Celtas.

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Lo único que sé de los celtas es que se asentaron en Galicia, además de las islas británicas. Y que tenían una diosa guerrera llamada Scathac. Pero he encontrado unos mitos que os van a flipar:
Dullahan, el jinete decapitado.
El Dullahan es un jinete sin cabeza que vaga por los bosque en las noches sin luna. Es uno de los seres más temidos de la mitología céltica y es la semilla de la historia de "Sleepy hollow" en la que el protagonista se enfrenta a una criatura como esta. Siempre lleva su cabeza en la mano, que tiene la cualidad de brillar en la oscuridad y de ver en la lejanía con su visión sobrenatural para localizar a viajeros por los bosques y los caminos de Irlanda (primera diferencia con Sleepy hollow, ahí no lleva su cabeza). Su montura es un corcel tan negro como la noche y puede llevar una espada o un látigo hecho con una columna vertebral humana para atacar a quienes le espíen o se topen en su camino. Un dato curioso es que un ser tan temido y venerado hasta el siglo VI (cuando se evangelizó Irlanda y Escocia) tiene aversión a sólo dos cosas: que le espíen y al oro, por lo que los viajeros deberían llevar un poco de metal para evitar su cólera. Hay quien decía que este ser era la personificación terrestre del dios Crom Dubh, que exigía un sacrificio humano anual.
Sucellus, el temor de los druidas.
Todos sabemos que en los famosos cómics de Astérix y Obelix las personas tenían miedo a que se les cayera el cielo encima. Todos pensaremos que es una invención cómica del autor, pero está basado en un mito celta cuya explicación nos dsa su forma de concebir el mundo. Cuando Julio César fue a conquistar la galia, se reunió con los druidas y al preguntarles su mayor temor la respuesta fue esa. Aunque se interpretase como un insulto resulta que estaba asociado al mito del dios Sucellus (el que golpea), que era el dios de la fertilidad del campo y del alcohol. Su nombre proviene del celta cellos que significa golpear. Eso se debía a su martillo, con el que golpeaba al campo para que fuese fértil. Otro fenómeno suyo es el de los rayos (paralelismo con Thor (vikingos)) que consiste en que golpea con su martillo un punto concreto de la cúpula celeste para mantenerla estable. Por eso su mayor temor era que dejase de realizar su tarea y se les cayera el cielo encima.
El dios Taranis.
En la mitología celta se asiciaba a Taranis con el trueno (más en concreto la destrucción y el ruido de las tormentas), por eso a veces se le llamaba "el atronador". También se le relacionaba con la luz, el cielo y la rueda cósmica, que era el objeto que sincronizaba la noche y el día, con lo cual también se le atribuyen cualidades astronómicas. Con lo cual, al englobar todo eso de la guerra y la protección se representaba como un hombre barbado y con el rayo, la rueda cósmica o ambas cosas. Junto con Esus (árboles) y Teutates (otro guerrero) formaban la triada de "los dioses de la noche". A menudo los druidas hacían sacrificios en su honor para aplacar su ira. Como describió Marco Anneo Lucano eran sacrificios de prisioneros de guerra quemados en una pira. También se le relaciona con la creación del muérdago, al lanzar un rayo contra un roble y nació eso de forma simbólica.
El dios Balar.
Este dios también llamado Balor tenía un ojo en medio de la frente y otro en la parte de atrás del cráneo, lo que se considera maligno, dado que una vez lo abría, podía matar a todo el que se cruzase en su camino con sólo la mirada (al desprender una especie de rayos). De hecho, en la Segunda Batalla de Magh Tuiredh mató a Nuada, rey de los Tuatha Dè Dannan, pero poco después el dios Lug (su nieto), aprovechando que tenía su ojo cerrado, le disparó ahí con su honda y además de acertar, le atravesó el cráneo lo que le dio muerte. Otra versión de la historia es que un druida predijo su muerte a manos de su nieto. Y también que su única hija Ethnè, fue encerrada en una torre inaccesible con otras 12 mujeres para que no conociera la existencia de los hombres. Pero desde la torre Ethnè veía pasar barcos tripulados por seres nada parecidosa a las mujeres (los hombres) y les preguntaba a sus compañeras qué eran, pero siempre se encontraba con la misma negativa. Resulta que cerca de esa torre vivían tres hermanos de los cuáles uno (Mac Kineely) tenía una vaca que daba muy buena leche. Balar la robó y en venganza Mac Kineely acudió a la ayuda de un druida y un hada y se presentó en la torre vestido de mujer pidiendo asilo. Cuando se le dio la luz verde para entrar el hada durmió a las 12 compañeras de Ethnè, que se quedó embarazada. De ella nacieron tres hijos, que Balar intentó matar arrojándolos al mar. Pero uno se salvó (Lug) y fue educado por los hermanos de Mac Kineely, que era herrero. Un día Balar fue a la fragua a burlarse de ellos y Lug le pegó en el ojo con una barra enrojecida, provocando así su muerte.
Lina Fáil y los grandes reyes de Irlanda.
Irlanda es una tierra de mitos, y por ello las ceremonias funerarias de los reyes tuviesen un gran número de ritos. En la colina de Tara se localizaba una de las mayores celebraciones, la Lina Fáil (piedra del destino o piedra de Tara). Esto radica que este lugar fuese el lugar de coronación de los antiguos reyes, tradición que se mantuvo hasta el año 500 d.c. Se dice que esa piedra la brindaron los antiguos dioses irlandeses (Tuatha Dè Dannan) que vinieron desde las islas nórdicas pasando por las escocesas y al aprender nuevas técnicas mágicas brindaron un regalo a cada ciudad que visitaron, constituyendo los cuatro tesoros de Irlanda. Entre esos se encuentran la Lina Fáil, que venía de Failías (de ahí el nombre). Se dice que cuando un Gran rey irlandés pisaba la piedra, esta soltaba un rugido de satisfacción y le concedía rejuvenecimiento y un reinado largo al monarca. También a la isla de Irlanda se le denomina Fáil, porque los Dè Dannan la denominaban Innis Fáil, que en gaélico significa "Isla del destino".
Sanhaim, el origen de Halloween.
Ahora cuando hoy en día se celebra el día de los santos (o de los difuntos), a nadie se le escapa que las tradiciones anglosajonas calen tanto entre la sociedad. Todo comenzó en la época de los druidas, cuando sólo se conocían dos estaciones: verano (luminosa) e invierno (oscura). El año comenzaba el 1 de noviembre y se celebraba el Sanhaim (fin del verano). A Sanhaim se le consideraba el señor de la oscuridad, y su reino se decía que abarcaba las largas noches de invierno, por eso en el 31 de octubre los muertos intentan encontrar la puerta hacia el mundo de los vivos, dado que ese día la barrera era casi imperceptible, por lo que Sanhaim rondaba por las calles para capturar almas y llevarlas a su reino. Esta tradición sigue presente dado que las personas colocan luces para guiar a los muertos en su huida. Cuando llegaron los cristianos, al querer eliminar todo lo pagano, cogió esta creencia y la "parodió" (se podría decir así) llamándola "Hallowmas" (día de todos los Santos) y a su víspera "All Hallows eve" (día de todos los muertos o algo así) del que deriva su nombre Halloween. Poco a poco este rito evolucionó por esto de la parodia cristiana.
Las tres piernas de Man.
Entre Irlanda y Gran Bretaña se sitúa la isla de Man (con 572 m² y habitada desde el 6.500 a.C). Su influencia celta se debe a que en el siglo V esta isla era una parte del reino vikingo con influencia anglosajona, y en el 979 se creó el Tynwald (el parlamento democrático más antiguo del mundo). Aunque hoy forma parte de las llamadas "naciones celtas", en su historia ha pertenecido a diferentes reinos (Noruega, Escocia e Inglaterra). En su símbolo aparecen tres piernas armadas y unidas por los muslos conocidas como las tres piernas de Man y abajo el lema "Quocunque Jeceris Stabit" (donde lo lances ahí se quedará) que simboliza la independencia y la resistencia de la que presumen sus habitantes. Esto tiene relación con una leyenda manesa (el manés era una lengua que se hablaba ahí) en la que el dios Manannán para defender la isla se transformó en tres piernas y echó a rodar colina abajo para batir al enemigo. Y otra en la que el dios está tan enfadado que prendió las tres piernas y las echó colina abajo. Irónicamente tiene relación con la bandera de Sicilia en la que aparecen tres piernas corriendo alrededor de una cabeza de Medusa y con una cruz esvástica. Ambos eran usados en las tradiciones paganas y representaban al Sol.
La diosa celta Brigid.
Puede que la mitología irlandesa sea de las más conocidas no sólo por la supervivencia de muchas de sus tradiciones, también por la cristianización de muchas de sus divinidades, léase el caso de Brigid, Brigit o Brighid, que en el cristianismo era llamada la Santa Brígida. Resulta que era hija del dios Dagda y tenía dos hermanas, por lo que se le consideraba una diosa triple y se la relacionaba con el fuego (de hecho se dice que nació con una llama sobre la cabeza, que la unía al universo). Eso tiene un pequeño paralelismo con Hécate (diosa griega de las tres caras y la magia) que tenía tres personalidades para cada parte del día (mañana, mediodía y noche). Asimismo con otras religiones precristianas, esta llama era mantenida por 19 doncellas en el santuario de Kildare (Irlanda) que también puede recordar un poco a las saterdocisas vestales de Roma. En este caso la llama estaba atada a un seto y cualquier varón que osase pasarla sería castigado con impotencia, locura o la muerte. En su historia se juntan dos bueyes (Fe y Men) Cirb (rey de los carneros) y Torc Triath (rey de los vellacos) y entre las creaciones están el silbido y el plañir. Sus atributos divinos tenían varios campos (adivinación, inspiración y salud). También tiene una estrecha relación con los pozos de los deseos y con la constumbre de atar cuerdas girando a un árbol cercano, que se consideraba una forma de honrarla y consultarla. Esa tradición se sigue llevando.

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