Presentación

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"Yo no lo niego ni lo afirmo. Puede que sí y puede que no. Tratándose de maravillas no gasto tinta en defenderlas ni en refutarlas"
            -RICARDO PALMA

Desde el inicio de los tiempos, los hombres han necesitado una explicación que les permita comprender sus propios orígenes y la profunda interrelación de la humanidad con la naturaleza. Este es el germen básico de las religiones. Para el antiguo poblador del mundo, todo fenómeno que impresionara los sentidos, debía tener una interpretación maravillosa. Dejando al margen las profundas inconsistencias de fondo y forma, todas las mitologías se han tejido,a través de los siglos, a partir de un intrincado laberinto de leyendas y hechos reales, cuyo significado se entrelaza y se extiende a través de la conciencia popular. Entre todas, la mitología griega y su asimilación por la cultura romana, es la que con más fuerza ha calado en la imaginación del hombre occidental.

La Grecia de la antigüedad, era una nación dividida en una zona continental montañosa y algunas decenas de pequeños estados insulares que dependían, para su supervivencia, de la bondad de la naturaleza. Los griegos imaginaron el Olimpo, cuyos dioses era los amos de los fenómenos climáticos y telúricos, como el vasto escenario de una representación dramática (y muchas veces cómica) de las arrebatadas pasiones, las imperfecciones y defecto del espíritu que dominan, de continuo, el comportamiento de los hombres. Tal como se adjudicaba el aspecto carnal a la interacción violenta o apacible, de los elementos básicos (tierra, aire, viento, fuego), así la codicia, la soberbia, la lujuria, la ira, la envidia y el deseo de venganza era personificados alegóricamente, por personajes supuestamente inmortales y de poder ilimitado. Y en verdad que era exagerados en su temperamento estos señores de las alturas cuyo odio, tanto como su generosidad eran infinitos. Nada podían hacer los indefensos humanos cuando un ente divino decidía ensayar su poder con alguna desagraciada región. Entonces se imploraba, se hacían sacrificios y se consultaban desesperadamente los oráculos para conocer la forma de calmar la ira de la deidad, supuestamente ofendida. Era un mundo onírico, por demás fabuloso, en el que el cielo actuaba como un enorme espejo, donde el hombre común podía verse reflejado, tanto en sus virtudes como en sus defectos.

En Grecia se exaltaba la perfección física y la fortaleza de carácter; cualidades éstas, que eran perseguidas como un ideal y se han visto reflejadas en el arte y la literatura egea cuyo modelo de naciòn ha servido para estructurar nuestras sociedades actuales. Los griegos, que de imaginación e ingenio no eran escasos, idearon además, una curiosa y complicada serie de lazos familiares entre dioses y mortales (quienes se trataban entre ellos con los modales, protocolo y lenguaje de una corte palaciega), con la que pudieron cubrir, totalmente, los aspectos cotidianos de la actividad humana. A veces, los mitos encubrían la verdad del hecho histórico, embelleciéndolo y exagerándolo con el barniz de la fantasía, dejando apenas a la vista un asomo de la realidad.


Leyendas Y Figuras Mitológicas - Mario Millares EliasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora