Marca

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  Al amanecer se empeñó en marcharse la Cenicienta, y el príncipe en acompañarla, mas se escapó con tal ligereza que no pudo seguirla, pero el hijo del Rey había mandado untar toda la escalera de pega y se quedó pegado en ella el zapato izquierdo de la joven; lo levantó el príncipe y vio que era muy pequeño, bonito y todo de oro. 

Al día siguiente fue a ver al padre de la Cenicienta y le dijo: 

-He decidido que sea mi esposa a la que venga bien este zapato de oro.  

CONTINUARÁ...     

La CenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora