Capítulo 2

69 1 0
                                    

A la hora de que Vee comenzó a empacar, su padre la llamó para desayunar.
-¿Cómo vas con tus cosas?
-Pues tengo mucho por empacar, papá, y algunas cosas se las dejaré a mis amigas y otras tal vez las done, así que estoy viendo qué me llevo, y qué dejo, hay tantos recuerdos escondidos en mis cosas.
-Pues piensa bien en eso, lo más importante llevátelo.
-Entonces, ¿me puedo llevar toda la casa?
-Jajaja eso quisiera, hija, pero desafortunadamente no podemos.
-Papá, y si no consigo acoplarme?
-¿Por qué piensas así?
-Tu sabes que, desde que murió mamá me he vuelto algo tímida con las personas, los pocos amigos que ahora tengo, son porque son similares a mi, y me entienden, y no estoy segura si en Madrid alguien me entienda.
-Ya verás que harás nuevos amigos.
Las hermanas de Vee llegan apenas al comedor y se sientan para que la cuatro desayunen juntos.
-Ustedes cómo van con sus cosas?
-Pues no hemos comenzado.
-¿Y qué esperan?
-Tranquilo, papá.
El desayuno fue muy silencioso, Vee estaba recordando cuando su madre vivía, los desayunos solían estar llenos de risas, bromas, y cero silencio.
-¿Recuerdan los desayunos con mamá?
-¿Cómo olvidarlos? Eran totalmente épicos, y más cuando Madison contaba las cosas ridículas que casi siempre le pasaban y mamá sólo le decía que pronto tendría mejor suerte.
-Papá, ¿extrañas a mi madre?
-Lo hago todos los días, Madison, su madre y yo estuvimos juntos mucho tiempo, su madre era el amor de mi vida y así seguirá siendo.
-A veces me pregunto, cómo serían nuestras vidas si ella siguiera con vida. No sé porqué murió, era muy joven y tenía mucho por delante.
-Lo sé, hija, pero no podemos cambiarlo, ustedes nunca olviden que fueron la felicidad de ella, las amó más que su propia vida, y siempre estará cuando la necesiten.
-Recuerdo cuando íbamos los cinco de picninc, era lo mejor del mundo.
-Pasamos muchísimos momentos hermosos con ella Isabella, y sólo queda recordar.

Empezar de ceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora