capitulo 1

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Las gotas de lluvia chocaban contra las ventanas donde se deslizaban realizando carreras y dibujos en el empañado cristal de la vieja biblioteca donde trabajaba.

El olor a libros se impregnaba en el ambiente junto al nostalgioso sonido de la lluvia.

La puerta se abrió y ella entró con su paraguas rojo y sus botas marrón, llegó tarde.

Dejó el paraguas en una esquina y caminó hacia la misma sección de libros que siempre. Era algo tipico de esa chica, su dedo indice recorriendo los lomos de los libros, su mirada café husmeando entre los titulos y finalmente su dedo deteniendose en el mismo libro grueso con los bordes desgastados y paginas amarillentas. El mismo libro siempre, nunca comprendí como alguien puede leer el mismo libro una y otra vez, es decir, ¿por qué no escoje otros libros de tantos que hay aquí? ¿Por qué siempre aquel libro azul?.

Al principio no preste atención a este comportamiento erratico por la lectura en particular de ese libro, o sea, trabajo en una biblioteca y practicamente veo más a los libros que a mi madre por más malo que suene.

Aún recuerdo la primera vez que la vi, ¿como olvidarlo? Ella no era nada neutral y a simple vista podrias decir que parecía una persona excentrica por su manera de vestir, sin embargo, ella era tan fragíl y despistada como un niño pequeño.

Mi curiosidad en ella comenzó cuando la observé sentada en el sofá de tercipelo verde, junto a la ventana con un lapíz en su mano izquierda subrayando una oración de un libro, inmediatamente me acerque a ella y la reproche por escribirlo, eso estaba totalmente prohibido.

Ella se disculpó avergonzada y bajo su mirada al suelo, sus rizos negros cayeron sobre su frente, el lapiz que sostenía cayó al suelo y pude ver que sus ojos derramaron unas pequeñas lágrimas.

Me sentí terrible en ese momento,  yo estaba en mi razón de reprocharle que no debía escribir los libros pero al parecer ella no sabía eso,además ¿por qué mierda lloraba? Yo no había hecho nada malo pero aún asi me sentí mal por ella, despúes de todo aquella era la primera vez que ella  había venido aqui, esa chica era increiblemente sencible pensé.

Me incliné y le extendi un pañuelo blanco que traía en el bolsillo de mi abrigo, para que se secara aquellas lágrimas. Me disculpe con ella y esta escondió su cara con sus manos y parte de sus rizos le cubrieron el rostro.

Ella era como una niña pequeña, aunque fisicamente se podia notar que era toda una mujer.
Su piel color canela, aquellos ojos café, sus rizos negros y un par de caderas que le daban ese toque que hacia resaltar su pequeña cintura.

Cabe mencionar también su particular forma de vestir, nunca habia visto a nadie combinar botas rojas de lluvia con un pantalon azul y una remera verde neon con dibujos de perritos, parecía una especie de payaso ganster o un árbol navideño.

Aunque si vestía de una forma algo extraña ella aún era muy bonita, solo que yo en ese entonces no me había percatado de eso.

Continuaba sintiendome algo incomodo y mal por reprocharla asi que reuni todo mi coraje y dignidad y le invite una taza de café. Si,lo sé fui patetico por invitarle café luego de hacerla llorar pero nunca fui de los más útiles para disculparme.

Ella levantó su mirada, apartó un mechón de cabello de su cara y saco una gran sonrisa de entre ese montón de diminutos tirabuzones.

Nunca había visto tan radiante sonrisa solo por un café.

El Libro azulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora