Las calles de la ciudad están repletas de gente caminando por doquier, hay muchas personas en las plazas y en los centros comerciales, muy pocas en los parques y hay muchos autos transitando a esta hora, me acomodo mi abrigo y mi gorro, hace mucho frío por el invierno y no quiero enfermar otra vez por culpa de no estar bien abrigado. Aproximadamente una media hora he estado esquivando a Billy Black y a su pandilla, solo pensaba tomar una tranquila caminata por la ciudad, pero como la mala suerte esta de mi lado siempre, tengo que encontrarme a Billy Black y a los idiotas de sus compañeros, claro que soy mucho mas inteligente que ellos, he aprendido a escapármeles, con el tiempo lo he hecho y al parecer o hasta el momento funciona, ahora que estoy un poco mas calmado he decidido ir por un buen cafe. Me encamino por las grandes calles de la ciudad con un clima poco convencional para mi pero aun así no me importa del todo, no quiero llegar a casa aun. Me dirijo a la cafetería que esta cerca de la tienda de cómics, lo que mas me agrada de esta es que es acogedora y tienen un excelente cafe, al entrar veo que no hay demasiada gente, es otra de las cosas que me gusta de ella. Tomo asiento en una de las mesas cerca al mostrador, retiro mi suéter y lo dejo sobre la silla, me dirijo a la caja a comprar un cafe con un rollo de canela.
Saludo a Marie la que atiende la caja y una vez listo mi pedido me siento en la mesa que he escogido, retiro mis guantes de mis manos y doy un sorbo a mi cafe y siento como quema en mi garganta, observo a las personas a mi alrededor charlar alegremente con sus acompañantes, escucho la canción que suena en el local y muy fácil la puedo reconocer, hago un típico movimiento con mis manos siguiendo el ritmo de la canción, y es como si estuviese en casa, mi hogar.
–Here comes the sun, here comes the sun–Canto en voz baja y me dispongo a comer de mi rollo de canela.
Como un poco de este y disfruto el delicioso sabor a canela que se funde en mi paladar, hoy puede ser un día movido y con un clima espantoso, y puede que Billy Black este planeando con su pandilla algo perverso para mi el lunes, pero nada puede arruinar este momento, donde resuena por todo lugar la música de The Beatles, el dulce olor a cafe y este delicioso rollo de canela en mi boca, en mi hogar, en mi dulce hogar.
Luego de pasar unas horas y de terminar mi bebida, me pongo mi suéter y mis guantes para refugiarme del frío que hace afuera, dejo la cafereteria y me dispongo a caminar hacia mi casa, las calles están un poco mas despejadas a esta hora de la noche, y hay nieve por todos lados.
Me acomodo mi gorro y froto mis manos sobre mis guantes, a esta hora de la noche hace demasiado frío, cruzo la calle y me dirijo al parque, un atajo que utilizo para llegar a mi casa mas rápido, el parque como de costumbre en estas épocas es muy solo y tranquilo, hay mucha nieve acumulada al rededor de los arbustos, e los columpios. Miro la entrada del parque suspirando de fatiga, otra cosa que no es conveniente para mi es caminar demasiado ya que sufro de asma, y con este clima es mucho mas pesado para mis pulmones. Siento unos paso detrás de mi, unos murmullos y una voz muy reconocida para mis oídos.
–ESKORIA, PUTA ESKORIA–Un grito resuena, una voz tan gruesa que da escalofríos. Billy Black.
Aprieto mis puños y siento como algo duro y frío cae a mi espalda, escucho las risas escandalosas que comienzan aparecer, me han encontrado, otra vez lo han hecho. Comienzo a caminar una vez mas, con un paso mas apresurado.
–RECHAZADO
–ESKORIA HEY ESKORIA
–¡PUTA ESKORIA!
Y siento como caen mas bolas frías de nieve en mi espalda, golpeando tan fuerte que siento caer, intento correr olvidándome de la fatiga pero no llego muy lejos cuando ya estoy en el suelo tomando por los aliados de Billy Black, su pandilla me tiene de nuevo, y esta vez no hay manera de escapar.
–Pensaste que te escaparías de nosotros, pequeña y sucia Eskoria–Dice Billy inclinando-se hacia mi rostro y escupe en el.
–Eres una basura, eres una puta Eskoria que nadie quiere tener cerca –Ríe en mi cara golpeando mi mejilla– Chicos ya saben que hacer.
Y esto es suficiente para que empiecen los golpes y los insultos, son cinco personas contra mi, ¿Que puedo hacer? ¿Porque me pasa esto? ¿Soy una persona despreciable? Ya basta, basta. Mi mente grita de desesperación, los golpes en mi estomago no sacian y siento morir en algún momento, mi respiración es muy débil, mi pecho duele y pienso que este es mi fin cuando los golpes paran de repente, oyendo a un Billy gritando y su pandilla corriendo del lugar. Oigo pasos, acercándose, no quiero mas, no puedo mas.
–Hey, chico ¿Te encuentras bien?–Solo oigo un murmullo, una voz, una dulce voz, pero todo queda en blanco.
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Eskoria
Short Story«El abuso consiste en que la persona menos competente y más agresiva proyecte su incompetencia en la persona más competente y menos agresiva» Todos los derechos reservados.