¡INCENDIADA!
En la plácida aldea
-punto visible en el abierto valle-
la casita azulada es él detalle que más la vista al viajador recrea.En su frente, de azul engalanado, resalta, como en mar la nívea espuma, de las puertas él blanco nacarado; y tornan extraña y peregrina los adornos moriscos y persianos; como velo de bruma, de finas alambreras el cercado; y el jardín ¡qué jardín! "Ni en la vecina culta ciudad hay uno de su grado" dicen a única voz los aldeanos.
Allí florecen lirios y azucenas; esplende la gardenia delicada; se irge la corola oriflamada de caña de india; de miel llenas se abren las rosas que la brisa mece; el olor a jazmines adormece; de arbusto generoso fantásticas orquídeas beben vida y enrédase en las ramas amoroso... el convólvulo oculto, y sonreída la blanca stephanotis florecida.