XI

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El mayor se acercó a aquel con el vestido, lo había guardado ahí ya que mientras que estaba encerrado en aquel lugar le dijo a la sirvienta que hiciera aquello o que lo comprara en algún lugar. El albino siguió negando con la cabeza ya que no estaría dispuesto a hacer tal cosa como esa. El pelirrojo suspiro encogiendo los hombros viendo que aquel se negaba una vez tras otra, hizo el amago de irse tirando antes el traje al suelo diciendo que si no se lo ponía les sería difícil estar juntos en aquel baile. Suzuno en seguida lo detuvo antes de que se marchara del cuarto, el mayor con una sonrisa se giro. Al final el albino decidió ponerse aquello pero el mayor le debía un gran favor. Nagumo le ayudo a ponerse el vestido mientras que la sirvienta que ayudo a Nagumo arreglaba el pelo de el albino. Le colocó el cabello a lo largo para que si pareciera una doncella, aunque por su pequeño cuerpo de muñeca lo delataba notándose que era una verdadera doncella.

Nagumo buscó aquel antifaz colocándoselo a Suzuno tras ser pintado, esta sonrió mirándole. El pelirrojo después se colocó toda la ropa, su antifaz, sus guantes, etc...El albino tuvo que andar con tacones pero eso no le fue ningún problema ya que de pequeños siempre se los ponía junto a Midorikawa y hacían concursos de quién iba más guapos. El pelirrojo lo tomo por la mano tras ponerle unos guantes blancos hasta por encima del codo, bajo junto a él diciendo que procurara no hablar con Hiroto ya que si no, eso si que les delataría. La sirvienta les deseo suerte con una sonrisa dulce diciendo que tuvieran muchísimo cuidado. Nagumo bajo junto a aquel tomándolo aún de la mano con cuidado mientras que acariciaba con levedad su mano sonriendo.

- Estas muy guapo...bueno, quería decir guapa -rió Nagumo al decir aquello riendo-

- Cállate pedazo de subnormal...Cállate -susurro bastante sonrojado y molesto queriendo centrarse en no caerse por culpa de los tacones, también intentaba tener una actitud buena como para ser una buena doncella.-

- Jajajajaja que borde eres, me encantas -lo abrazó por la cadera con delicadeza apoyando la espalda del menor en la pared besándolo de una manera apasionada cerrando algo sus ojos-

-¡No seas...! -aquel albino fue interrumpido por el beso del mayor, al ser un beso tan cálido cerro los ojos correspondiendo deseando ese beso con locura, poco a poco lo fue abrazando por el cuello-

-Bajo las manos a su trasero aunque no fue fácil palparlo, el mayor se separó mirándole a los ojos acariciando sus mejillas- Vamos mi doncella...

-Le miró a los ojos soltando un pequeño suspiro sonriendo de medio lado asintiendo-

Al final llegaron a la sala poniéndose de una manera la cuál no sería sospechosa, aunque no era una cosa que se pudiera hacer fácil. Al llegar vio que la gente bailaba, pero este se separo de aquel antes de entrar en aquella sala susurrando un "Ten cuidado". Se agarraron con cierta fuerza de las manos antes de separarse, este fue hacia donde estaba el trono de Hiroto viendo como este estaba sentado mientras que Midorikawa estaba de pie a su lado estando con una sonrisa mirando todo aquello. Nagumo subió aquellas escaleras poniéndose de pie al lado de Hiroto mirando todo el panorama buscando a Suzuno, al verlo lo encontró con otra persona bailando, este frunció algo el ceño mirando a aquel. Hiroto lo miró de reojo al verle apoyando el codo en el reposa brazos y su mejilla en el puño sonriendo de medio lado.

- Has tardado demasiado, ¿no crees? - Pregunto Hiroto sin mirarle-

-...-Negó varias veces a la pregunta de Hiroto.-

- ¿Dónde estabas? -preguntó de nuevo sin perder aquella sonrisa que tenía desde un principio de verle-

- En el baño. -Comento con seriedad vigilando todo aquello.-

Ventisca de Fuego. (YAOI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora