Ways

Prefacio

Rachel.

Desperté lentamente mientras sostenía mi cabeza con la mano derecha por el terrible dolor de cabeza. Las imágenes de la noche anterior vinieron como un torbellino a mi mente y no pude evitar soltar una ligera sonrisa recordando.

La casa de Owen era un total desastre sin duda.
Chicos desconocidos del instituto tirados por el lugar, seguro algunos alojados también en las habitaciones y no dudo en que probablemente hubo tríos en ellos.

Comencé a moverme lentamente por la sala en donde me encontraba medio muerta hace minutos por la ridícula cantidad de alcohol que consumí anoche en la fiesta, tratando de no pisar los cuerpos que yacían roncando.

Era gracioso verlos ahí durmiendo. Tan vulnerables.
Pude ver a Hayden en posición fetal cerca de la chimenea y no me resistí así que le dibujé un mostacho con un plumón que se encontraba en un escritorio.

Era adorable. Inspeccioné mi obra de arte unos segundos más y salí fuera de la casa dando trompicones.

Rayos. Perdí una zapatilla.

-Lo siento querida, pero las necesito más que tú.

Le dije a una chica que nunca he visto en la escuela y seguía totalmente dormida, o drogada, qué sé yo, no me pudo importar menos y tomé sus vans.

-¡Me quedaron! Perfecto.
Murmuré en voz baja y salí de la gran casa de mi viejo amigo, Owen Tittensor.

Decidí ir por la puerta trasera, no quería arriesgarme a que algún sujeto en la calle me viera en estas condiciones. Aunque sería muy raro ver a un ser humano por este vecindario. Estaba situado cerca del bosque y los únicos vecinos fueron de vacaciones a sabrá dónde.

-¿Blair? ¿Por qué no estás en casa aún?

La pelinegra volteó a verme con sus ojos esmeralda inspeccionando mi aspecto y al terminar de analizarme soltó una risilla negando con la cabeza.

-Espero a que el idiota de Dev cobre vida para visitar a la abuela y que doña "maldad" no nos torture con algún trabajo suyo por desatender sus órdenes.
Volcó los ojos y arrugó la nariz refiriéndose a su madre.

-Bueno si eso es pronto tendrás que ir por él tú misma. Hace días anunciaba que traía ganas de enrollarse con Kassia, así que...

Hice una mueca tratando de decir que seguro estaba desnudo en compañía de pegatina, como solemos llamarme, ya que, se ha pasado por casi todos los de la escuela.

-Si esa maldita le contagió el herpes y el SIDA voy a matarlo yo misma.

Hizo sus manos puños y entró a la casa dando zancadas.

Los gemelos Landon eran como agua y aceite.
Blair es una chica dulce y relajada, mientras que Dev un estúpido con aires de abercrombie.

Seguí mi paso hasta la calle y encontrar mi auto a unos pocos metros de distancia.
Saqué la alarma y quité el seguro adentrándome a mi querido mustang regalo de cumpleaños por parte de mi adorado padre.

Suspiré una vez dentro y José, María y todos los santos perpetuos. Mi aliento era peor que el de un vago. Necesitaba mentas inmediatamente.
Giré al asiento de atrás para tomar mi bolso y sacar algunos chicles pero fue imposible al not at una enorme erección en el asiento trasero.

-¡WYATT HIJO DE LA GRAN MIERDA!

______

-Ya te dije que lo lamento Rachel, es que, tú sabes. Layla es caliente.

Sonrió como todo un cínico y miró hacia el techo como si estuviera recordando la escena impropia que desvirgó a mi pobre auto.

Ese infeliz.

-¡Eres un asco! Me lo debes. Ahí apesta y ¡ugh! ¿con ella de verdad? Es asqueroso simplemente.

Di un mordisco a mi torta antes de que comenzara a vomitar por tan siquiera pensarlo.
Lo peor de todo esto, es que Wyatt y yo salíamos. No solo eso. Fuimos novios hasta el verano pasado.

En realidad, nuestra relación marchaba muy bien. Él no era un completo idiota y yo no era una completa soltera, así que para mí estaba bien.

No sé exactamente qué sucedió para que terminásemos, tal vez después de todo no funcionó, pero, de lo único que estoy segura es que los dos lo decidimos. Así que ahora todos es como antes de que comenzáramos a salir. Tratarnos como amigos.

Eso hasta que ese canalla se metiera con la estúpida y perra desgraciada de maldita Layla.
Él bien sabe lo que me hizo de niña.

¡Y aún así se acuesta con ella! Y no es que eso me importe. ¡EL JODIDO LA JODIÓ EN MI AUTO!
Notó mi gran desprecio y asco hacia él y ahora pareció hablar en serio.

-De acuerdo. Dime qué hacer, lo que sea, tú sólo dilo y lo cumpliré. ¿Cómo puedo pagarte?
Le mostré el tenedor que estaba en su bandeja del almuerzo.

-Sería agradable que te pincharas un ojo con ese tenedor. Todo estaría arreglado.
Hablé con la boca repleta de comida y salpiqué pequeños trozos de pan con mostaza y kétchup en su rostro. No se quejó por nada, sabe que lo merece.

Como toda una dama, limpié las comisuras de mis labios con una servilleta. ¿Qué pasa gente? No soy un caníbal.

-¿Entonces sirenita? Dime.
Se recargó en el asiento de la cafetería con tal fuerza que parecía casi caerse. Casi. Eso me desilucionó.

Rodé los ojos por el bobo apodo que me tenía a causa de mi rojizo cabello.

Entonces se me ocurrió una gran idea. No pude resistir el sonreír enormemente.

-Oh no, ese gesto, esa sonrisa de Guasón.

-¡Me llevarás al centro comercial con Alek!
Su expresión no podía ser más graciosa para mi gusto.

-¿No prefieres que me saque un ojo mejor?
Casi suplicó llorando.

-Nop. Sabes a qué refiero.
Y vaya que lo sabía. Con llevarme al centro comercial junto a mi cita de esta tarde no me refería a que fuera mi acompañante o mi chofer o que comprara todo lo que yo quisiera. Bueno básicamente eso sí pero lo que quiero decir es que es mi esclavo exclusivo por todo el día.

Lo mejor de todo, es que no le agrada en absoluto Alek, dice que es un perdedor roba fama, ya que le quitó la atención de todas las chicas. Hombre, ¿qué podía hacer? Ese chico es más caliente que el sol. Y por obra del destino se fijó en mí. Debía aprovechar la oportunidad.

-E inicias en...-Chequé mi reloj-Ahora. Toma mis libros y llévalos a literatura. Te espera un largo día.

-Por favor, sólo di que lo haga.
Tenía el tenedor en la mano derecha.

Ridículo.
Sería un día muy divertido.