Dick enterró su cabeza entre sus brazos. Estaba demasiado cansado. No solo físicamente, no se había dado una tregua para poder descansar y reponerse emocionalmente. Primero había vuelto a Gotham cuando perdió señales de vida de Bruce. No solo no respondía sus llamadas, había dejado de recibir instrucciones. Y por eso se sintió tan perdido cuando tuvo que tomar una decisión. Continuó investigando a Mother, la persona que probablemente habría manipulado la vida de sus hermanos al grado de que ya no sabían en que o quien creer. Su confianza en su mentor y padre se había caído a pedazos, pues cada noche que se desvelaba intentando descubrir más sobre el espeluznante camino de Bruce, sentía que no lo conocía.
Pero ni así se había permitido dudar frente a sus hermanos y las chicas. No pretendía dejar que también ellos dudasen, no era justo para ellos cargar con eso. Y aunque trataba de mantenerse ocupado pensando en el próximo paso, en la siguiente jugada, desgraciadamente no había encontrado momentos de descanso. No podía entender por qué Bruce no confiaba en él nunca, siempre era ese su problema. Había intentado mantener orgulloso a su mentor, aun cuando se declaró independiente de él. Y a pesar de todo ahora sentía que cada una de las cosas que había hecho, estaban mal.
Y sus hermanos seguían molestos con él. No los culpaba, seguramente para ellos era lo mismo que Bruce era para él en esos momentos. Mentiroso. Desconfiado. Frío. Su corazón se estrujó e intentó mover sus piernas, pero se sentía extenuado. Miró a su alrededor, la misión había sido un desastre. Cuerpos a su alrededor ya comenzaban a alimentar las llamas, y dentro de poco él los seguiría si no hallaba la forma de salir. La forma de moverse sin desangrarse por completo. Su cabeza palpitaba dolorosamente, y lo envío de vuelta a sus recuerdos, en los últimos meses.
Tim y Jason parecían capaces de seguir adelante, estaban juntos después de todo. Ellos se entendían de una manera que él nunca podría descifrar. Era como si sus constantes discusiones y peleas fueran poco más que un mero cortejo. No quería enterarse de lo que seguía. Pero, su preocupación mayor iba para otro de los miembros de su familia. Y no, no era Bruce mismo, en ese momento estaba tan molesto con él que no quería verlo de nuevo. Era Dami, su Dami.
Si Bruce seguía tan ajeno a todo, Damian no volvería a ver a su padre más que en ocasiones esporádicas. Probablemente se alejaría aún más de Gotham y solo dios sabría que sería del muchacho. Alfred intentaba charlar con él, y nada. Él mismo había sugerido dejar Spyral para poder hacerse cargo de su hermano, pero más allá de una negativa, recibió una mirada de advertencia de parte del niño que pretendía ser adulto. No iba a dejar solo a su hermano. No tan pronto.
Pensó en Babs, y en cómo se había alejado de la oscuridad de los murciélagos. No podía decir aún si era correcto o no, y no sabia sí algún día llegaría a resolver aquello. No entendía cómo era que su relación con ella podría haber cambiado tanto, porque pudo ver en esos preciosos ojos azules que ella lo desconoció y en su lugar vio a una versión más sonriente de Bruce Wayne. De Batman. No a Dick Grayson. Él mismo se había visto esa noche como Batman, balbuceando y gruñendo excusas a las mismas personas a las que había mentido para proteger.
Y luego a su mente, vino alguien más. Inesperado. Pero sonrió al pensar en su nombre. Ese hombre fastidioso que no lo había dejado trabajar en paz desde el principio, pero que se las había arreglado para sonsacarle varias citas disfrazadas de misiones. Echó su cabeza hacia atrás, sintiendo como el aire se le iba acabando y el dióxido de carbono iba ocupando su lugar. Nunca había pensado en cómo sería su muerte, porque no es algo que se piense con frecuencia. Ni aun esa vez en la que casi muere a manos del sindicato del crimen, pensó en morir. Solo... Solo lo hizo durante cinco o seis segundos.
Y siguió pensando en él, en su rostro, en sus oraciones repletas de palabrotas. No podía evitar sonreír como un idiota cuando hacía algún comentario sobre su trasero, porque sí, los hacía sin importarle que otros escucharan. Y lo hacían sentirse bien, le gustaba oír de esos labios que resultaba atractivo para ese hombre. Recordó las noches frías en Moscú, y los brazos fuertes, más fuertes que los suyos rodearlo cuando el frío fue demasiado. Esa noche al cumplir una de sus misiones, terminaron tomando en la habitación del hotel. Ninguno de los dos llegó a embriagarse pero, el sabor amargo en sus bocas se hizo presente. A pesar de que ya estaba en la cama, aún luego de apagar las luces, sintió un peso en la orilla. Sabía quién era, y que quería. Lo único que de verdad lo asustó, fue su inexistente miedo a dárselo.
Los labios contrarios degustaron los propios, y un furioso roce de cuerpos inició. Sin embargo, no pasó a más. Se lamentó por ello, a como él veía... Terminaría allí sin haber podido aclararse con el hombre.
Y luego su vista comenzó a nublarse, la falta de oxígeno estaba cobrándoselas a su cerebro, eso era seguro. Sonrió dolorosamente cuando escuchó su voz llamarlo, probablemente ya estaba alucinando. Luego sintió como una mano cálida lo levantaba del piso, y esos brazos lo protegían.
— Muy bien, pajarito. Volaste muy lejos del nido.
Escuchó decir de esa voz que descubrió que extrañaba tanto y entonces una de esas puertas se abrió para ellos. El olor a quemado fue reemplazado por el olor varonil del cuero mezclado con el sudor y además como no, una buena colonia. Entonces se permitió caer en el sueño, a pesar de los constantes y cada vez más alarmados llamados del castaño.
Estar en los brazos de Lucas era lo único que había deseado para poder descansar bien finalmente.
El hombre dejó salir el aire finalmente cuando llevó al chico a su departamento, no lo dejaría con los imbéciles que casi lo matan una vez por su ineptitud. No. El chico se quedaría con él hasta que recuperase el conocimiento. Había tenido, en definitiva, una muy mala semana por lo que había logrado averiguar.
Después de todo... Nunca debió volver al nido.
— Lucas...
Lo llamó el agente entre sueños. El mayor observó su estado, estaba hecho una porquería. Más emocional que físicamente, pero para él era lo mismo. Sería una larga noche de besos y caricias.
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Agentes.
FanfictionEsto será una recopilación de una pareja que me gusta mucho, a la que tengo mucho cariño. So, señoras y señores, les traigo un poco de LucasxDick.