Única Parte

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Habla Lucia:

Lucia estaba escuchaba "Los Backestreetboys" por la radio (como todas las noches antes de acostarse a dormir) cuando escuchó a su madre gritando a toda a voz...

_ ¡Espera! Podemos arreglarlo, sé que es difícil... pero es posible- le dijo la madre mirando a lo alto. Pero no vio a nadie más que a ella en ese inmenso ese espacio verde y frío.

Lucy al llegar al patio vio a su mamá gritándole a la inmensa luna con todo su esplendor y el la miraba a ella triste, gris y sin ninguna expresión como una roca que flota en lo alto.

_ ¡Me tengo que ir!- dijo la luna con su mayor tristeza.

_ ¡No me dejes con esta tormenta!- le dijo Laura, mi madre, a él.

De repente la luna se apagó, desapareció en un suspiro del viento ¿Cómo era eso posible? ¿Acaso la luna tenía una vida propia? ¿Sería todo esto solo un loco sueño? ¿Acaso estoy caminando y viendo cosas extrañas? Tantas preguntas y sin ninguna respuesta...

La menor tenía su mente a punto de estallar, tantas cosas sin resolver... pero ¿Quién era "esa" luna?

Ella todavía estaba asomada en el umbral de la puerta, viendo y presenciando en momento anteriormente realizado que fue único. Hasta que su madre se dio cuenta de su presencia, ya que sin esperar ni suspirar por la desaparición de su amigo se dio vuelta y le dijo...

_ Hija, debo contarte quien era la luna que me hablaba. Es tu padre.

_ ¿¡Que!? ¿¡Como!? ¡No!

Lucía estaba atónita, era algo increíble. Todavía no podía creer como eso lo que le contaba mi madre podría ser verdad.

_ ¿¡Cómo!?- preguntó en voz baja y temerosa, con miedo de la respuesta que podría recibir. Y su madre respondió...

El amor es más fuerte que el sol, no pudo combatir contra la noche y ahora tú tiene que ir al otro lado del mundo a alumbrar el cielo.

¿Como? ¿Qué me quiso decir...? ¿El sol? ¿Quién es el sol? El solo es... es... ¿Quién?

_ Dime- le exclame con un poco de enojo y asombro por lo ocurrido en tan poco tiempo y que claramente se puede notar en mi voz.

_Es nuestro enemigo, que solo tú puedes combatir en nuestro nombre. A veces los rayos del sol te quemen la piel o te hagan daño pero tú estarás siempre ahí, firme.

_No sé cómo hacerlo- le dije sin mentirle.

Esto me está dañando, nunca pensé que el sol y la luna tuvieran vida.

¿¡Como!?

_ Madre, no puedo, ni sé contra quién y cómo es que pasó todo esto.

_ ¿Soy hija de la luna?- le pregunté a mi madre y ella me respondió

_ Si. Y tienes que en el día representar a tu padre. Con vida pero gris y firme, desapareciendo y durmiendo como un vampiro en el día y saliendo a cazar por la noche.

_ ¿Esto es broma, cierto?- le dije irónicamente. Aunque yo, no necesitaba la respuesta para saber que si era verdad y que ella no mentía.

_No, no lo es, te digo la verdad... ¿Cómo podría mentirte con algo así? - y es verdad no podría acusar a mi madre de dicha mentira.

_ ¿Pero cómo papá se convirtió en la luna? ¿Un hechizo? ¿Qué?- le pregunté al no entender y encontrarle la lógica.

_El sol al ser malvado quiere su mal y para eso le dio una maldición eterna para que se convierta en la luna- y con esa aclaración final, la madre dio por terminada la conversación.

¿Cómo lo haré? Pensaba Lucy. Su mente estaba repleta y no sabía qué hacer. ¿Y si esto era un loco sueño? Empezó a interrogarse a ella misma... ¿Y si mi mente me engaña? Para comprobarlo Lucía se pellizcó la parte superior del brazo derecho y lo comprobó...

¡Desperté, sí! Qué sueño más extraño- pensó Lucía recordando la increíble pero ficticia anécdota.

¿Y papa y mama? ¿En dónde están? Pensó recordando que no era la única en su sueño. Lucia bajo rápidamente las escaleras de su casa para llegar al salón principal, pero se encontró con una decepción... no había nadie en la casa. Pero al final y discretamente, lo esperaba.

Ya era de tarde, casi las 4:30 para ser cercanos. Esa mañana por lo que se podía reflejar por las ventanas del hogar, el día estaba hermoso. La adolescente no se rendía hasta saber en dónde se encontraban sus padres... hasta que entendió todo.

Ring,

Ring,

Ring...

Algo sonaba en el salón y Lucía vio para sus alrededores y lo que sus ojos vieron fueron a un pequeño y viejo celular que en donde su pantalla brillaba y vibraba arriba de la mesa ratona, al lado del sillón en donde Lucy se encontraba por lo que actualmente se había levantado de su ahora "no tan típica siesta de tarde".


La hija de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora