Reglas para mi perro.

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(Traducciòn: Araillé Peralta)
de VALERIA ROSSI – He leido una divertida serie de reglas "para exponerse en lo más bajo de la puerta del refrigerador, donde los perros puedan leerlas"
Quería ponerla tal cual estaba, pero me pareció un poco incompleta. Entonces, hice una mia, inspirandome en un par de puntos de aquella que leí: pero no habia mucha necesidad de transformarla porque los perros te dan ya por si solos, abundantes puntos de inspiraciòn.

Querido perro, te escribo, asi me distraigo un poco del pensamiento de que masticaste OTRO par de pantuflas nuevas y que no te haya ni siquiera acongojado el problema de asumir un aire minimo de culpabilidad. Es más, cuando te regañé por el hecho, tenías la nubecita con el dialogo sobre la cabeza que decía "¡Muy ricas! ¿Hay otras pantuflas?"
Ahora, me parece que así no podemos avanzar, porque yo no solo te amo: MÁS QUE ESO.
Pero debemos ponernos de acuerdo sobre algunas pequeñísimas reglas que desearía que tu llegues a respetar, al menos en parte y al menos algunas veces.

Te hago una lista escrita, porque estoy segurísima que tú sabes leer. (ya te he atrapado muchísimas veces con un libro en el hocico y és inútil que finjas roerlo con esa cara de inocente: Tanto lo se, que hasta hacía un segundo antes, lo estabas leyendo) Por tanto, mira un poco lo que debes considerar:

1- Yo no soy tu mamá. Sí, lo se, que a veces te digo "ven con mamá", pero es solo una forma tierna de llamarte.
Tambien a mi esposo a veces lo llamo diciendole "pulgoso", pero ve bien tambièn que él pesa 120 kilos, tiene barba, los lentes y se queja facilmente: y un pulgoso así y tan travieso como tú, no lo había visto jamás.
Por eso, para comenzar, apréndete esto, las cosas que se dicen en los momentos de ternura, no son siempre realistas. Y después las diferencias deberán saltar a los ojos: tú mamá caminaba en cuatro patas y yo camino sobre... ¡no, no vale!
No vale eso que sucede cuando estoy buscando tus pelotas o juguetes bajo los muebles, o sobre las camas donde los dejas siempre y que tú no te preocupas nunca por recuperarlas. En condiciones normales, camino sobre dos "patas", y lo sabes. No te engañes.
Después, tu mamá era peluda, mientras yo... no, nada... Esta quizá es mejor que te la escriba después de la próxima depilación. De seguro tu mamá gruñía y ladraba, mientras yo... ¡¡¡pero no!!! ¡Cuando peleo con mi esposo no cuenta!
Oh, de hecho tu mamá no escribía todo el día en la computadora, ¿éstá bien?

2- Aclarado que no soy tu mamá, es perfectamente inútil que tu me besuquees la cara esperando que te regurgite la comida. No tengo ninguna intención de hacer algo similar. Y visto que no te regurgito nada, te estaré agradecida si evitas lengüetearme la boca poco después de haberte lamido los genitales.

3-El helado de chocolate les hace daño a los perros, por eso no te doy. Recuérdalo. Tranquilizate, No te daré ni hoy ni nunca.

4- Si yo no soy tu mamá, quiere decir que mi marido no es tu papá. Por eso, podrías gentilmente evitar darle la pata en señal de sumisión activa, al menos cuando el está sentado y distraído, porque así no logra cubrirse a tiempo sus partes nobles. Si siguieras con esa intencion de impedirme tener una vida sexual normal, yo seguiré los consejos del encantador de perros y entonces terminaré definitivamente con tu vida sexual esterilizandote.

5- A proposito de sexo: Estamos todos perfectamente concientes del hecho que tú eres un macho. Y con "todos" entiendase TODOS, comprendidos amigos, parientes y conocidos: también para quien sea que ponga un pie en esta casa y quiera pronunciar tu nombre, visto que tú te propones ponerle las patas en su espalda para saludar. Porque
al grito de "abajo", siempre digo un nombre masculino, todos entienden a la primera a que genero pertenece el nombre, lo que hace de verdad innecesario que tú tengas una glamorosa erección de frente a la tia que nos visita, precisamente mientras estoy sirviéndole el café. Trata de entender que así suceden los accidentes dipolmáticos. Sí, es verdad, me sentí orgullosa de ti, el día que buscaba desesperadamente liberarme de los dos testigos de Jehová que mi marido hizo imprudentemente entrar, y no es que tuvieran que irse, pero esa ha sido la ÚNICA vez en que tu exhibicionismo fue más útil que vergonzoso.

