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Louis movía sus pies con nerviosismo mientras esperaba que Harry llegara.

Estaba en su habitación del hotel y habían decidido quedar allí y ver películas ya que, al ser tan famosos, tendrían fans a su alrededor constantemente y querían pasar tiempo a solas, juntos.

El castaño estaba más que nervioso. Estaba seguro que si hablaba en ese momento balbucearía o tartamudearía. Era la primera vez que iba a ver a Harry sin poder achacar que la multitud de gente a su alrededor le hacía tener calor, como en el concierto, la primera vez que iban a pasar tiempo ellos solos. Y, maldita sea, realmente quería impresionar al rizado, quería gustarle tanto o más como el gustaba el oji-verde a él.

Unos sutiles golpecitos en la puerta le hicieron ponerse de pie de golpe y correr hacia la puerta. Suspiró antes de abrirla. Harry estaba ahí, parado, con una amplia sonrisa adornando su precioso rostro, el cabello ligeramente revuelto y los malditos jeans tan ajustados a sus piernas que era casi imposible no desviar la mirada para admirar sus bien definidas piernas.

Louis sonrió, también, y se hizo a un lado para que el chico pudiera pasar. Lo cual hizo y, al pasar frente a él, se agachó un poco y depositó un delicado beso en su mejilla. El castaño sintió sus mejillas arder y se obligó a sí mismo a cualquier otro sitio que no fuera Harry y sus hipnotizantes ojos verdes.

Pero le era imposible.

– ¿Qué tal, Lou?

El oji-azul levantó la mirada. Ahí estaba de nuevo su nombre pronunciado tan especial por sus labios, como la noche del concierto. Ese día había pasado a ser el mejor de su vida. Tener a Harry tan cerca, verle cantar y divertirse, y todo eso a su lado. ¿Cómo no pudo haberse fijado en él la noche que le conoció en esa fiesta?

– Bien, ¿y tú Hazz?

Debería disimular su nerviosismo y actuar como una persona normal. Debería entablar una conversación normal con el rizado, no como si estuvieran hablando por whatsapp.

– Bien –sonrió tan ampliamente que permitió a Louis admirar sus hoyuelos.

Louis se acercó a la televisión que había frente a su cama y la encendió. Se giró y vio Harry sentado en ella. Le sonrió y se sentó a su lado. Examinó el rostro de su acompañante y era consciente de que jamás había visto nada tan bello en su vida. ¿Cómo podía existir un ser humano tan perfecto como era Harry Styles?

– ¿Por qué no te habré conocido antes? –susurró el castaño más para sí mismo que para que el rizado le escuchase.

Pero, de todos modos, Harry le escuchó.

– Si me hubieras prestado atención en la fiesta –hizo un puchero y se regañó a sí mismo, se comportaba tan infantilmente cuando estaba Louis a su lado que temía aburrirle.

Louis le miró y tiró de él hacia su cuerpo, para abrazarle. Harry aprovechó para esconder su cara en la curva del cuello del más bajo y disfrutó de su perfume, y de su piel al rozar sus labios con ella sin querer. ¿Estaría pasándose o yendo demasiado deprisa?

– Lo siento –susurró Louis conteniendo el aliento, jamás había experimentado lo que estaba experimentando en ese momento con solo tener a Harry así, abrazado a su cuerpo–. Ya iba un poco borracho cuando la foto y no me fijaba mucho en lo que me rodeaba. Soy así de tonto por no haber podido apreciar tanta belleza esa noche.

Harry soltó una risita. Louis apretó el agarre de sus brazos alrededor del cuerpo del más alto. Estaba empezando a quererle y se conocían, en persona, desde hacía dos días. Una locura vamos.

– Eres adorable –dijo Harry y bajó el tono al decir lo siguiente–: y guapo.

Louis rió y besó su cabeza.

– ¿Te estás declarando, niño?

– ¿Tanto se nota? –la voz de Harry sonaba más tierna de lo normal.

Si el mundo supiera cuanto le estaba empezando a querer, le daría vergüenza ser tan pequeño.















Está bastante fome pero bueno.

Enjoy!

Loves you, Blue x.

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