¿Querí ir pa' atrás? — Me miró un rato y se paró — En la arenitians si po'.
—Vo y tu afán de terminar todas las weas con el tians — Se rió.
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Edstia (OS). [Historia Gay]
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