Un extraño caso llamado "Yesung"

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¿Nunca has evitado hacer una cosa que deseas por pena, ética o por que piensas que es una locura?

Kim Jongwoon o Yesung como solían llamarlo por su voz única era la excepción, él solía pensar que la vida debía disfrutarse y pensaba que era estúpido privarse de las cosas que quería por la opinión que pudieran tener el resto de las personas ¿acaso importaba otra opinión que no fuera la propia? Él era el que se vería patético, él sería el que pasaría la vergüenza, él sería el que haría las cosas, ¿así que por qué debía reprimirse si no hacía nada malo? Si quería bailar en la calle de forma repentina ¿a quién le importaba? Si quería cantar mientras llevaba sus audífonos en el autobús al escuchar su canción favorita ¿quién se lo impedía? Si quería besar a la persona que caminaba en dirección contraría por la acera ¿por qué negárselo? Kim Jongwoon era ese tipo de persona.

A sus 28 años, Jongwoon era un joven que disfrutaba plenamente de su vida pero no contaba con que un día alguien se le negaría a formar parte de sus ideales.

Era un joven atractivo, de estatura destacable, con cabellos y ojos negros, piel ligeramente tostada, labios apetecibles, cuerpo deseable y voz irresistible, en otras palabras, perfecto.

Poco le importaba si alguien lo veía raro por cumplirse sus caprichos y deseos, pensaba que la gente lo envidiaba, no dejaba que pensamientos ajenos lo frenaran en ningún momento.

Un día paseando por el parque con uno de sus amigos sintió calor, vio aquella gran fuente y se dijo ¿por qué no? y terminó empujando a su amigo y a su persona en ella al igual que había hecho aquella vez en que vio a una chica de labios apetecibles, ¿quién no ha visto a una persona con labios que te hacen desear besarlos? Y Jongwoon solo se acercó, la giró por el hombro y la besó, le dio una de sus sonrisas matadoras y se fue al igual a como había llegado.

Iba caminando por la calle, era su día libre y había sentido ganas de salir a pasear para disfrutar de la tarde antes de que el sol se pusiera; el día estaba bastante agradable y pensó que le serviría para relajarse un poco y entonces lo vio, un chico alto con gabardina color camello que le llegaba casi hasta las rodillas, no pudo apreciarlo bien por que se giró para entrar a un lugar y decidió que deseaba verlo mejor; siempre había tenido gusto por los hombres altos.

"Biblioteca pública" leyó al elevar la vista y sonrió, siempre había tiempo para nuevas experiencias.

No tardó mucho tiempo en encontrarlo, casi no había gente en el lugar. Lo vio de pie entre dos estantes de libros leyendo al parecer la descripción impresa en la contraportada de un libro y entonces pudo apreciarlo mejor. No solo era alto, también era delgado, de cabellos marrones revueltos, piel sumamente blanca y un par de tentadores labios rosados que resaltaban en un perfil atractivo; el chico era su tipo.

Sonrió y caminó hacia él mientras lo veía dejar el libro en su lugar y buscaba con su mirada otro. Se pegó a su espalda y el chico se giró rápidamente sorprendido por su acción, probablemente no esperaba que nadie se le acercara de esa manera.

"Es perfecto" pensó viéndolo frente a su rostro una vez que se giró y no lo pensó dos veces para darle una pequeña probada a sus labios ligeramente llenos.

-Eres...- decía luego del pequeño roce que disfrutó en gran medida, sus labios eran dulces y tenían un ligero sabor a menta, sin olvidar que se sentían como el terciopelo.

-¡Imbécil!- gritó el contrario y le dio un puñetazo en la mejilla.

¿Qué acababa de ocurrir?

Nadie se le había negado nunca, cualquier signo de molestia al verse sorprendidos desaparecía al clavar sus ojos en ellos y darles una de sus sonrisas, pero en ese momento fue todo lo contrario.

-Aléjate de mí idiota, antes de que te golpee de nuevo- Yesung no le prestó demasiada atención a sus palabras, estaba demasiado concentrado viendo aquel rostro de facciones masculinas, ojos marrones y labios sumamente deliciosos.

