Vanesa entre líos ©

Capítulo 8

Marco

Estoy en el mismo bar de siempre a la misma hora insana de siempre. Prometí no venir otra vez, pero la realidad es... que no tengo a donde más ir. Si voy a casa a buscar a mamá ahí estará papá para preguntarme cómo va todo en la empresa y mi explicación no le gustará. Empezará con su paráfrasis hasta conseguir que me enoje con él y entre los dos hagamos llorar a mamá. Por otro lado, si busco a alguno de mis amigos también me preguntarán cómo me va la empresa y harán bromas sobre sí el puesto de gerente me quedó grande. Y será eso: bromas, pero no sé fingir que no me afectan.

Hace un poco más de un año cuando papá me pidió hacerme cargo de su empresa me sentí feliz de que él confiara en mí. Pero después me enteré de que fui su segunda opción. Antes de mi le ofreció la gerencia de Grupo M a Salvador, pero este no aceptó. Y es que Salvador es su primogénito (como él suele llamarlo), pero yo he estado más pendiente de Grupo M. Eso es obvio para cualquier que frecuente a la familia Maldonado. Pero papá prefiere a Salvador. 

—Tráeme una copa de whisky, Efrén. Whisky sin hielo —pido a un mesero.

Frecuento tanto este lugar que ya conozco al personal por nombre y apellido. Debería comprar este lugar. Tal vez lo dirija mejor que a Grupo M.

Las cosas van bien en Grupo M. He mantenido de píe a la empresa. Hemos alcanzado las metas...

"Pero no las has superado, Marco", dice papá. "Haces las cosas bien cuando podrías hacerlas excelentemente bien."

Efrén me trae mi primera copa de la noche.

—Ahorrémonos las molestias —digo—. Tráeme de una vez la botella completa.

—En seguida, señor —asiente Efrén.

Miro con tristeza mi copa de whisky. Hoy otra vez terminaré borracho e invitando a un par de cervezas al taxista que suele enviarme Vanesa.

Vanesa... Le sonrío a mi teléfono móvil. Si Vanesa no estuviera pendiente de mi hace mucho me hubiera estrellado contra algún muro. A veces, al otro día después de escribirle estando borracho reviso mensaje por mensaje nuestras pláticas y me río solo. Vanesa, Vanesa... Es una buena asistente.

¿Qué estará haciendo en este momento? ¿Qué hace cuando no tiene que soportarme?

Decido asustarla un poco:

Marco: Hey...

Ella no tarda en responder:

Vanesa: Buenas noches, jefe. ¿Algún problema? c:

Marco: Tiene q haber algún problema para que decida escribirte??

Eso es. Como omití letras creerá que ya estoy ebrio. Porque usualmente así es, pero hoy estoy aburrido.

Vanesa: Eh... sí c:

Me río.

De escribirle a mi mamá me llamaría de inmediato y se pondría a llorar conmigo. Tampoco quiero parecer débil frente a mis amigos. Sólo me queda Vanesa.

Vanesa: ¿Llamo a Gabo?

Marco: Todavía no.

Y me veo metido en el lío de no saber que escribirle ahora. Creo que es más espontaneo cuando sí estoy ebrio.

Vanesa: Sabe, tengo mejores chistes que el del pollito.

Pero ella hace esto fácil:

Marco: A ver.

Vanesa: Toc toc

Marco: Qn es?

Vanesa: Nadie.

Marco: Nadie qien?

Vanesa: ...

Marco: Eh?

Vanesa: ...

Marco: Ah, ya entendí. Ese también es terrible, Vanesa.

Vanesa: :c

Aún así me río.

Marco: Además, q t hace pensar q quiero leer chistes??

Espero un rato pero Vanesa no responde. Me pregunto sí se dormiría ya. Es lo más probable porque ya son más de las once.

Mi teléfono vuelve a vibrar avisándome que acaba de llegarme un nuevo mensaje. Lo tomo en seguida, pero me vengo abajo cuando advierto que se trata de Stephanie.

Stephanie: Ola, bb.

No, ella no necesita estar ebria para escribir de esa manera.

Stephanie: Es tarde. Sé que ya viste mi mensaje.

Maldita sea la hora en la que WhatsApp decidió arruinar mi vida con los "vistos".

Le escribo a Vanesa. ¿La despertaré?

Marco: Stephanie me acaba de enviar un mensaje.

Esta vez ella no tarda en responder:

Vanesa: Escríbale que está conduciendo su coche.

Marco: Me preguntará a dónde voy.

Vanesa: Dígale que... a casa de sus padres y que tiene poca carga, que por eso ya no responderá.

Marco: Pero mirará a qué hora fue mi última conexión.

Vanesa: ¿Está hablando con alguien más?

Sí, contigo...

Vanesa: Mmm... Déjeme pensar. Dígale a Stephanie que tiene en la otra línea a su abuela y que ella odia que usted tarde en responder. Que a ella (Stephanie) le llamará más tarde.

Marco: Eso la enojará.

Vanesa: Lo sé.

Marco: Perfecto, Vanesa.

Vanesa: c:

Marco: Una cosa más. ¿Por qué no me respondiste el por qué me enviaste un chiste? Un chiste muy malo, por cierto.

Vanesa: Le diré cuando usted me explique por qué ahora está escribiendo correctamente.

Mierda.

Marco: ¿Auto corrector?

Vanesa: -.-

Vanesa: Jefe...

Marco: ¿Sí?

Vanesa: Respóndale a Stephanie.

Marco: ¿Se enojará más si la hago esperar?

Vanesa: Sí...

Marco: Perfecto.

Me sirvo otra copa de whisky en lo que espero el siguiente mensaje de Vanesa.

Vanesa: Auto corrector, eh.

Marco: ...

Mejor no digo más.

Vanesa: Avíseme si tengo que llamar a Gabo. ¿De acuerdo?

Marco: Ok.

Vanesa: Y trate de no beber tanto. Por favor.

Ese es el último mensaje que leo antes de embriagarme en serio.

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