Enamorada de la muerte. REESCRIBIENDO

Mis razones.

Siempre supe que te gustaba ella, pues, tenía que aceptarlo, ella era más linda, más inteligente e interesante, simpática, amaba los videojuegos, era súper genial. ¿Quién no se enamoraría?
Sí, estaba celosa. Un sentimiento que en mí no era muy común. Solo tú, tus acciones podrían causarlo.

Siempre los veía hablando, hablaban de todo, desde una hormiga hasta las estrellas, nunca se aburrían, obviamente había algo. Pero cada quien ve lo que quiera ver. Quizá para ti era lo más bello del mundo, como si no existiera mejor momento. Pero para mí era la perdición.

Y eso lo era lo que yo quería ver, mi vida se derrumbaba frente a mis ojos, mi corazón se rompió y mi alma quedó en su último momento terminando con un suspiro de decepción.
El mundo siempre te romperá el corazón de la manera más inesperada, ya sea una, o veinte veces, sucederá. La vida nunca es justa.

Estaban los dos, compartiendo el mismo helado, ella reía, tu reías, los dos eran felices y se miraban como si no hubiese un mañana.
Pues tú no sabías que cada vez que tú me mirabas era como si mi estómago y corazón fueran a explotar, y cada vez que te miraba era como si fuese el día en que te conocí, como si tú fueras quien pone las estrellas en el cielo, y siempre me preguntaba ¿Qué es lo que me gusta de él? Y esa era la razón por la cual me gustabas, porque no sabía el por qué.

Nunca me atreví a decir nada, nunca tuve tanto valor de expresarme y quizá por eso te perdí, o simplemente no eras para mí.
El amor no correspondido. El sufrimiento de muchos. De aquellos que aman en silencio. De aquellos que aman sabiendo que no se podrá, pero siguen ahí, para aquella persona que tanto desean, para aquella persona que tanto necesitan.

Eras fácil, pero escapar de ti era difícil, eras como la muerte. Estaba enamorada de la muerte.

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