Llama.

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Este no es un poema, y si llega a rimar es por pura casualidad, solo es algo que escribí para ayudar a aquellas personas que estén atravesando un momento difícil.

La vida debe disfrutarse al máximo, y cada minuto, sin perder ninguno, porque así como la llama de la felicidad se prende iluminando todo a su al rededor, en un instante, por un ligero soplido, así sea a causa nuestra o de otros, ésta llama que antes ardía en felicidad y amor, se apaga dándole lugar a la oscuridad y a la tristeza, es normal, así es la vida, pero cuando esa llama se apague, sólo debemos recordar, que por más que tarde, siempre hay una luz que llega para iluminar y ayudar a la llama a volver a su esplendor y a veces, luciéndose aun mejor que antes.

Atravesar por momentos difíciles es algo que todos debemos hacer, y en verdad, a veces resulta una verdadera tortura, eterna y que parece no tener solución, hasta a veces llegamos a pensar cosas como "¿Qué pasaría si muriera?" y dejenme decirles, que yo estuve en ese lugar, yo sentí ese dolor en mi pecho, esa angustia poseer mi cuerpo, esos pensamientos atravesar mi mente, pero resistí a la tentación de encontrar la respuesta a aquella pregunta, no sé si fue cobardía o valentía, pero dejenme decirles que hoy por fin sé que fue una buena decisión, porque aunque no llego a ser plenamente feliz, y es en los momentos en los que escribo estos poemas, hay momentos en los que puedo sonreír de verdad y reír sin parar, así que, aunque estén atravesando por un momento terriblemente doloroso, siempre hay salida.

Y así me despido, me leerán en mi próximo desahogo semanal.

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