el encuentro

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¡Yuyi ya es tarde!

- voy mama.

Otra vez lunes, Odio mi trabajo tal vez sea hora de renunciar y buscar algo nuevo, no se pero me gustaría trabajar con mascotas.

Verdad pequeña mina dime ¿quien es la más hermosa hámster de el mundo? Si tu lo eres, me gustaría ser tu y correr, correr y correr en una rueda, pero no puedo tengo que ser una humana, no se que haría sin ti.

Al acariciar a mi pequeña hámster (como todas las mañas) me di cuenta de que mi vida era un poco rutinaria todas las mañanas era lo mismo, igual que en las tardes y por las noches, después de analizar mi vida (como todos los días) sentada en la cama viendo la pequeña puerta de mi pequeño cuarto, decidí levantarme y bajar a saludar a mi mama.

-buenos días mamá, ¿como amaneciste?

-muy bien y al parecer alguien durmió tarde, deberías dejar de leer libros a altas horas de la noche.

-tal vez tu deberías leer uno, veras que son muy adictivos.

-pero eso no justifica que duermas muy tarde.

-perdón mama dejare de hacerlo, adiós se me hace tarde y no quiero que me vuelvan a regañar en el trabajo, nós vemos más después.

- cuídate mucho cielo.

Todos los lunes era lo mismo corría por el camión que hacia parada en la esquina de mi calle, no me gustaba llegar tarde a ningún lado pero, tenía una excusa para siempre estar retrasada, la razón era mi vecino, el cual se acababa de mudar hace apenas un mes y aunque todos mis vecinos se llevaban bien con el yo no podía siquiera saludarlo, pero encontré la manera de hacerme con la esperanza de que el comenzará una Charla con migo, si todas las mañanas llega puntual a la parada de el camión aunque a mi se me hiciera tarde no me importaba estaba ahí solo para el, era el único momento en donde solo estábamos yo y el, no me importase que corriera para llegar a tiempo a mi trabajo o pedirle a mi amiga que mantuviera entretenida a la supervisora mientras llegaba, no importaba porque esa sonrisa perfecta y esos hoyuelos valían la pena para mi, no podía evitar verlo de reojo cuando...

- hola

- hola

conteste un poco tartamuda, pero es inevitable era la primera vez que hablaba con el
- ¿tu eres mi vecina de enfrente cierto?
-si, soy yo
-un gusto me llamo Miguel
- Miguel, lindo nombre
-¿ y ?
-¿disculpa?
- ¿cual es tu nombre? Aun no me lo has dicho
-oh perdona es que soy un poco distraída, mi nombre es yuliana con "Y", pero todos me dicen yuyi tu también puedes decirme claro si gustas
-no, no gusto prefiero decirte yuliana con "Y" me agrada mas
- como tu gustes esta bien para mi, bueno creó que ya viene mi camión tendré que dejarte, ya es un poco tarde
-que lastima quería platicar un poco más con tigo, pero bueno, que tengas un excelente día yuliana con "Y"
Sonrojada y muy nerviosa subí al camión, no podía creer que después de todo un mes de espera el comenzará una conversación con migo, su nombre me encantaba, el me encantaba estaba emocionada y no lo podía creer, mientras pagaba mi pasajes de reojo busque un lugar desocupado, al tomar mi cambio camine hasta el asiento que automáticamente ya era mio, al ser tanta mi felicidad decido saludar a la persona que tenía a un lado mio.

- Buenos días.

Con una sonrisa de oreja a oreja voltee cortes mente a la respuesta de mi saludo, pero no escuche nada, sin darme cuenta me senté con una peculiar chica que, desde que comencé a tomar el camión media hora despues de lo habitual, note que una joven no más grande que yo de pelo castaño, un poco llenita y bajita estaba a un lado mio, no me pudo escuchar ya que siempre tenía audífonos y por lo que yo alcanzaba a escuchar pareciera tener la música a lo más alto, me sentía un poco intimidada esta chica siempre se sentaba en el mismo lugar todos los días e incluso se bajaba dos calles antes que yo, pero aun así yo estaba feliz por el saludo de Miguel y nada podía cambiar eso.

