Cuando llueven gotas azules.

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Bajo esta lluvia de gotas azules pronuncias: te quiero. Creo en tus palabras, tu sonrisa no miente y menos tu mirada. Tomo tus manos, mientras mi corazón con mucho esfuerzo trata de bombear las ultimas gotas de oxigeno que me quedan en la sangre, pues es verdad cuando te digo que tu simple presencia me deja sin aliento. Miro la profundidad de tus ojos y cuando me dispongo a darte un beso, no en la boca, si no en el alma, el maldito despertador suena y me aleja nuevamente de ti.

Es una mañana tranquila, lo que hace que me enfurezca, y mientras bajan por mis mejillas lágrimas silenciosas por el dolor de mi pecho me pregunto: ¿Cómo es posible que después de tan extraordinaria noche, el mundo me levante para mostrarme tan hiriente soledad? ¡Ah pero tú tampoco te salvas! Vos sos también parte de este juego nefasto que hace que me enloquezca un poco más cada día. ¿Dónde estás oh mí bien? ¿Porque no apareces y vuelves a irrumpir en mi vida? ¿Qué te cuesta materializarte y tocar la puerta de mi casa? Si lo piensas bien, seria grandioso. Te haría pasar a la cocina, te serviría una taza de café, mientras te estuviera contando historias de todo lo que me ha pasado mientras te esperaba; te contaría algunos chistes entre cortados para calmar el tedio, y por último, me quedaría mirando tu bella sonrisa hasta el fin de los tiempos, distintamente repitiendo la rutina.

Me levanto lentamente y me siento en el borde de la cama; pienso seriamente en la posibilidad de volver a abrazarme a Morfeo e ir juntos a buscarte otra vez, o simplemente ponerme de pie y vivir un poco más la realidad; nuevamente mis rodillas se ponen en función. Ya de pie, seco con mucha calma los caminos turbulentos que dejaron las silenciosas lágrimas, y aunque intento pelear con mis lagrimales, lentamente empiezan a brotar cristalinas aguas llenas de historias e ilusiones que no están por venir. Ahora con violencia, seco nuevamente mi cara mientras me dirijo a la ducha para tomar un baño y empezar mi jornada.

Miles de veces ha sido testigo el baño de las múltiples utopías que he soñado contigo. ¿Cuántas veces ha sido el baño el mejor sitio para pensar? No es que quiera menos preciar las ventanas de todos los buses en las que te he imaginado, o las orillas del mar en donde a veces creí escuchar tu voz; es solo que en el baño, tengo mejores vistas que el océano, y todos los caminos recorridos por un bus, en el baño puedo observar mi alma. Bajo un frágil chorro de agua, me retumba en la mente el ''Te quiero'' de anoche ¿en serio me quieres? ¿Entonces porque no vienes por mí? No tienes consideración conmigo. ¡Ah si estuvieras aquí! Si llegaras ahora, te llevaría al teatro de la calle octava, en diez minutos comenzaría la función de Blanca nieves y los siete enanitos; dicen que es muy buena, pero me gustaría escuchar tu opinión. Si llegaras en media hora te llevaría al zoológico, en cuarentaicinco minutos le darán de comer a los leones; siempre es algo interesante sentir los rugidos de esas bestias estremecerse por el cuerpo de uno mismo, y a la larga esos rugidos son los mismos maullidos de un gatito casero ¿qué ironía verdad? Si llegaras a las cuatro de la tarde, creo que te llevaría al parque de la calle novena; ese que tiene un lago en el centro; llevaríamos algo de pan integral y algo de queso y jamón para hacernos unos emparedados mientras esperamos la noche y poder ver las estrellas; no olvides que hoy será la lluvia de meteoros que pasan cierto tiempo, y no se dejan ver si no hasta dentro de mucho después; y por qué no, podríamos llevar algo de pan extra para alimentar a los patos del lago y dar de comer a las ardillas, que muy seguramente, estarían merodeando nuestra canasta con comida. Lo cierto es; que podrías llegar ya, en media hora, a las cuatro de la tarde, mañana o pasado; en un mes o dos; en un año o en diez, y yo, te estaría esperando con las mismas ansias con las que te espero ahora; lo único que cambiaría mi bien, sería el rostro y el tiempo de este pobre ser que lo único que hace a diario es pensarte. ¡Ah pero tú tienes la culpa eh! Solo a ti se te ocurre llegar una o dos veces por noche a interrumpir mis sueños con tu presencia en ellos. Pero sabes, no me molesta.

CUANDO llueven gotas azules.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora