Capítulo 2.-Edgar
Me llamo Edgar y vivo en Granada. Nací el veintidós de enero de 1991 en Madrid, según mi abuela, bajo el signo de la luna negra, es decir, cuando la luna está más lejos de la tierra y no se ve en el cielo, ni de noche ni de día. Aunque creo que ella se refería a la leyenda de una vida oscura y de sufrimiento.
Hijo y nieto de guardia civil, tengo claro que no voy a entrar en el cuerpo. Tuve una niñez dura con continuos traslados y escasez de amigos. Eso cambió cuando mi padre, por fin, consiguió un puesto en la comandancia de Granada y mi vida se relajó. Mis progenitores compraron un chalet en una urbanización de Peligros y yo terminé mis estudios de bachillerato en el colegio de los Escolapios, junto al río Genil, en Granada.
Al llegar a la universidad elegí ser historiador, eso supuso un problema en casa porque ellos esperaban que entrara en la academia de la Guardia Civil y continuara con mis estudios universitarios compaginando ambas cosas, en realidad ya me tenían preparada mi carrera en la Benemérita. Accedieron a mis deseos a petición de mi abuelo, pero mi padre tenía la creencia de poder convencerme y que finalmente vistiera el uniforme.
Como la urbanización tenía muy mala comunicación para ir a la universidad y volver a casa, me propusieron que buscara un colegio mayor, a lo que yo me negué, y no tuvieron más remedio que aceptar que alquilara una habitación en un piso de estudiantes, cerca de la facultad. Mi primer año de universitario fue maravilloso, el círculo de amigos se amplió notablemente y descubrí que no era problema de timidez, sino de oportunidades, en realidad me encontraba a gusto con la gente y pronto me desenvolví bien en todas las fiestas juveniles.
Durante el verano quería marcharme a Italia a trabajar con un amigo del Tuenti, pero mi familia no compartió la idea y mi madre me buscó trabajo en algo que me encantaba, la arqueología, me vi obligado a aceptar, no tenía excusa para rechazar la oferta. Trabajé en un proyecto de investigación arqueológica cerca de Granada, el yacimiento de Madinat Ilbira situado al pie de Sierra Elvira. Se trata de las ruinas de una ciudad seguramente surgida a partir de un poblamiento campesino de la antigüedad y tiene vestigios de época romana. En el siglo IX Abderramán II erigió su alcazaba y muy probablemente su mezquita mayor. Ayudé en las excavaciones del Cortijo de las Monjas y también a los pies del Cerro del Almirez, donde están sacando a la luz la primitiva ciudad de Granada. Fundamentalmente me sirvió para aprender las técnicas de estudio en una investigación arqueológica y, aunque la arqueología medieval no era la especialidad que quería desarrollar, me sentí muy bien trabajando.
Soy un devorador de libros y en mis frecuentes paseos tengo la tentación de pararme a ver el escaparate de cualquier librería que me encuentre y, si tengo tiempo, entro a echar un vistazo a las novedades editoriales.
Un día, al pasar por la librería Babel en la calle San Juan de Dios, no pude superar la tentación de entrar, en realidad era temprano para ir a los comedores universitarios, donde cada día almorzaba por tres euros. Estuve un rato viendo libros, mirando el título, la portada, la sinopsis…si me parecía interesante le echaba un vistazo al interior. Rafa, uno de los libreros se acercó y depositó varios ejemplares de un libro: «Una guerra sencilla», en un pequeño hueco que había en el estante donde me encontraba observando novelas históricas.
--- ¿Una guerra sencilla? ---le pregunté al librero.
--- Sí, es de un escritor novel, una ópera prima, lo acaban de publicar.
Por curiosidad cogí la novela y la observé, tener un libro entre mis manos es un placer para mí, y cuando son históricas siempre me llaman la atención. En la portada se veían dos guardias civiles apuntando con sus fusiles a unos individuos, tal vez era una acción de guerra, tal vez maquis o bandolerismo. Leí la sinopsis, Manué vivía en Huélago… una partía de guerrilleros… El Capitán… El tema de los guerrilleros me llamaba la atención, mi abuelo cuando fue Guardia Civil luchó contra ellos en la sierra, en los años de la posguerra. «Este maquis no me suena, lo miraré en internet» ---pensé.