- con permiso
escuche a aquella chica con voz un poco tímida

-si claro
respondí de inmediato
Dos calles más delante hice mi parada y baje lo más rápido que pude, por supuesto tenía que correr no quería nuevamente ser regañada en frente de todos mis compañeros de trabajo, por suerte llegué 5 minutos antes de la hora limite, salude al guardia de seguridad e incluso a la supervisora, que por suerte estaba llegando detrás de mi

-buenos días mari, ¿como estas hoy?

- ¿y acaso eso es de importancia?

Olvidaba que era una anciana gruñona, se molesta de la nada es demasiado perfeccionista y meticulosa que se olvida de que también somos humanos, pero no me importaba yo estaba feliz.

Antes de terminar mi turno tuve un pequeño problema en mi área de trabajo, algo salió mal que termino siendo un desastre y por supuesto se encendió el radar de la supervisora, tal vez fue algo muy malo que comenzó a dar de gritos e insultos hacia mi, y aunque me controle demasiado no pude mas y explote.

-por favor para de gritar me, me molesta demasiado

-te dejaría de gritar Si tan solo hicieras algo bien

-lo aria mejor si no tuviera a una bolsa de carroña presionando a cada segundo de el día

- ¿a caso me has dicho bolsa de carroña?

-si y los sostengo firme mente

-por insultarme te pondré una sanción de la mitad de tu sueldo.

-¿que? Tanto te dolió la verdad,
Mira te propongo algo, quédate con todo mi sueldo porque yo renunció

-perfecto puedes irte, ya no te necesitamos más aquí.

Al salir a toda prisa de el trabajo olvide mi celular en el casillero de el pasillo así que no podía informarle a mi mama que estaba camino a casa, aunque no podía evitar mi alegría por no trabajar más ahí, me llego una especie de nostalgia, que me hacia recordar que ya no vería más a Miguel por las mañanas.

Mientras abordaba el camión me encontré con la misma chica de todas las mañanas, e instantáneamente me vio incluso pareciese que le extrañaba verme, era lógico siempre me veía de ida pero no de venida, y su que pareciera raro nós sentamos una de lado de la otra, ahora yo estaba de lado de la ventanilla y ella de el pasillo.

Después de un largo e incomodo recorrido ella bajo frente un café, bajo a toda prisa que tiro algunas cosas, Claro que le ayude a levantar todo lo que estaba abajo de el asiento, aunque se fue tan rápido que no pude devolverle un grueso y hermoso libro que más que ser hermoso me llamaba mucho la atención, pero decidí guardarlo y devolverle después.

Al llegar a casa pude notar a mi madre un poco sorprendida por verme témpano pero al explicarle las cosas sólo sonrió y fue a la cocina.

-quieres algo de comer?

-no mamá no tengo hambre gracias, pero creo que me iré a dormir un poco

- Esta bien hablaremos mas tarde.

Al camina hacia mi pieza recordé que había algo que tenía que hacer ,e inmediatamente tome el libro que tenía guardado en mi bolsa, no sabía que hacer me avía quedado pasmada viendo la portada color guindo y dibujando con la mirada el hermoso gravado que tenía en las orillas, no se por que pero tenía algo que me llamaba la atención.

Al abrir lo pude notar que no sólo era un libro, era algo más lo pude notar porque estaba escrito a mano, tenía tallones como si fuese una libreta, y fue ahí cuando supe que ese libro era un diario de vida.

- No lo puedo creer tengo el diario de esa chica...
Tengo que regresar esto pronto
Pero, como lo are no la conozco, no se su nombre o dirección, y si dice algo aquí no creo que sea malo buscar una dirección tal vez pueda encontrar algo util.

Los Secretos De Un Libro Perdido. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora