2 De Noviembre

La humedad sobre el ambiente prevé  de ante mano la lluvia que se aproxima, el cielo se tapiza de un tono grisáceo mientras espera a que la lluvia se desate.

Esta ahí, parado cautelosamente en espera de algo o alguien que intuye pronto llegará.

Hace frío y eso le advierte el moreno que le mira con los brazos cruzados desde la puerta corrediza que da hacia el patio donde se encuentra.

"Vamos adentro"

Y aquella criatura mueve las orejas alerta al oír la voz que lo llama pero no se mueve y eso le saca un suspiro de resignación al mayor.

La terquedad del pequeño es enorme y no es que la considere una rebeldía. Cree, de cierto modo comprender el vacío que anhela llenar y aunque le cuesta admitirlo si no fuese por el ya se habría quebrado hace mucho tiempo.

Camina a paso lento hasta el, lo toma entre sus manos cobijandolo en su pecho para darle calor, el suave pelaje le cosquillea el rostro y eso le saca una sonrisilla traviesa.
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"Vamos adentro Nigou"

Le dice mientras las pequeñas gotas de agua empiezan a caer una tras otra.

Lo lleva dentro de la casa cerrado el ventanal detrás de si.

"Hoy toca baño"

Le advierte y al instante Nigou se inquieta tratando se sacarse de aquellos brazos que lo aprisionan con fuerza pero sin lastimarlo y entre una pequeña batalla el cachorro logra safarse.

"No vas a escapar"

Lo desafía sin intenciones mínimas de bajar la mirada y la odisea por el baño comienza como ya le es habitual.

Nigou corre por la sala siendo perseguido por el mayor que no parece dar tregua. Se escabulle por todos lados hasta llegar de nuevo frente al ventanal donde se detiene abruptamente. Alza la mirada y su cola se mueve con impaciencia pero se da cuenta de nada sucede.

"Era mas fácil cuando estaba Tetsu ¿no?"

Murmura Daiki detrás del cachorro.
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La suave lluvia cae impasible con una calma impropia, Nigou observa por la venta recostado bajo los pies de la cama. Las luces ya se apagaron pero el puede ver algo mas allá, lo siente y es por ello que no puede dormir.

No hay frío en el ambiente solo un calor melancólico que se siente en su cuerpo.

Escucha ruidos abajo y sus sentidos se agudizan, levanta las orejas alerta y de inmediato corre para investigar. Una figura se centra en medio de la sala que lo hace estremecer.

"Ne, Nigou -susurra Daiki tomando al cachorro -Dicen que cada año ellos viene"

Y su cola se agita con gran alegría cuando la sombra de la figura ya esta parado frente a el. 

En definitiva y sin dudarlo sabe que es su olor porque jamas podría olvidarlo, sabe que es su calor, lo recuerda con exactitud.

Una mano delgada y muy pálida, casi esta seguro de poder  verlo en los huesos y escuchar ese sonido que hacen los mismos al moverse le hacen dudar, pero esta seguro de que es quien piensa y eso se confirma cuando se muestra su rostro, es igual a como lo recuerda, su mirada amable con esa sonrisa sincera.

"-La luz de las velas los guía hasta aqui... Y los difuntos viene una vez al año, un día como hoy"

Recuerda las palabras del moreno y no puede ignorar la tristeza que se reflejaba en su mirada sobre sus ojos acuosos mientras no aparta el mirar sobre el retrato de Tetsuya, su "Tetsu"

Kuroko lo carga con alegría mientras entre caricias lo lleva hasta la pieza que una vez le perteneció en vida. El pequeño se deja hacer feliz de volver a verlo y le responde con lametazos en las mejillas. Esta feliz.

Al entrar, puede notar el escalofrío que le recorre al ver a su actual dueño, esta ahí sobre la cama, sumido en un sueño mientras que el lado izquierdo permanece vacío, como si Daiki dejase el lugar libre a sabiendas de que alguien llegaría.

El menor coloca a Nigou al filo de la cama mientras Tetsuya se recuesta con calma al lugar que le perteneciera.

"Tan bello". Piensa con inocencia.
Permanece quieto, grabándose en su mente cada facción de su rostro, su piel perfecta, su cabello azulado, su cuerpo torneado. Una punzada se clava en su pecho y se sorprende al notar que sus sentimientos aun se sienten profundo en su alma. Calma, emoción, tristeza, añoranza, todos mezclándose en un huracán que consume su recuerdo.

"Sigues peleando con Nigou a la hora del baño" -Murmura al recordar como el cachorro lo hacia correr por toda la casa en una pelea infinita, verlo lo alegraban. Ríe... Dolorosamente.

"Tenia tantas ganas de verte Aomine-kun."

Le dice alegando su mano hacia ese bello rostro que tanto anhela. ya no aguanta más, las lágrimas comienzabñn a brotar y no puede explicarlo pero se deja guiar por esas emociones que explotan en su alma y que lo hacen sentir un ser vivo... Aunque ya no lo fuese.

Coloca su frente sobre la del mayor mientras sigue llorando como un chiquillo pero entiende que ya no hay sufrimiento, todo se convierte en una felicidad cuando sabe que aun hay un lugar en ese corazón que tanto lo amo, porque Daiki prometió no olvidarlo. Y mientras siga en su corazón, el podrá volver a verlo cada año.

Nigou se arrastra entre los dos cuerpo y Kuroko se aparta un poco para darle espacio.

"Gracias... Por cuidar a Aomine por mi."

Y el cachorro se acurruca entre ambos como anterior mente lo hiciese para asi poder dormir al fin.

"Hasta el siguiente año"

El amanecer llego y con ello las luz del sol de un cielo limpio se filtra sobre la ventana ofreciendo una calida mañana mientras que los rayos solares le dan de lleno a Daiki en el rostro, parpadea pausadamente entre abriendo los ojos. Siente calor y se da cuenta de que no es solo por el sol, nota a Nigou a un lado cosa que le sorprende. Se incorpora confundido tratando de no molestarlo pero no puede comprenderlo.

Desde la muerte de Tetsu intento que el durmiera en la cama y jamas lo logro.

Piensa nuevamente "Dicen que cada año ellos viene" y sus palabra le llegan. No sabe si e verdad o no pero cuando se da cuenta sus lágrimas ya estan cayendo sobre su rostro sin saber porque.

"Tetsu"

Es cuando el cachorro lame sus mejillas limpiando las lágrimas rebeldes.

Ríe y llora porque no entiende nada, pero sin saber porque... se  siente feliz de estar vivo.

"Hasta el próximo año... Tetsu."