Llegue a casa y jugué a ese juego que me habían prohibido jugar pero hoy el día no había sido especialmente bueno para mí. Me senté en el sillón y agarre el mando mirando a la televisión que emanaba una relajante luz verde. Vestía mi pijama favorito de verano aunque estuviéramos en invierno, en mi mente pasaron muchos recuerdos sobre mi infancia hasta hoy no pude evitar que algunas lágrimas salieran de mis ojos mojando mis muslos desnudos.
Los niveles se hacían cada vez más difíciles, los recuerdos más duros y el nudo que se creaba en mi garganta no me dejaba gritar, ¿Por qué? Esa pregunta sonó en mi cabeza una y otra vez ¿Por qué ahora? Los recuerdos golpeaban mi mente con más dureza estrujándome el alma, anudando más ese nudo que habitaba en mi garganta sin embargo lloraba en silencio mientras seguía jugando con todo empeño de acabar aquel juego que tanto molestaba a mis padres, que alejo a la mayoría de las personas que se hacían llamar amigos, que hacía que la gente me mirara con lastima.
Tragé grueso cuando llegué al último obstáculo del nivel que estabas; sonreí secando tus lagrimas «Mañana será otro día» pensaste «Todo acabará mañana» afirmaste con una gran sonrisa mientras volvías a llorar
Respiré hondo para después pasar el último obstáculo pero caí perdiendo el nivel, Volví a sonreír ya no me quedaban fuerzas estabas tan cansada, apoyaste el brazo soltando el mando en el suelo. Mis brazos y manos estaban llenos de sangre, tu cara hinchada y roja de tanto llorar pero tú dormías. Aquella cuchilla que mi imaginación había hecho ver que era un mando ahora descansaba en el suelo mientras la inexistente televisión en verde tenia escrito en negro.
Game Over. Replay?
Pero no había fuerzas para volver.
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Replay? |Sad One-shot|
Randomla vida es el único juego que no tiene botón de reintentar.