Sonaba la radio y el sol estaba escondiéndose entre las montañas. Mis mejillas estaban rojas y tenia el ceño fruncido. La ira, el miedo, la tristeza y más sentimientos hacían que mis ojos se humedecieran. Iba conduciendo por una carretera con curvas pero con unas vistas preciosas, dicen que es peligrosa pero a mí me reconfortaba y me hacía recordar viejos tiempos. Levanté mi brazo para secarme las lágrimas que brotaban de mis ojos. Quizá esa simple acción de secar mis lágrimas fue la segunda peor decisión que había hecho hoy. Perdí el control, atravesé el quita-miedos de mi derecha y salí disparado por el acantilado.
1 Segundo, primer pecado: La soberbia.
Noté como todo subía, era la típica sensación que tienes en una montaña rusa, pero sabía que todo esto llevaba a mi inminente muerte, estaba presenciando mis últimos segundos. Sentía que tenia que dejar a mis sentimientos fluir, liberarme. Recordé todas esa veces que fui tan arrogante contigo, tan vanidoso y engreído, te dejé de lado y no sé cómo pudo salir todo así, lo siento, se que no tiene sentido ya, pero supongo es lo único que me queda.
2 Segundos, segundo pecado: La avaricia.
Mi trabajo creo que no era de lo mas normal. Era hacker. Ganaba pasta y nunca me pillaban, pero hubo un momento en cual el dinero era lo de menos, lo hacía por la adrenalina. Y vaya si era bueno. No te pienses que era un Robin Hood moderno o algo del estilo, no. Simplemente robaba por que sí. No quiero arrepentirme, si después de todo me era divertido.
3 Segundos, tercer pecado: La lujuria.
Las lágrimas empezaron a brotar, sentía mi muerte cada vez mas cerca, pero no creas que lloraba por eso, lloraba por cada vez que te engañé, cada vez que estuve con otra persona a tus espaldas, cada vez que sentía placer de alguien que no fueses tu. Lo siento mucho, de veras. Y lo más triste de todo es que no sepas nada.
4 Segundos, cuarto pecado: La gula.
Borracho. Ese era el adjetivo que tanto me decías, y se que tenias razón, pero no podía controlarme, era algo superior a mi y me odio a mí mismo por todo. Lo peor era cuando llegaba a casa y... y... Se me aceleró el pulso, observé mis manos, las tenía llenas de sangre. Parpadeé y las volví a mirar pero no había rastro de nada. Me tranquilizó un poco.
5 Segundos, quinto pecado: La pereza.
No quiero, no me apetece, otro día, dentro de poco... Solo me arrepiento de no haberte dedicado todo el tiempo que te merecías. Te amaba con todo mi alma, o eso creo.
6 Segundos, sexto pecado: La envidia.
Cuanto rencor pude guardar dentro, lo peor es que tu me perdonaste cosas peores y yo como estúpido que fui siempre pensé que yo era el mejor, si te digo la verdad, a veces cuando fracasabas me sentía bien, supongo que me hacía superior.
7 Segundos, séptimo pecado: La ira.
Todo se fue al garete, todo por el suelo, toda la casa rota, como nuestros corazones, tu gritándome. Me acerqué a ti y exploté, hasta que me diste el golpe que me merecía dejándome caer inconsciente, cuando abrí los ojos te vi llorando en una esquina, me llené de ira y todos mis rencores salieron a la luz. Ahora tu cuerpo inmóvil, sin vida, se encuentra en la parte de atrás de este coche. Solo se que perdí el control, perdí todo, te perdí a ti.
Voces, era lo único que escuchaba dentro de mi cabeza y lo único que veía era el suelo a unos pocos centímetro de mi.
-Ladrón, borracho, infiel, asesino, arrogante...
¡SILENCIO!- Pensé mientras sollozaba y callaba a esa voces. Veía el suelo tan cerca que aparte la vista y miré hacia la ventanilla, viendo como el sol se seguía escond... espera, ¿qué resplandor se abre a través de aquella ventanilla? Lo miré bien, era un ángel rubio con unas preciosas alas que emitían una potente luz, observe su expresión, parecía sentir pena por mí.
-¿Vienes a salvarme?
En ese momento el coche se estrelló contra el suelo.
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7 SEGUNDOS
Misterio / SuspensoSi estuvieses al borde de la muerte, ¿De que te arrepentirías?