2

3 0 0
                                    


Perdonar que no sabías donde encontrar lo que de verdad necesitaste para estar bien, así que buscabas en cualquier parte.

Perdonar que el otro también puede estar perdido y creyendo o buscando en cualquier parte. Igual o más dañado que vos. Sin querer o quererse, y que vos, justo por eso te decidiste no irte. Perdonar que tardaste un tiempo en encontrarte pero que acá estás, mirando en tu propio espejo.
Y ahí entendí que en realidad lo que hace bien es dar sin medida. Perdonar, dar, hacer bien, ayudar y volver a dar. Como si no quisiéramos que nos den también algo. Si no estuviéramos jugando una carrera, en la cual gana el que tiene más recompensa.

Como si creyéramos de verdad que todo lo bueno que damos va a volver inexorablemente multiplicado. Pero que, si no lo hace, no importa. Como si pudiéramos, por un momento, sanar años de resentimiento y oscuridad haciendo bien a alguien solo un ratito. Como si nunca hubieras tenido ganas de jugarte entera por alguien que sabias que no se la jugaría por vos. Perdonar, dar, hacer el bien, ayudar, acompañar. Y siempre, siempre volver a dar. Todo eso es sanarse. Y cuesta. Siempre cuesta.

Te duele, te jode y hasta te cansa.

Pero acá estas, igualmente queriendo. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 07, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sentir, creer, pensarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora