Daniel miró la hora en su móvil por novena vez. Ya han pasado veinte minutos desde la hora que él le había propuesto.
Él sabía que probablemente Ema no lo quería ver ni en estatua de oro, pero en el fondo Daniel esperaba que la chica llegara.
Ema, seguía caminando lo más tranquila posible al lugar en donde Daniel le habia dicho, y que estaba conciente de que ya llevaba veinte minutos de retraso.
Al doblar por la dirección en la que estaba su escuela, miró de inmediato al otro lado de la calle, dando en cuenta que en uno los banquillos estaba un chico con los codos apoyados en sus piernas y la cabeza entre sus manos.
Ella supo que era Daniel por el peinado de su cabello. Igual que al de hace algunos días atrás.
Se acercó aparentando la misma tranquilidad, pero por dentro sentía un mar de emociones algo confusas, y todas estas se incrementaban más y más en cuanto se acercaba.
Daniel, quien estaba con la vista en el suelo, vio que un par de pequeños pies se colocaron al frente de él.
Al subir la mirada, se encontró con la castaña mirada de una chica algo sonrojada.
La chica era bajita, algo pálida, unos ojos cafés acompañados de unas largas pestañas y con pequitas en sus mejillas... era perfecta para Daniel.
Ema al notar que el chico no le decía nada y solo se dedicaba a mirarla, le causó algo de vergüenza... pero trató de dejarla de lado para comenzar a hablar ella, ya que al parecer él no lo haría.
—Ya estoy aquí, ¿Cuál es tu conclución?—fué directa.
Daniel sonrió al ver que era igual que en los chats.
Ema quedó embobada al verlo sonreír, era jodidamente hermoso.
—Siéntate, por favor— pidió, y la chica así lo hizo. La miró— Primero, quiero que sepas que estoy muy feliz que hayas venido, Ema— declaró el chico.
—Es que soy curiosa— murmuró la chica tratando de sonar indiferente.
Daniel suspiró y comenzó a hablar.
—Bien, mi conclución... —Pensó en sus palabras, pero solo dijo lo que pensaba en ese momento— Mi conclución es que yo... ya no te quiero, Ema— soltó, y la chica lo miró.
¿Para eso había ido? ¿Para eso él la había citado? ¿Para decirle que ya no la quiere? ¡Realmente es un jodido hijo de pu..!
—Yo... creo que te amo, Ema— confesó el chico de una vez al ver que Ema no decía nada, y tampoco tenía expresión alguna en su rostro. Pero eso cambió en cuanto él le dijo lo último—. Ema, estoy enamorado de tí.
Ema sonrió, y eso bastó para Daniel... por que aquella sonrisa le llegó a los ojos.
Y en ese preciso momento, también encontró su propia conclusión.
Ella no dudó en arriesgarse y declararlo, al igual que él.
—Y-yo... también... cre-creo que quizás... bueno, tal vez- soltó un suspiro pesado- puede que yo también esté enamorada, Daniel— dijo Ema mirando al chico, quien ahora tenía una radiante y amplia sonrisa de felicidad en sus labios.
El sin dudarlo un segundo más, hizo lo que tenía ganas de hacer desde hace muchísimo tiempo ya.
Acarició la mejilla de Ema, causando que la piel de ella se erizara ante el contacto. La chica acarició la mano de Daniel, mientras el chico acercaba su rostro lentamente al de Ema, para esperar algún reclamo de su parte, pero no recibió nada.
Ema ya cansada de los milímetros que separaban sus labios de los de él, lo tomó por la nuca y finalmente juntó sus labios con los del chico.
Ella se sentía feliz por lo que estaba pasando.
Él sentía que era un jodido sueño, del cual no quería despertar jamás.
Éste si es un verdadero 'Amor de Wattpad'.
Fín.
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Amor de Wattpad. ⓒ
Teen Fiction" DanielBoy: Al principio pensaba que serías una más. Pero claro está que no lo eres, ni lo serás."