Una pequeña historia.

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Una pequeña historia

Tres años de haberse conocido.

Dos años sabiendo la identidad detrás de la máscara.

Adrien se encontraba en su habitación, la luz de la luna se colaba por sus ventanas mientras que el silencio gobernaba todo a su alrededor.

Plagg se encontraba dormido a su lado, soltando pequeños murmullos a ratos.

Suspiró por quinta vez consecutiva. Ya no sabía qué hacer.

Al parecer, todos los sentimientos que tenía dentro de sí no eran suficientes.

No para ella.

Ella merecía a alguien mucho mejor, sí.

Alguien que al parecer, no era él.

 ♥«'¨'•°..MLB..°•'¨'»♥

El timbre del primer receso sonó por las aulas.

Los alumnos suspiraron, solo faltaban unas cuantas horas para por fin librarse de las obligaciones escolares por al menos dos días.

El tan ansiado fin de semana estaba a solo unas clases de distancia.

Adrien se encontraba pensativo, ese día se lo diría.

Le diría a Marinette todo lo que sentía, lo que le atormentaba desde hace más de medio año.

En ese momento la aludida se paró frente a él, con una caja llena de galletas con chispas de chocolate.

Le dio una sonrisa que la hizo sonrojar. Ese sonrojo le bajó los ánimos un poco más, pero ya no había vuelta atrás.

Se lo diría, así fuera lo último que haría.

-Mari, ¿Crees que en la hora de salida...me puedas esperar un momento?...Hay algo...que debo decirte.- Su tono de voz dudó un poco al realizar la pregunta.

-¿E-eh?, claro Adrien, no hay problema.

Marinette se sorprendió. Al parecer lo que le quería decir era importante, su tono de voz era serio, aunque algo entrecortado.

No le cuestionó nada, quizá solo era por algún trabajo, alguna reunión u otra cosa.

Se sonrió para sí misma pensando en que si se lo hubiera propuesto hace unos dos años, ella estaría más que feliz y contenta, pero sobre todo, nerviosa.

Ya no le sucedía, quizá solo cuando Adrien tenía algunas muestras de afecto para con ella.

Como la vez en la que le regaló flores por su cumpleaños.

O cuando la invitó a salir en el día de San Valentín.

O cuando...la besaba.

Porque sí, Adrien Agreste, desde que tuvieron una cita hace exactamente ocho meses con 20 días, cuando nadie lo veía, solía robarle besos a Marinette.

Ella solo los aceptaba.

Porque a ella le seguía gustando Adrien.

Pero de igual manera, de otra persona le aceleraba el corazón.

Soltando esta vez una sonrisilla tonta, recordó a cierto minino que se estaba ganando poco a poco su corazón.

De pronto, recordó que aún seguía de pie frente a Adrien.

-Por cierto Adrien, Nino y Alya nos están esperando en las escaleras, ¿Me acompañas?- Le tendió la mano, dando a entender que quería que la tomara.

Una Pequeña Historia (One-shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora