Al día siguiente por la mañana alrededor de las 9:15 horas, tenia seis llamadas pérdidas, me levanté rápidamente sabiendo que me había quedado dormida y no había ido a trabajar, al ver mi celular las seis llamadas eran de Tomás no de mi jefe. Avise a mi empleo que iría por la tarde, tomé mis pertenencias y salí directo para la oficina de Tomi.
Al llegar, toqué la puerta y me abrió con una sonrisa tan brillante como nunca, en sus ojos... se veían esperanzas. Gritó: ¡Conseguí el dinero!. Comenzamos a saltar y a reir porque lo había conseguido, y podría volver a realizar una inversión. ¿Mi duda? ¿De donde había conseguido ese monto de dinero? El banco no lo dejaba por las deudas, sus contactos ya no le iban a dar más dinero. Entonces ni pregunté. El se fue y me dejo en su despacho, que me ponga cómoda dijo, que el ya volvería.
Mi duda no podia salir de mi mente, ví su computadora y la intriga me tentó. Me senté en su silla de madera y comencé a revisar, allí ví que había una especie de red social oculta e ilegal donde había conseguido el dinero, mi mente se nublo y todo mi ser igual. No podía creer que había buscado esa solución y sabia que tarde o temprano iba a tener algun tipo de problema, porque esas páginas no eran de fiar e iba a tener que pagar.
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El Tercer Punto.
RastgeleUna historia corta, que expresa y cuenta lo que sucedió con Ana, cuando la internaron en un psiquiatrico.