"Es tan tentador y su expresión rebelde es tan estimulante"

Le vio alejarse y solo atinó a pensar que lo deseaba, siempre había creído que los retos eran una forma de crear un deseo mayor por algo y que cuando lograba superarlos se obtenía una mayor satisfacción.

Por pura curiosidad leyó el título del libro de portada gruesa color gris que había visto el castaño y solo sonrió, "Científicos del siglo pasado y sus aportaciones", no solo era atractivo, también era listo, dudaba que alguien a quien no le gustara se interesara en aquel tipo de libros.

No era un acosador hay que señalar, pero lo siguió, se sentía intrigado por ese joven que lo había visto con enfado y no había podido persuadir con su sonrisa.

Las personas que estaban en su camino se giraban a mirarlo mientras caminaba, entonces ¿por qué él no lo había hecho? Hizo un puchero viendo su espalda a lo lejos y le vio entrar a un bar, ¿no era demasiado temprano para beber? Quizá no, él no solía sentir gusto en particular por el alcohol pero había muchas personas que si. Cuando entró, notó que parecía que apenas acababan de abrir ya que el barman estaba limpiando la barra y solo había 5 o 6 personas en el lugar según pudo calcular antes de buscar con la mirada a su objetivo, que encontró sentado en un banquillo color rojo al fondo de la barra.

-¿Por qué traes esa cara? ¿La anciana de la biblioteca te vetó por aparecerte ahí todos los días como un acosador?- bromeó Heechul.

-No me haría eso, ella me ama- respondió divertido –es por un idiota que me encontré cuando buscaba un libro para tener ideas para mi trabajo-

-¿Aún no has encontrado qué hacer?-

-No es eso, es solo que no he encontrado a nadie- Heechul asintió y captó la mirada de un sujeto sentado en una de las mesas a lo lejos.

-Creo que alguien está interesado en ti Kyuhyun-ah- sonrió –hay un sujeto mirándote de forma fija- y entrecerró los ojos –creo que ni siquiera parpadea- se rió.

-¿Cabello negro?, ¿piel morena?- preguntó.

-Si-

-Es el idiota- se quejó –sabía que no había sido imaginación mía sentir que me seguía- ¿acaso era un acosador? Había supuesto que luego del golpe no querría acercársele porque no parecía del tipo que buscaba revancha, pero no se podía confiar en ese momento al saber que lo había seguido.

-¿No es eso bueno?- el menor hizo una mueca, ¿en qué mundo eso era bueno? -¿no estabas buscando a alguien?- cuestionó y sonrió –aunque podrías hacerlo conmigo pero te negaste aun cuando soy el gran Kim Heechul, pero entiendo que tanta perfección no pueda ser escrita en algo tan simple como un papel- agregó arrogante.

-Si, seguramente es por eso- dijo sarcástico.

-Bueno, piénsalo, ese trabajo es la nota de tu semestre y no creo que quieras perder la beca-

Suspiró.

-Solo te quedan dos semanas- murmuró el mayor mientras acomodaba las botellas.

Kyuhyun lo pensó y el mayor tenía razón, no era un trabajo cualquiera además de que tenía otras asignaturas, si quería lograr pasar el semestre con una buena nota, tenía que empezar el trabajo desde ya dado que necesitaba realizar demasiadas cosas para entregarlo en forma como les habían pedido y no pensaba perder su beca estudiantil porque con ello pagaba la universidad.

-Más te vale que funcione- le dijo levantándose de la barra, no tenía nada que perder y si el sujeto quería hacerle algo había guardias en el lugar y Heechul podría ir a ayudarlo, aunque dudaba que pudiera hacer mucho realmente.

Yesung le vio caminar hacia su dirección y no pudo evitar sorprenderse siendo que luego de lo que había hecho no parecía muy feliz.

-Te espero mañana a las 7 p.m. en la biblioteca- le dijo pasando por su lado antes de salir del bar.

"Entonces, ¿quiere verme?" 

Un extraño caso llamado "Yesung" {YeHyun}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora