EL DESTELLO VERDE

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La suave brisa recorre los parques de la ciudad mientras el sol brilla con gran intensidad. La gente viene y va siempre tan acelerada, siempre tan ocupada cargando en su corazón objetivos ajenos al amor.

Después de salir de la universidad empecé a caminar con dirección a mi casa esta vez escogí el camino más largo, lo hago cada vez que deseo pensar un poco. Ya no tanto sobre la noche anterior, aunque a un reservo mis dudas por indagar; esta vez recordé a mi mamá una gran mujer que no se ha rendido nunca ni siquiera cuando tuvo que criar me ella sola. Desde que habían iniciado las clases no he hablado con ella, no se que tan desagradecido debe ser un hijo como para no acordarse de saludar a sus padres una vez a la semana, probablemente demasiado pues así lo estaba sintiendo. En un banquillo del parque me senté para llamar a casa, la cual ya me hacía mucha falta.

- Hola hijo ¿cómo te encuentras?, me alegra que llames-

-Hola mamá, perdona por haberme demorado en marcarte, bien tratando de entender lo nuevo ¿Como están las cosas por allá?-

-Muy tranquilas y aburridas, tu ausencia ya se está haciendo presente. ¿Seguro que estás bien? pareces desanimado.-

- No te puedo mentir que es algo abrumadora la soledad que siento ahora, por supuesto no todo es malo he conocido a muchas personas ahora cuento con otras amistades, algo raras pero buenas.-

- No te dejes desanimar, cuando persigues tus sueños el corazón siempre va a titubear en el camino sin embargo no se va a rendir. Recuerda por qué luchas y siempre sabrás cómo ponerte de pie ante cada batalla.-

- Siempre sabes que decir, eso te hace la mejor de todas las madres.-

- Cualquier consejo que provenga del amor de una madre, será siempre un buen consejo.-

cruzando la calle logró ver que se acerca David, su caminado descomplicado y siempre entonado una canción con su gran "habilidad" para silbar. Lo he intentado en varias ocasiones pero nunca aprendí a silbar, siempre termino expulsando saliva en vez de un fuerte sonido de mis labios. Levanto mi brazo y le hago una señal para que se acerca a donde me encuentro.

- Tienes razón, y me alegra tener un ángel que siempre me acompaña-

- Siempre estare para ti hijo mio.-

- Gracias madre, te llamaré más tarde cuidate te quiero.-

- Tu igual, y nunca bajes ese ánimo. Te quiero.-

- No lo dejaré caer más, adiós mamá.-

Guarde mi teléfono para poder saludar a David, al verlo mis dudas emergieron retomando gran fuerza nuevamente.

- Hey Leo!, ¿con quien hablabas chaval? pense que estarias durmiendo a causa de la resaca.-

- hablaba con mi madre, y con esa broma que me habéis hecho ¿cómo puedo ir a dormir?.-

- Dale las gracias a tu mamá por los tungos que envió, joder se me olvida ¿como es que se llama? y de ¿que bromas estas hablando?-

No supe qué responder en el momento, la expresión de David parecía que en verdad no sabía a lo que yo me refería. Eran las 5:30 pm ya estaba próxima la noche, si no resuelvo mis dudas antes de ir a dormir no creo ser capaz de poder descansar con tranquilidad.

- te he dicho el nombre de mi madre más de diez veces en esta semana.- me produce cierta gracia su su forma tan despistada de ser.- Se llama Anaira, Anaira Dubium. Ademas ¿como es que preguntas que a cual broma me refiero?, a esa que me hiciste anoche antes de irte.-

- Te prometo que no lo volveré a olvidar pero enserio que no se a que te refieres, creo que anoche bebiste de más.- Se ríe con ánimos, y el sonido de su risa siempre es tan sutil que se escucha en todo el parque- Ay coño debo descansar, a un no me recupero del todo y ando al pato, es decir que me encuentro sin dinero eso da mucha lata, nos vemos luego y descansa se ve que lo necesitas mas que que yo.-

- Tienes razón, anoche no pude descansar bien iré ahora mismo a echarme una larga siesta. Adios.-

Agite mi mano para despedirme de David mientras él se aleja escuchando música y bailando con sus inseparables audífonos. Continue mi camino a casa, el cual ya no faltaba mucho. Al llegar abrí la puerta y arrojé la maleta a un sillón. Fui la nevera con las esperanzas de encontrar algo de comer, agarre una caja de jugo y empecé a beber desde el envase, cerré la el refrigerador y me di media vuelta. Mi mirada se centro en la puerta principal de la casa, más exactamente en la perilla donde se encontraba una nota pegada. Deje el jugo en el mesón, comencé acercarme lentamente mientras miraba hacia todos lados en busca de quién pudo haberla dejado. Cuando me encontraba cerca de la nota lo primero que logre notar fue el papel del que estaba hecha, estaba amarillo e igual de antiguo a la primera nota. La despegue de la perilla y comencé a leer:

"El circo aguarda el saludo del día y la noche . El portal activo estará cuando el último rayo del crepusculo se refleje en el cristal y un destello verde sea el que ilumine el cielo. Se alzará una torre de luz como si perforara el cielo y se arraigara a la tierra. La melodía del payaso se detendrá y tu reflejo una reverencia hará, ¿Aceptaras la invitación de tu alma reflejada? el circo aguarda tu llegada..."

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