6- Aunque comparto completamente tu desprecio por algunas cosas horripilantes que se ven en la tele, no es que el problema se resuelva comiendo el control remoto. Es más, te informo que yo no tenía ninguna intencion de ver al "Encantador de perros", fuiste tu quien se sentò sobre el control para encender exactamente ese canal.
Intenta usar la perrera de cinco estrellas que te compré y que regularmente ignoras, en lugar de echarte sobre el sofá, así tal vez, la TV no se encenderá y tú no estaràs obligado a demostrarme que el programa no te gusta.

7- He dicho ya que el helado de chocolate hace mal a los perros, por eso no te doy.

8- Se que podrá parecerte extraño, pero te aseguro que tengo perfectamente la capcidad de atarme los zapatos por si sola.

9- Se que esto te parecerá aun más extraño, pero "quien no orina en compañía de un ladron o un espìa..." no ha sido nunca mi proverbio preferido. Y, sí, se TAMBIÉN ir al baño yo sola. Te diré que hacer pipí con alguien mirandome a la cara, es algo que me apena un poco.

10- Los lobos aullan. Los perros no estan en el lugar apropiado para hacerlo. El hecho de que tú desciendas de lobos no es una excusa valida. Dicen que yo desciendo del mono, pero no salto sobre un arbol cada vez que paseamos en el bosque. Estoy de acuerdo que aullar significa llamar a reunion a la manada, pero, ¿tú a quien llamas si estamos todos aquí? NO, los vecinos no te responderán nunca. Y tampoco llegarán a hacernos compañía. Es mas fácil que me miren raro cuando me encuentran por la calle o en el elevador.

11- A propósito de elevador: de acuerdo, es pequeño, estrecho y cerrado de cuatro lados. Pero vivimos en el tercer piso, no en el 112; y en el tiempo que empleamos en llegar a tierra firme, no es posible que tú sufras tanto calor al punto de dejar un charco de saliva de dos metros sobre el piso. Que después, para acabarla de fregar, mis vecinos me miran nuevamente raro porque piensan que tú te orinaste.

12- A proposito de orinar, sales al menos cinco o seis veces al día, no vengas a decirme que tu vejiga se desborda y que debes absolutamente liberarte apenas pones la cola fuera de la puerta. Porque, apenas afuera de la puerta, el vecino de arriba estaciona precisamente ahi su bicicleta. Y una vez pudo haber llovido, otra vez puedo decirle que la señora Lupita tendío los pantalones, la tercera vez puedo inventar que pasó la pipa que riega los jardines, pero antes o despues se va a dar cuenta. Yo digo que resistas medio metro mas, si te empeñas y te esfuerzas, puedes lograrlo.

13 – ¡No se habla más del tema! El helado de chocolate no es para los perros.

14- Las botellas colocadas fuera de negocios y restaurantes sirven, sí, para los perros; pero el proposito sería para que no orinen y no de regalarles un parque de diversiones con todo y juguetes

15- Yo no soy tu mamá, soy tu ama. Pero desde que soy una dueña que no tiene necesidad de imponerse con maneras fuertes, porque tú y yo nos comunicamos muy bien (por fuerza: lees todos mis libros...) no te pido que no te subas a la cama o al sillón. Pero que tú los ocupes integralmente, dejándome fuera de ambos, me parece un exceso.
Veamos como encontrar un compromiso aceptable, o me veré obligada a cerrar algunas puertas.

16- Cuando cierro una puerta, significa que no quiero que entres en esa habitación. NO SIGNIFICA: "dejame ver que tan valiente eres para hacer una enorme ruptura"

17- De maridos que roncan, ya tengo uno. El efecto estereo es sinceramente excesivo. Entonces, si pudieras evitar dormir en improbables posiciones de yoga, y sobre todo con la nariz metida contra el cojin del sillón, quiza podrías evitarme el doble concierto en RRROOOONNNFFF menor. Quizá lo evitaríamos si te decidieras a usar tu casita en lugar de la mía.

18- La puertita del gato sirve para el gato y es a medida del gato. Ahí tienes una razón. No es que si pruebas diez veces al día, la puertita milagrosamente se agrande. Créeme, es más tenaz que tú.

19- Si pongo mi bolsa sobre el sillón cuando quiero sacar un cigarro y me encuentro con tu nariz o cola dentro, si te empujo no es que yo sea mal educada o insensible. No se si te lo haya dicho antes, pero tu posees una maravillosa casita que me costò un ojo de la cara. Prueba a USARLA al menos una vez, sería una gentileza de tu parte.

20- Para el termino "USAR", me refiero a dormir dentro y no hacerla en 4693 pedacitos.

21- De acuerdo, un lengüetazo al fondo del cono probablemente no te hara daño. pero és cuestion de seriedad y de coherencia, porque despues tu le agarras el gusto y sigues pidiendome helado de chocolate... ohhh... está bien, solo una probadita, SOLO POR ESTA VEZ. ¿está claro?

Querido perro: Te escribo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora