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Comencé a correr tan rápido como mis piernas soportaban tanta velocidad, ademas mis pies estaban completamente sucios y lastimados, el bosque no era seguro de ninguna de las formas. Corrí y corrí sin mirar atrás, ¿será que el miedo me consumía? o la impotencia que tenia de haber estado ahi adentro tres años de mi vida y cuando por fin lograría salir no me quedaria atrás. Podía sentir mi corazón latiendo a mil por hora y mi fuerte respiración que salía por mi boca, exactamente no sabía donde me encontraba pero si sabía que no iba a parar. Luces y patrullas se veían y escuchaban a lo lejos, pasé de ser loca a fugitiva, ¿genial no?. Seguramente no estén entendiendo nada pero yo se los explicaré, todo comenzó una mañana cuando el cielo estaba más gris que nunca, Tomás mi mejor amigo de los cinco años, era un gran empresario pero usualmente estaba teniendo algunos problemas. Tomó su celular e hizo otra llamada, el y yo en el despacho, llamó al banco pidiendo otro préstamo de cincuenta mil pesos, la respuesta del banco no fue la más esperada por Tomás, el banco no daría mas dinero hasta que sus cuentas ya estén saldadas, el necesitaba dinero y de algún lado debía sacarlo. Lo veia día y noche buscando en Internet, haciendo llamada tras llamada y recorriendo lugar por lugar.
Ya no tenia recursos, se estaba hundiendo poco a poco. Y no iba a tener escapatoria.

El Tercer Punto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora