Como un ángel. (1)

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Me despierto en una cómoda calidez, una que me ha hecho querer revolcarme en la cama todo el día y desplazar cualquier preocupación. Con un suspiro satisfecho se extienden mis piernas, desplegando mis pesadas extremidades antes de acurrucarme de costado. Mis dedos toman el borde del edredón antes e que viera mi habitación parpadeano. Me siento más rápido de lo que debería y ahora estoy lidiando con un inevitable mareo. No es mi habitación y claramente no es mi cama. Recuerdos de la noche anterior son revividos en mi mente y mis mejillas se tornan de un cálido rosa. Mis piernas están desnudas contra las sábanas.

Es bueno que Harry no esté en la cama porque la manera en la que acaricié su lado hundido del colchón le hubiera dado un comienzo a cualquiera e los dos. Está vacio, alejado de mí. De la codiciada seguridad de mi capullo, puedo ver que el baño está disponible y la puerta de la habitación está cerrada. Sola . M recuesto en mis codos, soplando los mechones de cabello perdidos de mi rostro.

Va en contra del sentido común abandonar la montaña de sábanas, y lo hago con un escalofrío y un gemido descontento. Los dedos de mis pies se contrajeron contra el suelo helado antes de que me parara, frotaba mis ojos tratan de quitarme el sueño y el alcolchado a través de la habitación. Hay fotografías decorando la parte superior de su cómoda, las fotografías son de su hermana, su madre y algunos amigos distantes. Es bueno que él se tomara esos pequeños recuerdos, estoy satisfecha. Al menos, muestra que no está completamente perdido en el nuevo mundo donde él es parte.

Sonrío. Todavía no me acostumbro con la cantidad de cabello que Harry ahora porta. Y como prueba de ello hay colitas para el cabello desparramas en su cuarto. Tomo una negra, y la ato en mi pelo en formando una cola de caballo mientras deambulo por el lugar.

Las cortinas siguen cerradas pero hacen un muy trabajo mateniendo fuera la luz de la mañana. Las abro, el material pesado con los residuos de humo viejo. No le he preguntado sobre eso aún, pero por lo que he visto de Harry estoy bastante segura que no fuma un cigarrilo tras otro durante el día. A pesar de eso él debería dejar ese hábito.

La habiación refleja el resto del desordenado apartamento. Las prendas de ropa que se enredan en mis pies sobre el piso son recogidas y puestas en la cesta del lavado denro del baño.

En mi niñez, me enseñaron a respetar las pertenencias de las personas y que es descortés hurgar entre las cosas que son de uno. Pero siempre he sido como una urraca con las cosas lindas y brillantes.

Una cadena cuelga del cajón junto a la cama, como si lo huebiran descuidado en la prisa por ocultarlo. Mi cabeza se inclina curiosa mientras trato de sacarlo de los oscuros confines. Cuando finalmente me es revelado casi lo dejo caer de nuevo, como si de repente arrasara con un ataque violento de recuerdos olvidados. Emerge en mi mente como burbujas de aire en el agua, una ráfaga de flashes, todos conteniendo a Harry. Todas las ocasiones que estuvimos juntos y en medio, él, regalándomelo y poniendolo sobre mi cuello, para que lo usara en el último momento.

Un pequeño avión de papel en una cadena, de plata. Él lo guardó.

Mi corazón golpea un poco más fuerte contra mis costillas, tragando el nudo en mi garganta. Él lo guardó. Me siento en su cama como si mis piernas hubieran sido arrancadas de mí. El pendiente se balancea, dejando al avión de papel en un círculo al azar antes de aterrizar en mi palma. Y es como encontras algo perdido. Un pequelo peso que mi piel solía entiiar cuando era mío; ahora está frío.

Mi intriga con el descubrimiento es bruscamente cortada con lo que puedo imaginas es una puerta cerrándose y un moviento en el salón.

Dejo caer el collar y hace un ruido en el cajón antes de cerrarlo.

Knockout. || Secuela de Dark ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora